Audrey no es muy bonita, interesante o inteligente. En realidad podría decirse que es una joven bastante común y aburrida lo cual nunca le causó ningún tipo de problema.
Pero detrás de toda esa fachada de tranquilad hay una maraña de problemas que...
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SOLO LE TOMO UN SEGUNDO poner mi mundo de cabeza.
Mis ideas colapsaron, pude sentir mis piernas flaquear, mi respiración cortarse y todo lo que creía de pronto se volvía una mentira.
Todo este tiempo había sido tan ingenua.
Había tenido las pistas debajo de mi nariz, los clavos sueltos, las ausencias y aún así ni por un segundo realmente pensé que algo así pasaría.
—¿Mamá?
La tenía enfrente de mi a unos metros, después de meses sin verla por fin la encontraba pero ciertamente no como lo esperaba.
Su cabello castaño que solía llegarle hasta los hombros ahora estaba amarrado en un molote bajo, sus ojos miel me miraban de pies a cabeza. Se veía saludable, fuerte y poderosa pero había algo que no cuadraba, algo que me hacía querer huir de ahí.
El lugar se mantuvo en silencio por unos segundos, mire a los chicos, no podía descifrar sus expresiones por que las mascaras cubrían sus rostros, solo se quedaron ahí, quietos pero listos para atacar en cualquier momento.
—Te oculté muchas cosas, lo acepto pero todo fue por tu bien, no estabas lista pero se que ahora eres fuerte, puedes venir conmigo—hizo una pausa mirando a Ellen en el piso, arrodillada como un ser inferior, como un simple peón en aquel juego que ella había planeado—con nosotras.
Cuando termino de hablar pude sentir el peso de las miradas, expectantes a mi respuesta pero yo me había quedado sin palabras, era demasiado para procesar, estaba a nada de colapsar pero me obligue a mi misma a no hacerlo.
—No entiendo que está pasando—Hable nerviosa, mi respiración era dispareja y mis manos temblaban un poco.
—Se que estás confundida pero puedo aclararlo todo, si vienes conmigo todo saldrá bien.
Silencio de nuevo.
Se que ir con el bando enemigo voluntariamente debería estar totalmente fuera de mis opciones pero ahora imposible no dudar.
¿En que lado pertenecía?
—No puedo ir sin saber la verdad, tienes que decirme todo ahora, de otra forma no iré contigo.
Soltó un suspiro resignada, avanzó unos pasos hasta quedar enfrente de mi pero a una distancia considerable, en ese momento, todo se reducía a nosotras dos, no había nadie más en mi cabeza.
—He sido yo, todo este tiempo el padre que has estado buscando con ansias he sido yo, el sólo era una cortina de humo para mi, para ganar tiempo y no levantar sospechas, no podía dejar que lo supieras—hablo mirándome a los ojos, había sinceridad en ellos, pero aun así no quería creerle.
