Always

39. El Tiempo.

   El tiempo.

El tiempo pasa con rapidez, empieza y termina tan rápido que aveces ni nos damos cuenta.

El tiempo acaba rápido, sin importarle que hiciste y que no pudiste hacer.

Para muchos es el peor enemigo del hombre.

Y ahora estoy empezando a creer lo mismo.

Ha pasado nueve meses desde que no te veo, y te extraño.

A ti, y a todos haya.

¿Cómo has estado? Espero que te estés cuidando como siempre me decías que lo hiciera.

No te preocupes, estoy bien. Aprendí a hacer cosas que sé que a ti no te gustaría ver en mí, pero en este tiempo es muy necesario.

Me regresaron y perdí al amor de mi vida con una rapidez que te asombraría.

Nos amábamos, o eso creí yo, quisiera creer que me amaba, pero no estoy muy seguro de eso.

Sé que si estuvieras aquí me dirías que me ama con todo su corazón y me animarías, pero no sé si te creería.

Eh cambiado, mucho, madre.

Sé que si me vieras ahora, no reconocerías a tu hijo.

Soy una persona distinta, esta guerra me cambio, y cuando Natasha se fue, termino por destrozarme.

Y por alguna razón, convertí mi dolor en algo más.

Ya no lloro por ella, ni por que quiera hacerlo.

Mis lágrimas se convirtieron en enojo, en ira, en odio hacia muchas personas.

Sé que te duele leer esto, madre. Pero necesito que sepas esto, necesito que me respondas una pregunta importante.

Lastime a Natasha, la lastime mucho, le dije cosas que nunca debí decirle, pero ella también me lastimo, y me mintió.

Pero aun así, la sigo amando.

La amo con toda la fuerza y el amor que ahí dentro de mí, crece, todos los días la extraño, y sé que al despertar no la veré junto a mí.

Sé que ya no voy a sentir sus labios, ni sus suaves caricias.

Y eso me enoja.

Todos aquí la extrañan, pero creo que no la extrañan como yo lo hago.

No sé qué pasa conmigo, creo que el otro sujeto y yo por primera vez, estamos en la misma página, madre.

Ambos estamos enojados, con el mundo, y con todo.

Pero estamos mucho más enojados con nosotros mismos.

Todos los días lo escucho decirme:

¡La dejaste ir, Banner! ¡Cómo vamos a sobrevivir sin ella! ¡Ella era mi razón para tomar el control y molestarte! ¡Me gustaba verla! ¡Y ahora ni siquiera a través de ti, puedo verla!.¡Ella me brindaba paz, Banner! ¡Nos brindaba paz a los dos!.

Me reprocha que la deje ir, pero no me lo reprocha enojado, bueno no tan enojado, parecer estar triste, aún más triste de lo que yo estoy, algunas veces lo escucho llorar un poco por ella.

Aveces pienso que los papeles se invirtieron, y él es el sensible, y yo el gruñón y enojón.

Si lo lees, te parecerá divertido.