Capítulo 20

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Un reencuentro muy especial.

Pov Bruno

Bueno Mina, este capítulo va a ser un salto al futuro o más bien al presente, no te vamos hablar de coronavirus ni mierdas de esas, sino que te vamos a contar lo que paso hace un par de días y es que hace un par de días, volvimos donde empezó todo entre Pol y yo, bueno uno de los lugares.

Pero sin duda a pesar de todo lo malo que nos ha dado ese lugar, uno de los lugares más bonitos de nuestra historia de amor.

En efecto, el Ángel Guimerá, si hemos vuelto al instituto siete años después de nuestra salida.

Si supieras cuantas emociones y sentimientos encontrados, sentí al pisarlo de lo nuevo, es algo que no se puede describir con palabras.

Pero bueno, mejor empezar por el principio.

Unos días entes de aquel reencuentro, recibimos una carta , haciéndonos saber y participes de ese reencuentro y la verdad es que los dos teníamos muchas ganas de ver como estaba aquello, mentiría si te dijera que no me daba miedo volver, pero creo que es normal, al fin y al cabo ahí fue donde papa paso sus últimas horas de vida.

Madre mía, estoy escribiendo estas palabras y ya parezco un mar de lagrimas, tanto que Pol se ha acercado y me está abrazando por detrás, mientras me susurra cerca del oído: "No pongas nada de tu padre, que no quiero ahogarme en casa, ya lo pondré yo".

Pero no, me niego no dedicarle unas palabras a papá, puede que Pol fuera y siempre haya sido su alumno preferido, pero es nuestro padre y me veo con la obligación de hablarte de él, por mucho que duela recordarlo.

También te digo, que en este capítulo vamos hablar mucho de él, así que no te parezca raro que Pol también comente cosas.

Bueno a lo que iba, estaba súper nervioso, estaba sentado con el móvil en el pequeño sofá de la parte de arriba, esperando a que Pol terminara de arreglarse, madre mía lo que tarda en arreglarse este tío siempre, para que luego diga que yo soy la tía de la relación.

Si vieras lo que tarda solo en peinares

Cuando ya estaba cansado de esperar, me llene un vaso de agua y me quede mirando al frente durante el tiempo que tarde en beberme el agua del vaso, pero justo cuando estaba por sentarme de nuevo en el sofá, lo vi.

Ahí estaba él, el Beethoven de papa, solo con verlo miles de sentimientos se apoderaron de mí, me acerque a él y con las manos, las cuales me empezaron a temblar lo cogí con suma delicadeza y me quede mirándolo, mientras contenía las ganas de llorar, sin duda me esperaba un día de emociones, ya que no eran apenas ni las once de la mañana y ya tenía los sentimientos a flor de piel.

Menos mal, que por fin llego mi marido, siempre en el momento más oportuno, lo que hizo que dejara el Beethoven antes de poder soltar las primeras lagrimas que amenazaban ya con salir, me gire y ahí estaba él, tan perfecto y guapo como siempre.

Tanto que me empecé a poner cachondo, solo de verlo vestido así y es que si antes no llevaba ropa muy de su edad por así decirlo, ya que vestía con ropa de su hermano o incluso camisas de su padre, por falta de pasta en casa, ahora es todo lo contrario, se viste de forma más elegante y yo en cambio soy más de ir con ropa casual o incluso bohemia

Creo que esto de nuestros trabajos, nos ha hecho cambiar a los dos de vestimenta.

Pero claro, es Pol Rubio y eso nunca va cambiar, sigue siendo un destrate para algunas cosas.

Y claro, lo aprenderse hacer el nudo de la corbata, no entra en sus planes, así que como siempre acabe haciéndosela yo.

¿Cómo se le ocurre ponerse corbata sino sabe hacerse el nudo?

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