Capítulo 16

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Silvia- A ver Precioso... Mírame y cuéntame. Quizá te haga mejor hablarlo.
Cristian- pero mejor vámonos lejos.
Silvia- déjame que conduzco yo ¿Si?
Cristian- ¿Tienes miedo?
Silvia- No, tú estás mal ahorita y quiero que estés un poquito mejor. Déjame cuidarte también.
Cristian- bueno.
Cristian se baja del auto y yo me pasó al asiento de conductor. Él entra y se sienta a mi lado y manejo hasta el mirador. Hasta ese lugar donde el me llevo y a ambos nos gustó. La noche es fría pero el cielo está lleno de estrellas.
Cristian- Gracias.
Silvia- no agradezcas precioso.
Él mira hacia adelante y espero a que el sólo empiece a hablar. Suspira y espera otros segundos más.
Cristian- al principio mi hermano y yo nos llevábamos mal porque el parecía ser el heredero y el favorito de mi familia pero eso dejo de importarme y nos llevamos mejor luego de que tú llegarás a mi vida.
Silvia- ¿Yo?
Cristian- me cambiaste las formas de ver la vida.
Silvia- no logro entender.
Cristian- Ver cómo te llevas con tus hermanos, se peleaban, tenían opiniones distintas pero siempre fuiste amorosa con ellos y pedías perdón y les decías te quiero... Yo jamás me detuve a escucharlo así que solo hice eso, lo escuché y me di cuenta que no me odia como yo creí. Me admiraba por ser correcto y por ser como soy. Empezamos a llevarnos muy bien y de hecho me hacía feliz que sea él, el encargado de el negocio de la familia. El es 5 años mayor que yo.
Se queda en silencio un rato, acaricio su mejilla y lo observo. El vuelve a llorar y continúa su relato.
Cristian- Terminé mi carrera con honores. Él me dijo que debíamos festejar y fuimos a beber con amigos. Bebimos mucho, él más que yo. Era todavía de madrugada, el conducía su auto y yo le sugerí que yo lo haría ya que el estaba muy cansado. Él aceptó así que cambiamos de lugar, iba a una velocidad mayor a la que él iba, el me daba indicaciones pero las pase por alto... Choque contra el poste que el me advirtió que estaba, mi hermano no tenía el cinturón así que su cabeza chocó contra el parabrisas y no supe más de el. Desperté en el hospital y me dijeron que el no sobrevivió. Por mi culpa el se murió, el me advirtió que estaba ese poste y no hice caso. Se murió por mi causa.
Silvia- Fue un accidente.
Cristian- Yo tenía que escucharlo. Yo pude haberlo evitado pero no lo hice. Lo maté Silvia.
Su llanto se hizo intenso, lo abrazo con fuerza y el llora aún más partiendo mi corazón en mil cachitos.
Silvia- mi amor... Mírame... Mírame mi amor...
Silvia- ¿Cuando fué?
Cristian- Tres años... No pude volver a manejar, mucho menos a beber.
Silvia- conduciste para ir a buscarme a casa.
Cristian- Por eso siempre lo digo. Mi salvación eres tú.
Silvia- No tenía idea de lo importante que soy para ti. Perdón por todas las veces que te herí con mis palabras y no lo digo solo por lo de ahora sino... Porque siempre estás para mí y yo a veces soy grosera contigo.
Cristian- Todo hace que me olvidé de mis cosas.
Silvia- ¿Como te sentías al manejar otra vez?
Cristian- fue difícil mantenerme tranquilo porque sentía que en cualquier momento me iba a desmayar. Pero descubrí que al tomar tu mano me tranquilizó, luego tú me haces cariños cada vez que te llevo a algún lado y eso me ayuda mucho. Pero fue difícil.
Silvia- mi amor... Perdóname. No presté atención, soy una pésima novia.
Cristian- ¿Novia?
Silvia- si... Oh, cierto.
Me acerco más a él, miro sus ojos mientras limpio sus lágrimas.
Silvia- Te juro que no es por lo que me contaste ni nada de esas tonterías que estás pensando.
Cristian- pero es...
Silvia- cállate mi vida... Siento que a tu lado todo es más fácil, si no estás conmigo siento que no podría con todo lo que se avecina. Estoy muy feliz a tu lado, eres muy cursi y tan caballero que me encantas. Yo no sé si tú quieras pero yo si.... ¿Quieres ser mi novio?
Digo totalmente nerviosa, jamás hice algo así pero para que esperar a algo que sé que en cualquier momento va a pasar. Quería ser yo la que le pida eso para ver sus ojos. Justo como me lo imaginé, su mirada brilla y su sonrisa apareció en sus labios haciendo que se vean sus dientes perfectamente blancos.
Silvia- ¿Y?
Cristian- claro que quiero ser tu novio.
Dice feliz, me abraza y luego besa cada parte de mi rostro. Sonrió y acaricio su mejilla para luego darle un beso en sus labios que están fríos pero con el pasar de los minutos es más cálido. Luego se acomoda en su asiento y cierra los ojos mientras le hago mimos en su rostro.
Silvia- duerme mi amor. Todo va a estar bien.
Cristian no me responde y es porque se quedó dormido. Miro las estrellas pensando en lo que me contó y en lo difícil que debe ser para el cargar con esa culpa. Lo notaba nervioso antes pero pensé que era algo sin importancia y me arrepiento no haber preguntado que le pasa. Recuerdo esas veces que me decía cosas bonitas, que yo soy su mundo, que es feliz a mi lado, que soy su salvación. Mientras más lo pienso más me asusta.
Silvia- No quiero fallarte. No voy a fallarte mi amor. Perdóname por todo. Pero voy a acabar con lo que deje pendiente. Te prometo que estaré para ti.
Su teléfono empieza a sonar y dudo pero respondo. Es la madre de Cristian.
- Hijo... ¿Estás bien?... No hiciste otra locura ¿Verdad?
Silvia- Hola señora... Me llamo Silvia Navarro y soy...
- Eres la enamorada de Cristian...
Silvia- ¿Enamorada?
- El nos contó de ti.
Silvia- ah... Si soy esa misma. Estoy con el, se sentía mal y ahorita está dormido. ¿Quiere que lo lleve a casa?
- Creo que es mejor que se quede contigo. Solo estaba preocupada por el.
Silvia- entiendo... Él está mejor, es más creo que pude tranquilizarlo.
- Sin dudas eres un sol... Gracias por todo lo que lograste en el.
Silvia- ¿Que logré?
- creo que eso no es bueno hablarlo por teléfono.
Silvia- Ok. Mucho gusto Señora y llevaré a Cris cuando despierte.
- está bien linda. Gracias. Mi nombre es Nora.
Silvia- un gusto Señora Nora.
Finalizó la llamada y dejo el teléfono donde estaba. Me recargo en el hombro de él y me duermo.

La luz del día me da en el rostro, abro mis ojos con dificultad y me encuentro con la mirada y sonrisa de Cristian.
Cristian- Buen día Preciosa.
Silvia- buen día precioso... ¿Cómo dormiste?
Cristian- muy bien. Hace mucho que no dormía tan bien.
Silvia- Que bueno, eso me hace feliz. Ahora hay que volver a casa. Te llevaré.
Cristian- ¿Luego tú cómo te irás?
Silvia- en taxi.
Cristian- No. Déjame llevarte.
Silvia- déjame consentirte por favor. Déjame consentir a mi novio.
Cristian- me encanta ser tu novio.
Silvia- a mi muchísimo más.
Luego de minutos llegó a su casa, su madre abre la puerta. Es una mujer mayor con ropa muy fina, parece ser frívola pero por teléfono sonó amable. Ella tiene cabello oscuro y piel muy blanca. Me sonríe y hace señas para que entre con el auto. Esa casa es enorme y muy hermosa.
Al bajar Nora se presenta mejor y me insiste para que desayunemos juntos.
Silvia- pero mire las fachas en la que estoy. Según yo volvería a casa rápido.
Nora- entra, solo estaremos Cristian, tu y yo.
Cristian- ¿Y papá?
Nora- una reunión muy temprano.
