Capítulo 7 | "Volver"

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✨✨✨

Me bajo del taxi y acomodo mi ropa. Llevo una camisa a cuadros color celeste y un pantalón azul oscuro acompañado de botas cortas y bajas. Veo mi reflejo en la puerta de vidrio del gran edificio y mi cabello está perfecto.
Silvia- Woow esto si no lo esperaba.
Rio y veo la hora en mi reloj. Entro corriendo hasta el ascensor y al estar allí camino de un lado a otro llevando mi dedo pulgar a mi boca, lo muerdo levemente muy nerviosa. Estoy llegando tarde a una sesión de fotos.
Silvia- me van a medio matar. Es que... Se me pasaron las horas volando anoche. Que bien la pasé.
Sonrió al recordar que deje a ese hombre en el hotel así, sin decir nada, no le dejé mi número, nada. Por suerte es extranjero y no lo veré más.
Silvia- ¡Silvia!... Jen te va a matar.
Las puertas se abren y ella corre a su camerino. Al llegar ve a Jen cruzado de brazos y la mira de pies a cabeza.
Jen- No llegaste a casa.... ¿Dónde y con quién estabas Silvia?
Silvia- Ya lo sabes... No preguntes.
Jen- ¿Ya viste la hora?
Silvia- Perdóname... Juro que vine lo más rápido posible.
Jen- llegas tarde.
Silvia- me voy a quedar más tiempo. No te preocupes.
Jen- aquí hay un horario Navarro.
Baje la mirada y mis ojos se cristalizaron debido a las lágrimas. La maquilladora niega con la cabeza para que no llore.
Jen- ¿Dije algo malo?... Perdóname.
Dice abrazándome, me abrazo a el y me obrigo a no llorar frente a ellos.
Silvia- me recordaste a mi abuelo... A Don Juan... Después de mamá, el fué una persona muy importante en mi vida. Cada vez que llegaba tarde el me decía eso y se enojaba mucho pero yo lo arreglaba todo con besitos en su mejilla y le preparaba su café favorito.
Jen- ¿Que sabes de el?
Silvia- Lo que ya sabes. Fue a reencontrarse con sus hijos, que supuestamente estaban extrañandolo y con mucha ilusión fué. El se iría solo por una semana y ya ves... Pasaron 5 largos años sin él. Lo extraño todos los días.
Jen- No quería ponerte triste.
Silvia- me puse en contacto con doña Inés y ella vio a Juan con sus hijos pero no sabe más que eso.
Jen- entonces ellos saben dónde está.
Silvia- si... Pero me odian, así que no me lo dirán. Pensé las cosas. Yo sé que él está en México, no sé si en el pueblo pero está en ese país.
Jen- ¿Te irás?
Silvia- ya es hora de volver, tengo casi 33 años, tengo una profesión... Bueno, dos profesiones. Puedo comprar una casa, solo falta ver si Jonas, Matías y tú quieren ir allá.
Jen- ¿Yo?
Silvia- si... No te dejaré. Tu familia soy yo ¿Cierto?
Jen- Si... Por eso no dudes, yo iré contigo.
Silvia- me acostumbré a tu acento y hasta se me pega tío.
Digo imitando el acento de donde viví estos años. Jamás pensé conocer España y gracias a Don Juan pase años muy bonitos aquí, al principio costó pero fui muy feliz.
Jen- te sale muy bonito.
Silvia- quise mantener mi acento y el de mis hermanos. No sé pudo del todo.
La maquilladora y el chico que me peina terminaron su trabajo. Luego Jen me muestra el vestido que debo ponerme. Es un vestido que me llega un poco arriba de las rodillas, es color magenta, en la cintura tiene un listón negro. El zapato es color violeta.
Después de varios minutos estoy lista. Camino al estudio fotográfico y paso todo el día allí.

 Camino al estudio fotográfico y paso todo el día allí

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Jen- ¿Estuvo bueno?
Silvia- mucho... Es un tigre.
Jen- Aay Chivi.... Cochina.
Silvia- Tú preguntaste ahora te aguantas.
Jen- me alegra... ¿Y Roberto?
Silvia- uff ese ya no existe para mí. Fue importante y la relación más larga que tuve pero ya no más. Las personas no cambian.
Jen- ¿Eso es lo que tú crees?
Silvia- si. Y ya no se habla más de el. ¿Ok?
Jen- si, jefa.
Silvia- por cierto ya dejé todo arreglado para poder irme.
Jen- ¿Pero y si no te vas?
Silvia- los niños irán conmigo. Jonás ya me lo había dicho.
Jen- ¿entonces cuando nos vamos?
Silvia- mañana.
Jen- ¿Qué?
Silvia- si... Mañana. ¿Que tiene?
Jen- Eres una loca de lo peor.
Silvia- termino las fotos aquí y voy a terminar algunos detalles y no hay tiempo de dormir mucho pero dormiré en el avión.
Jen- Pero hay más fotos.
Silvia- Me las tomarán allá en México y...
Jen- ¿Ya tenías todo arreglado?
Silvia- Si, yo sabía que me dirías que si. Tengo trabajo allá, ya que mis referencias son las mejores y soy una muy buena y guapa abogada.
Jen- Debí imaginarlo... Eres una estructurada y a la vez muy relajada. ¿Cómo lo haces?
Silvia- pues... No lo sé.
Terminamos muy tarde y al volver a casa acomode todo y baje las maletas y demás cosas de mis hermanos. Ya de madrugada salimos de casa.

Mi hermano Jonas de 25 y Matías de 20 años van tomados de mi mano.
Jonás- Todo va a estar bien. Lo vamos a encontrar.
Silvia- así es... Ruego que sea así.
Matías- Nuestro abuelo estará allá. Solo no hay que dejar de buscar.
Silvia- siempre juntos.
Jonás- Siempre juntos princesa.
Jonás me llamaba así porqué le quedó eso de mamá, mamá le dijo que soy la princesa de casa y el lo tomo muy a pecho.
Matías- Chivi... ¿Tú estarás bien?
Silvia- Si... Creo que sí.
Subimos a el taxi que nos espera y ya en el aeropuerto esperamos casi una hora, ya junto a Jen, para subir al avión. Tardamos otros minutos hasta que por fin estamos partiendo a México. Mi país, ese país que me vio nacer, crecer y que tanto extraño.
Sin poder evitarlo cierro mis ojos y me quedo dormida.
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Al llegar lo primero que hacemos es comer algo en el aeropuerto. Estamos aún sin asimilar que volveremos a empezar nuestras vidas. Jen va a dejar las maletas a un taxi que nos espera. Luego vamos hasta un hotel, me registro y subimos para quedarnos dormidos todo lo que resta de el día.
Al siguiente día mis hermanos se quedan en el hotel mientras voy de camino a mi antigua casa. Bajo del taxi y me acerco más y más pero luego me alejo de camino a casa de Denise porque no quiero estar sola en mi casa. Ella está fuera de su casa (no cambió su aspecto), abraza a un hombre. Es guapo, aunque lo veo de espaldas, lleva camisa y jeans ajustados. Tiene muy buen cuerpo y brazos musculosos. Muerdo mi labio inferior y alejo esos pensamientos. Doy un paso adelante cuando ella lo besa y luego se alejan. Ella voltea a ver a una mujer que se aleja y grita.
Denise- ¡Muy bien Cristian!
Mi sonrisa se borra, no sé realmente el motivo pero me duele, Denise sabía que entre Cristian y yo había algo bonito e inocente. Es decir, nunca fuimos más que amigos pero me imaginaba todo menos que mi Amiga este con mi... Bueno, con mi mejor amigo.
El voltea y sonríe. Su sonrisa siempre me cautivó, había olvidado lo hermoso que es. Está mucho más guapo y por dios que quiero que me abrace fuerte hasta quitarme la respiración.
Me alejo de ellos y corro directamente hacia el hotel de dónde no quiero salir al menos por hoy.

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