Coronavirus

Capítulo 2

Las dos primeras semanas

Pov Bruno

Bueno Mina como te iba contando, a veces el destino te trastoca todos los planes que tenias pensado y la cuarentena , junto a Pol Rubio iban a poner de nuevo mi mundo patas arriba.

Los primeros días, pasaron con tranquilidad, Pol y yo casi ni nos hablábamos y si lo hacíamos, era porque estábamos todos juntos hablando sobre algún tema y tampoco era plan de hacerle el vacio solo a él, por mucho que se lo mereciese.

Pol siempre estaba con Rai, para mi que aun seguía intentatando algo con él, a pesar de que el otro, se supone que ya había dejado claro su postura sobre el amor o eso creo, la verdad Mina es que no sabría decirte muy bien, ya que Pol y Rai siempre han tenido una relación muy peculiar de amistad, que creo que ni el propio Pol ha tenido antes, ni incluso con el propio Marc Vilaseca, su cómplice en todo en nuestra época del instituto.

Pero bueno cuándo los veas a los dos juntos y hayas leído esto, entenderás mejor de que te hablo. Puesto que a día de hoy se siguen viendo y siguen con esa fuerte amistad.

Yo por mi parte, empecé a tener bastante relación con Etienne, uno de los chicos de los chicos de la famosa fiesta y porque no decirlo, de los más guapos que he visto en mi vida.

Si, en efecto una parte de mi, estaba empezando a sentir algo por él o eso creo, la verdad es que en ese momento no sabía muy bien que sentía.

Una noche, no recuerdo muy bien cual, empecé a dar vueltas en la cama, no me podía dormir y no porque no tuviera sueño, que si lo tenía, sino porque no dejaba de soñar con Étienne, pero como no ahí estaba Pol Rubio para fastidiar mis fantasías o más bien sus ronquidos.

Madre mía Mina, sinceramente no sé cómo acabe con él y es que cuando le da por roncar, no hay quien duerma a su lado, pero claro, no todo va ser perfecto, ¿no?.

Bueno a lo que iba, los ronquidos de Pol tampoco es que me ayudaran a dormir, así con cuidado de no despertar a Pol, aunque una parte de mi quisiera solo para fastidiarle, me fui al salón.

Pero al entrar me di cuenta que había alguien en el balcón, así que me acerque con cuidado y cuando salí al balcón me di cuenta de que ahí estaba él.

Solo con verle ahí, en pijama, mirando el jardín mi corazón empezó a ir a mil por hora y eso solo me había pasado un par de veces y siempre con Pol.

Me acerque con cuidado de no asustarle, aunque él se debió dar cuenta ya que antes de llegar a su lado y decirle algo, se giro y me sonrió.

Madre mía, casi era más bonita que la sonrisa de Pol o puede que sin casi, ese es un tema que deberíamos discutir más adelante.

Sentía como todo me temblaba e intentaba que las palabras salieran de mi boca, sin éxito hasta que por fin pude articular una palabra: "Hola".

Me sonrió de nuevo y me tranquilice un poco, me miro de arriba abajo y para mí que se mordió el labio, pero no dije nada al respecto.

Así pasamos un rato, el uno junto al otro, mirando el jardín en silencio y dedicándonos alguna que otra mirada de reojo, hasta que por fin dijo: "¿Y qué? ¿No puedes dormir?" me miro, por fin alguien decía algo.

"Pufff" fue lo único que pude responder en ese momento, hasta que al final dije: "Digamos que no y mi compañero de cuarto, no es que me ayude mucho a conciliar el sueño con sus ronquidos que digamos", él simplemente me dedico otra sonrisa.

La verdad, es que me sorprende la confianza que cogí con él en poco tiempo, vamos ya has visto, era capaz de hablarle hasta de los ronquidos de Pol y te digo yo, que a hoy en día no es que se lo comente a mucha gente.