Cristian- ah... Silvia, acompañanos.
Silvia- muy bien... Acepto, solo quiero ir al baño antes.
Nora- claro, yo te llevo.
Nora amablemente me guía hasta el baño. Me demoro un poco y voy a desayunar.
Nora- ¿Trabajas?
Silvia- si... Ahora tengo que volver a casa cambiarme y a trabajar.
Nora- ¿De qué trabajas?
Silvia- soy abogada.
Nora- Cristian tiene una revista con tu foto, yo pensé que eras modelo o algo así.
Silvia- También lo soy. Desde muy chica empece a ser modelo y ahora también soy abogada.
Nora- que bien. ¿Se complica las dos profesiones?
Silvia- si, mucho pero me gustan. Se complica más porque hay personas groseras.
Nora- entiendo. Es horrible pasar esos momentos.
Silvia- bueno, yo tengo citas con clientes y otras cosas que hacer.
Volteo a ver a Cristian que no comió nada. Cruzó los brazos y me acerco a él.
Silvia- precioso, come. El desayuno es la comida más importante del día, me lo decía abue. Ahora come todo o no pasó por ti más tarde.
Cristian- ¿A donde iremos?
Silvia- a pasear y a divertirnos.
Cristian- ¿Lo prometes?
Silvia- si precioso. Pero si tú madre me dice que no comiste nada no vengo por ti.
Le entrego una tarjeta de presentación a la señora y beso los labios de Cristian rápidamente.
Cristian- gracias por todo.
Silvia- Come y descansa un poco más. Te necesito con energía.
Cristian- ok. Gracias.
Silvia- deja de agradecer ya.
Nora- me sumo a eso. Gracias Silvia. Eres un encanto.
Silvia- los dos me van a hacer llorar. Adiós.
Nora- que te vaya bien en el trabajo.
Silvia- gracias.

Rápidamente llegó a casa, Jen no está así que intuyo que se fue a dejar a mi hermano a la universidad en mi auto. Me baño y luego me visto rápido y tomo un taxi.
Trabajo todo el día, hasta que antes de volver a casa voy a ver a Juan pero el duerme. De todos modos me quedo con el un rato.
Silvia- no voy a abandonarte. No lo haré.
Vuelvo a casa y ayudo a mis hermanos con sus problemas de trabajo y la universidad. Luego Jen y ellos se van con Denise y me arreglo para ir por Cristian. Busco un vestido rojo y dejo mi cabello suelto. Me maquillo y coloco unos zapatos de tacón color rojo.
No se me dificulta conducir con tacones, aunque Jen me diga que es peligroso y otras cosas más. Llego a casa de Cristian en mi auto y el me espera afuera con traje color negro.
Silvia- Woow pero si mi novio es el más guapo del mundo.
Cristian- No, la más guapa del mundo eres tú.
Silvia- ¿Te gusta?
Giro mostrando mi vestido. El se acerca y besa mis labios mientras rio al notar a su madre cerca.
Silvia- Ya... Está tu madre Cris.
Nora- por mi no te preocupes. Me hace feliz verlos así.
Silvia- bueno, prometo traerlo temprano o al menos le avisaré dónde estamos.
Nora- confío en ti Silvia.
Silvia- Ok. Vámonos así no perdemos más tiempo.
Nora- te portas bien Cristian.
Cristian- siempre... Adiós mamá.
Nora- adiós hijo.
Reserve una mesa en un buen restaurante, llegamos y nos sentamos mientras pido jugo, esperamos por la comida.
Silvia- ¿Cómo te sientes?
Cristian- Bien.
Silvia- yo te veo bien ahora pero mientras me acercaba a tu casa te miraba. Tenías una expresión triste.
Cristian- soñé con ese momento. Volví a ver a mi hermano herido.
Silvia- eso fue porque lo recordaste nuevamente. Pero no te atormentes más.
Cristian- mejor hablemos de otra cosa.
Silvia- te estás escapando, pero tengo una sorpresa para ti.
Cristian- ¿a ver?
Al ver mi sopresa el solo sonríe y se queda mirándome con mucho amor.

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