Capítulo 36

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Contradicciones y confesiones

Pov Pol

Bueno Mina, Bruno está ya acostado, así que voy aprovechar el día tan explosivo que tuve hace un par de días, porque madre mía, ahora entiendo porque hay profesores que 'odian' reunirse con algunos padres y es que hay padre de todo tipo, pero bueno para gustos colores.

No sé si te acuerdas de Lucia, esa chica, bueno alumna mía que se sentía un poco marginada y pensaba que nadie le entendía, por el hecho de gustarle una persona de su mismo sexo, pues hoy he tenido una reunión con sus padres y su padre me ha recordado tanto al mío, en la época en la que iba a bachiller, que por un momento me parecía que mi padre había vuelto a lo de antes.

Y es que estos padres, que solo ven una manera o una forma, como quieras llamarlo, de ver el mundo, deberían de desaparecer, no me mal interpretes es solo que deberían darse cuenta, que ya no estamos en el siglo XX, sino en el siglo XXI y que, aunque no les guste el mundo ha cambiado y sigue cambiando día a día.

A lo que iba, he tenido una reunión con ellos y si, el padre me ha recordado a mi padre en su forma de pensar, el matrimonio en sí, me ha recordado a los padres de Joan Capdevila al principio, ese padre 'poderoso' por así decirlo y esa madre que hace todo lo que su marido dice.

Menos mal que en su día, apareció tu padre, para poner la nuestra vida y la de nuestras familias patas arriba, sin duda es algo de lo que siempre estaré agradecido con Merlí.

El caso es que el padre ha venido directo a mí, a reprocharme ciertas cosas, como el por qué le doy esas ideas a su hija y esas mierdas, como si yo hubiera cambiado la sexualidad y la forma de pensar de su hija en una clase.

Debo admitir, que por un momento me han entrado ganas de irme de a ir, de pedirle 'perdón' por eso, pero esa idea solo ha estado una milésima de segundo en mi cabeza, ya que enseguida me he acordado de tu padre y en cómo se metía en la vida de sus alumnos, ha sido ahí, cuando me he encarado a él y le he dicho un par de verdades a la cara: "Mira, su vida y la vida de su mujer me importan una mierda, si quieren seguir siendo un matrimonio conservador haya vosotros, pero a mí me importan mis alumnos y si veo que su hija sufre en clase, haré todo lo que está en mis manos para que no sufra, le guste o no".

No sé si me he pasado o no, eso ya se verá con el tiempo, pero si le he dicho lo que pensaba o al menos, le he dado a entender que a mí su hija al igual que el resto de mis alumnos, me importa y por lo que se ve, me importa más que a sus padres.

Pero claro, su padre es como es y ha sacado ese carácter, para reprocharme que soy un simple profesor de filosofía, que ni siquiera mi asignatura es de las importantes, hasta me ha llegado a decir, que yo muestro interés por su hija, porque me siento atraído físicamente por ella, vamos que en ese momento me ha entrado unas ganad de decirle que soy bisexual, pero me he contenido no quería montar más espectáculo del que ya estaba montando el padre.

Por cierto, a todo esto, la madre de Lucia se ha mantenido callada todo el rato, eso si agarrando fuertemente a su marido del brazo, como queriendo evitar que este me pegara, en eso me ha recordado a Bruno y a mí, cuando se me acaba la paciencia con ciertos temas y saco mi carácter, mientras Bruno simplemente me agarra el brazo en silencio, para intentar que no haga una locura o decir algo de lo que me pueda arrepentir más adelante.

Tras ese pequeño choque entre los dos, por si decirlo, el padre se ha dirigido hacia la puerta, como mostrando la intención de irse, pero yo he sido más rápido que él, he cogido mi maletín y he salido por la puerta, no sin antes, pararme en esta, girarme, mirarles a los dos y añadir: "Cuando se den cuenta de quién es su hija de verdad, hablaremos, hasta entonces no necesito que vengan más una tutoría, su hija es una buena estudiante si es eso lo que les importa, pero es una chica que sufra y necesita más que nada el apoyo de sus padres, de su familia, ella ya ha dado un paso contando lo que es, ahora el paso lo teneros que dar vosotros, pero no tardéis demasiado o podéis perder a vuestra hija para siempre. Yo ahí lo dejo y créeme sé de lo que hablo" y sin decir nada salí del despacho, sin esperar ni siquiera una respuesta por su parte.

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