Capítulo 11

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El paraíso

Pov Bruno

Bueno Mina, voy aprovechar que Pol está durmiendo aun, para contarte nuestro viaje en autocaravana en medio de una pandemia mundial.

A un recuerdo Mina. nuestro primer despertar en el Parque nacional d'Aigüestortes.

El caso es que aprobando que estábamos los dos de vacaciones, un día sin previo aviso Pol llego a mi casa y sin venir a cuento me dijo:"Haz una maleta para pasar cuatros días fuera, yo te espero aquí".

No entendía nada, pero cuando te dice que hagas algo, mejor hacerlo, que quedarte quieto y ver cómo te mete prisa y es que es muy impaciente el pobre, con lo calmado que soy yo.

Así que me fui a la habitación y empecé a coger ropa como si no hubiera mañana, pero claro está, que no sabía dónde iba así que quería ir preparado.

En cuanto estuvimos listos y tras despedirnos de la yaya, los dos con dos besos en la mejilla, salimos y bajamos al portal de casa, madre mía Mina, cuando vi esa auutocaravana delante de la puerta, primero pensé que sería de otra gente, pero nada de eso, Pol cogió mis dos bolsas de equipaje y las metió dentro.

El camino a hasta nuestro destino, lo pasamos cantando la canciones de la radio o simplemente hablando, por mucho que preguntara a dónde íbamos, Pol no me lo decía o se hacia el loco, mirando simplemente a la carretera, ya que era él quien conducía, mientras yo estaba de copiloto mirando el paisaje o incluso intentar descubrir a donde me llevaba a trabes de los carteles indicativos, pero casi hasta el final no lo descubrí,

También me gustaba ver de reojo a Pol mientras conducía, sin que él se diera cuenta y cuando parecía que se daba cuenta y me miraba de reojo, yo dejaba de mirarlo y volvía a mirar el paisaje o simplemente hacia delante, sin duda los dos estábamos jugando con las miradas, como dos críos y eso me gustaba.

Al llegar a nuestro destino y bajarnos del vehículo, me pareció estar en el prasio, estábamos rodeados de naturaleza, solo se escuchaban pájaros y algún que otro riachuelo de agua corriendo, al fondo, sin duda ese lugar transmitía paz y lo mejor, es que estábamos en una zona sin más gente, al menos de momento alrededor nuestro, lo que significaba. ¡Fuera mascarillas!

No sé cuánto tiempo me quede embobado mirando el paisaje, solo que un ruido por detrás me saco de mis pensamientos, al girarme vi a Pol, intentando organizar la pequeña cocina ,así que sin pensármelo dos veces, me acerque a él y le bese, para seguidamente mirarle a los ojos y decirle: "Gracias por esta sorpresa. Aunque estas poniendo el listón un poco alto,eh" el me miro con esa cara de no entender nada y una ceja levantada, que tanto le caracterizaba así que añadí: "Ya me has sorprendido dos veces y yo ninguna", lo que hizo que se riera y contestara de forma tan natural: "Con tal de que seas tú, quien me pida matrimonio, estaremos en paz"

Recuerdo que la primera noche la pasamos mirando las estrellas, ya que la caravana contaba con un cristal algo pequeño en el techo, pero que si pegábamos nuestras cabezas una al lado de la otra, nos permitía poder disfrutar de esas vistas.

A la mañana siguiente, me despertó con el ruido de los pajaritos, era tan bonito y placentero escucharlo, que ni siquiera los pequeños ronquidos de Pol, podía chafar este momento.

Al ver que dormía plácidamente, decidí no despertarlo e ir preparando el desayuno, para cuando él se despertara y así darle los buenos días como se merecía.

Sin duda me encontraba en el paraíso y con la persona que siempre había soñado tener a mi lado, bueno al menos desde bachiller. ¿A caso podía pedir algo más?

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