Killua Zoldyck, Gon Freecss. Ambos están enamorados de una mujer: Kyoko Sawada.
Kyoko Sawada es una joven correcta y amable, es tan linda que capturó la atención de los jóvenes protagonistas.
El escenario principal será su escuela, que tiene de nom...
El primer día de clase pasó con naturalidad. Las clases eran el infierno para algunos y para otros eran divertidas.
Nuestro joven albino fue a su gran habitación, no sin antes ir a visitar a su hermana menor Alluka; que estaba en una habitación compartida con Retz, al parecer eran buenas amigas: iban a la misma clase, reían juntas y hasta tenían los mismos gustos.
Ya en su cuarto, acomodó sus cosas y fue a ducharse. Unos minutos después ya estaba en su cama pensando en el día aburrido que tuvo.
Cuando vio a Kyoko solo había podido cruzar un simple saludo y de ahí nada más, estaba molesto con su mala suerte y para colmo el Freecss también estaba en su salón. Tenía que ganar el corazón de la chica antes que su rival.
El plan que planeaba iba a estar tan bien planeado que ni el mejor planeador lo hubiera planeado mejor. (Inserte carita maliciosa y facherita)
¿Que qué iba a hacer?
Fácil.
Humillar a su rival.
¿Qué mejor manera que avergonzarlo enfrente de todo su salón y de la misma Kyoko?
También podría hacer que lo expulsen, pero si lo descubren el que quedaría mal sería él.
Así que con humillarlo bastaba.
Sonrió con malicia y se quedó dormido de tanto pensar.
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El plan había dado comienzo.
Llevaba una semana completa intentando humillar al pelinegro y al parecer lo estaba logrando:
✔ Ya se había burlado de él cuando fallaba en matemáticas.
✔ Chocaba con él apropósito hasta tirarlo al suelo.
✔ Lo molestaba lanzándole papelito arrugados.
✔ Y muchas otras ideas más que se le pudieron ocurrir.
Nuestro querido ojimiel estaba molesto, al mirar al albino se podía reflejar ira en sus ojos.
Y vaya que daba miedo.
Los amigos de Gon estaban preocupados con la situación, sabían que esto podría acabar muy mal.
Pero la gota que llenó el vaso fue cuando el ojiazul lo hizo tropezar en la cafetería, dejándolo en ridículo frente a casi toda la escuela.
—¡YA NO MÁS! —gritó el azabache en su habitación con Kurapika y Zushi tratando de calmarlo.
—Tranquilo Gon no te alter —pero el tímido Zushi fue interrumpido por el moreno.
