Capítulo 21

209 20 12
                                    

Filomena

Pov Bruno

Bueno Mina, ahora que acabamos de cenar, vamos a contarte uno de los días más increíbles de nuestra vida.

Sobre mitad del mes de enero, un gran frente entro en nuestro pis, dejando cubierta de blanco casi todos los rincones de la península y alguna que otra isla.

En efecto, había nevado, según algunos hace mucho que no habían visto nevar así, para oros la nevada del siglo, pero para todos Filomena.

Y es que no te metería, si te dijera que nunca en mi vida había visto tanta nieve junta, sin contar las estaciones de esquí claro, fue una nevada que paralizo todo lo que había a su alrededor, las clases se suspendieron, casi era imposible ir a trabajar, por no hablar de los estragos materiales que dejo, por todos lados.

"Bruno, sigue con la historia y no te detengas en detalles, que te recuerdo que existe internet y estoy seguro de que lo explicara mil ves mejor que tú", eso me acaba de decir Pol, que está sentado a mi lado viendo lo que escribo y esperando su turno para escribir.

Madre mía Mina, que paciencia hay que tener a veces con este tío, te digo una cosa, no te cases nunca, hazme caso.

"¡BRUNOOOOO!" me acaba de decir Pol, mientras me pega en el brazo y joder, se nota que va al gimnasio pega fuerte el tío.

Bueno sigo, que no quiero acabar lleno d moratones y dolorido.

El caso es que nuestras clases se vieron suspendidas también, lo que nos permitía tener el día libre, teniendo en cuenta que los exámenes de recuperación ya los habíamos acabado.

Recuerdo que aquella mañana, me desperté con el olor de chocolate caliente recién hecho, si es que la yaya esta en todo, y como para negárselo con el frio que hacía.

Así que me levante y tras darle un beso de buenos días, como tengo de costumbre, me senté a disfrutar de esa taza de chocolate caliente.

"Niño, aprovecha que se han suspendido las clases y sal a disfrutar de la nieve, no te quedes en casa sin hacer nada como los abuelos" me soltó la yaya, cuando después de desayunar me tire al sofá

Si es que a veces piensa que me tendrían que dar una medalla, solamente con la paciencia que hay que tener para aguantar a la yaya, y encima cuando por fin me la quito de encima, va y tengo al Rubio de marido.

"Bruno no exageres, que no es para tanto" me acaba de decir Pol, como si mi queja no tvviera ningún sentido.

Definitivamente, me ha quedado claro, que Pol es peor que la yaya.

¡YAYA, VUELVE A VIVIR CONMIGO!

Bueno, como te imaginas acabé haciendo caso a la yaya, así que cogí el móvil y llamé a Pol, que por cierto lo acababa de despertar, el tío ni se había enterado de la nevada.

Si es que luego dice que yo soy el dormilón, si él aun se despierta más tarde que yo, casi siempre, bueno sin contar cando tiene que trabajar.

Al final quedamos en vernos, así que cogí ropa abrigada del armario y me dirigí donde habíamos quedado, que como siempre es un arque que queda a mitad de camino, entre nuestras casas.

Cuando llegue como era de esperar, Pol no estaba ahí, así que opte por sacar el móvil y hacer fotos, ya que nunca había visto el parque tan nevado.

No sé en qué momento, recibí una bola de nieve en toda la cara, que me hizo dejar de hacer fotos y mirar hacia la dirección donde la había recibido, y ahí estaba él, con un bote pequeño de Cacaolat , al parecer al pobre ni le había dado tiempo a desayunar.

CoronavirusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora