6. Pelea de Salsa.

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Bruce estaba sentado en una silla mientras observaba a su sobrina dormir, tuvieron que sedarla hace varias horas ya que sufrió un gran ataque de pánico, y para mantenerla tranquila decidieron sedarla.

La niña dormía abrazando el brazo de su tio, ¿Raro? Pero eso la hace dormir tranquila. Banner miro sobre su hombre al escuchar la puerta abrirse, cierta pelirroja entraba a la habitación con una bandeja en su mano.

-Las traje algo de comer.-. Camino un poco y coloco la bandeja en la mesita detrás de Bruce.-. Por si tienen hambre.-. Sonrió un poco y miro con curiosidad el brazo cautivo de Bruce.-.¿Alguien no puede vivir sin su tio, eh?.-. Dijo con una sonrisa burlona, pero esa sonrisa se esfumo al ver el rostro serio del científico.-.¿Estas bien?.-.

Tomo su mano.-. ¿En serio estas aquí? ¿Esto es real?.-. Pregunto mirando su rostro fijamente examinando cada detalle y facción asegurándose de que si fuera ella.

Natasha tomo una silla y la coloco frente al científico para luego sentarse.-. Es real, soy yo.-.

-Creí que te había perdido para siempre.-. Acaricio su mano, mientras sentía sus ojos cristalizarse.-. Estas aquí....-. Susurro y rodeo con sus brazos a la espía.

Romanoff le correspondió el abrazo y dejo su cabeza en su hombro.-. Estoy aquí.-.

Se separó un poco del abrazo para mirar sus hermosos ojos.-Te extrañe demasiado.-.

-¿En serio?.-. Pregunto con algo de inseguridad.

-Si.-. Asintio mientras acariciaba su cabello.

-Creí que no me ibas a extrañarme.-. Confeso aquello que aun pensaba.

-¿Por qué creerías eso?. Dios, Natasha no sabes cuánto te extrañe, me atormentaba en sueños lo idiota que fui contigo.-. Confeso aquello mientras la miraba.

Rio.-. Se cumplió mi deseo de atormentarte desde la muerte.-. Bromeo un poco provocando su risa.-. En serio creí que no ibas a extrañarme.-. Miro sus ojos marrones.

-¿Por qué creerías eso?.-. Pregunto aun sin entender sus palabras.

-Por qué te fuiste, aquella vez en Sokovia, solo.....Sin mí.-. Bruce bajo la mirada avergonzado por eso.-. Y bueno no puedo culparte, soy una persona muy difícil.

La miro.-. No, Nat, el difícil soy. Y cobarde, lo lamento de verdad, no quería alejarme, pero tenía miedo.-.

-¿Miedo a que?.-. Pregunto y levanto sus hombros.-. No iba a asesinarte en el medio de la noche.-. Bromeo un poco pero aun así estaba algo dolida, cuando Bruce la dejo aquella vez, fue un golpe muy duro, tomo ese acto como otra prueba de que no merece ser amada.

-Miedo a lastimarte.-. Expreso su mayor miedo.-. Miedo a que el otro sujeto apareciera y te lastimara, si te pasaba algo por mi culpa, jamás podría perdonármelo.-. Dijo con sinceridad y algo de miedo de solo pensar en eso.

-Tú jamás me lastimarías, Bruce.-. Coloco su mano en su mejilla y acerco su rostro al de el.-. Jamás me lastimarías.-.

-No puedes estar segura.-. Tomo su mano y aunque quisiera apartarla como hizo esa vez en casa de Clint, algo dentro de él le decía que no se atreviera.

-Sí, puedo estarlo. Te conozco, Bruce, se quién eres en realidad. Y sé quién es el otro sujeto.-. Acaricio un poco su mejilla, mientras le sonreía tiernamente.-. Ninguno de los dos es capaz de lastimarme.-. Agrego mientras miraba los labios del rizado.

-No sabes cuánto te quiero.-. Dijo el científico a unos metros de sus labios.

-Demuéstramelo.-. Susurro rozando sus labios.

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