30. Las Mentiras de Bruce.

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No sabía por qué pero tenía un sentimiento terrible en su pecho, y una horrible punzada y dolor de cabeza desde hace tantas horas, dormir no le sirvió.

Y menos luego de aquella pesadilla. Había sufrido un pequeño descontrol luego de esa pesadilla, y por eso ahora estaba sentada en la cama jugando con su aura negra, literalmente había aprendido como moldear con sus manos su aura y hacer formas, pero solo ha podido hacer animales y flores.

Animales principalmente.

Entre sus manos había una pequeña esfera de color negro, la cual moldeaba y moldeaba hasta que hiciera una forma que le favoreciera, pero realmente la esfera no cooperaba con ella, es como si tuviera vida propia.

-Ya deja de moverte.-. Susurro mientras miraba la esfera con el ceño fruncido.-. Te dije que dejaras de...-.

Frunció el ceño y pego su espalda de la pared, mientras miraba como la esfera salía disparada de sus manos y se colocaba en el centro de la habitación, destello un poco y las demás formas que estaban en la habitación salieron disparadas hacia esa esfera, relució demasiado, la espía tuvo que cubrir su rostro por la cantidad inmensa de luz, y luego llevo una mirada confusa a aquella mariposa que se había formado con esa esfera.

-Con que una mariposa otra vez, eh.-. Suspiro.-. Odio estos poderes.-.

-¿Por qué odias lo que te mantiene con vida?.-.

Natasha miro completamente seria a su alrededor, no había nadie ahí, no era la primera vez que escuchaba voces, desde que regreso de Vormir, las escucha siempre, Arkoff, Varonesa, los escucha siempre y siempre los insulta, pero esa voz solo la ah escuchado una vez.

Aquella vez en ese bosque de Wakanda.

-Deja de buscarme, nunca vas a encontrarme.-.

-¿Quién eres?.-.Pregunto la rusa con seriedad mientras observaba a todos lados.

-Acércate y veras.-.

La mariposa que estaba en medio de la habitación aleteo dejando a la ojiverde impactada, Nat se levantó y se acercó con cautela a la mariposa para luego acercar sus dedos lentamente a ella, la mariposa adsorbió su cuerpo por completo.

Nat abrió los ojos de golpe, su cuerpo se tambaleo un poco por el gran mareo que ataco su cabeza, cerró los ojos un segundo y respiro profundo para luego abrirlos de nuevo y mirar a su alrededor.

-No otra vez.-.Susurro al reconocer ese lugar que había visitado tantas veces y que tanto odiaba.-. ¡Arkoff! ¡Varonesa sé que ustedes me trajeron aquí! ¡¿Qué demonios quieren ahora!?.

-No fueron Arkoff y Varonesa, querida.-. Una voz femenina llego a los oídos de la rusa junto con el sonido de sus pisadas en los peldaños.

Natasha camino un poco con el ceño fruncido y se inclinó para mirar hacia abajo en donde se encontraba esos peldaños, no había nadie subiendo.

-Estoy aquí.-. Dijo sobre el oído de la rusa provocándole un gran sobresalto, una pequeña sonrisa se formó en sus labios al ver como había asustado a la espía.-. Lo siento, no quise asustarte.-.

La miro de arriba abajo con el ceño fruncido.-. ¿Quién es usted?.-.

-Soy Alma, linda.-. Estrecho la mano de la espía.-. No alardeo, pero gracias a mi estas viva, de nada.-. Agrego con una pequeña sonrisa.

-¿Qué?.-.Pregunto confundida.

-¿Creías que estabas sola?.-. Arqueo una ceja con una pequeña sonrisa.-. No, mi niña, no...-. Coloco sus manos en sus hombros y la miro directamente a los ojos.-. Eh estado contigo desde que llegaste aquí, ¿Quién te recibió al llegar a Vormir?.-. Arqueo una ceja con una pequeña sonrisa.

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