Capítulo 36

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Adultos independientes

Después de graduarse, lo primero que hizo la pareja fue tomarse un no tan corto descanso de dos meses porque, como adultos independientes, era su deber buscar trabajo

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Después de graduarse, lo primero que hizo la pareja fue tomarse un no tan corto descanso de dos meses porque, como adultos independientes, era su deber buscar trabajo. Killua no, ya que él va a manejar una empresa, aunque no tan pronto ya que aún necesita aprender con la ayuda de su padre. En el caso de Gon, él tiene pensado entrar a una agencia de abogados muy reconocidos en Tokio, después de todo, se graduó de la mejor universidad en la ciudad, sólo necesitaba que la suerte le acompañara para que lo acepten. Pero antes de trabajar, tenían que casarse.

El primer mes de descanso fue utilizado para pasar tiempo con sus amigos y Alluka, pasear, visitar a la familia para informar su compromiso, divertirse y muchas cosas más, entre ellas hacer los preparativos para su boda. Killua y Gon no planeaban un matrimonio muy costoso, ellos querían algo simple con su familia y amigos, estar juntos era simplemente perfecto para ambos.

Un local de mediano tamaño sería el lugar del evento, alquilado con un descuento al ser Retz la propietaria. Al principio la pareja se oponía a la rebaja, pero la rubia insistió y el precio estuvo acordado.

—Killua, si aún no trabajamos, ¿de dónde sacas el dinero? —preguntó el pelinegro, recordando ese pequeño detalle —. Tenía una considerable cantidad ahorrada de los juguetes que vendí, también le pedí un préstamo a mi padre, se lo voy a devolver dentro de poco —respondió el peliblanco, recordando cuando vendió sus juguetes de niño porque dejó de jugar con ellos —. Además, necesitamos el dinero para la nueva casa —continuó su respuesta, sorprendiendo a su prometido.

—¿Nueva casa? Killua, ¿cuánto dinero pediste prestado? —preguntó ahora el azabache preocupado —. No mucho Gon, vamos a vender el departamento a un buen precio, ¿y tú de dónde es que tienes dinero? —cuestionó al recordar que el moreno pagó el local.

—Hacía pequeños trabajos antes para ingresar a la escuela, pero Mito-san no me permitió gastarlo porque ella pagaría todo y también tengo un poco de dinero por la herencia que... mi abuela me dejó —murmuró melancólico, el más alto lo abrazó, sintiéndose culpable por hacerle recordar a la difunta mujer —. Ella te está cuidando, estoy seguro que si tú eres feliz ella también lo estará. No te preocupes por los gastos, no nos faltará nada, todo saldrá bien y yo cumpliré con mi deuda, mi padre me dio mucho tiempo. No llores por favor, no llor- ay... —suspiró el albino acariciando la espalda del menor, que se acurrucó en el cuello pálido.

—Y-yo estoy feliz Killua, es sólo que me entristece un poco que ella no esté aquí... tú y Mito-san son lo único que me queda, quédate conmigo p-por favor, ¿si? —El peliblanco se quedó callado, escuchando atentamente cada una de las palabras de su pareja, su preocupada mirada se suavizó y formó una sonrisa para separarse del abrazo y acariciar el rostro acanelado con amor —. Cariño... no estás solo, nunca lo has estado y nunca lo estarás, porque estoy yo, tu tía y nuestros amigos. Siempre estaré para ti, te lo prometo —dijo, limpiando las lágrimas de sal que derramaban los ojos dorados.

—¿Lo juras? —preguntó el azabache mostrando su dedo meñique arriba, el más alto cruzó su meñique con el levantado y lo apretó con poca fuerza, mirando fijamente los bellos ojos de su novio —. Te lo juro hoy y te lo juraré el día de nuestra boda —pronunció y besó los labios color durazno, soltando un adictivo chasquido al separarse —. Y sellado con un beso.

—¡Killua! ¡Esa era mi parte! —gritó el muy sonrojado pelinegro, fingiendo enfado, el contrario comenzó a reír y besar todo el rostro ahora ruborizado del menor.

¡Chu! ... ¡Chu! ... ¡Chu! 

Pequeños soniditos salían de los labios del albino, que chocaban con la tez de su amado moreno, que también reía con la sesión de mimos que había empezado el mayor —. Me gusta mucho tu risa, es tan brillante, haré todo lo que esté a mi alcance para protegerla —habló luego de besar el cuello del risueño Gon.

—Neh, Killua —llamó el azabache a su besador —. ¿Mhm? —soltó el albino, esperando lo que diría el ojimiel —. ¿Podemos contratar a Pouf el mariposón para nuestra boda? Toca muy bien el violín, ¡anda! ¡Di que sí, lindo! —rogó el de cabello oscuro.

—Sabes que no puedo negarme si se trata de ti, así que el violinista será contratado —informó, para después ser atacado por una lluvia de besos por parte del más bajo, que ya no podía esperar para el gran día.

—Bueno, bonito, es hora de ir a por ahora nuestra casa porque ya va a anochecer —ordenó el Zoldyck pasado un rato —. Moo, Killua, todavía es temprano, ¡vamos a divertirnos, que la noche recién empieza! —gritó el moreno lleno de energía.

El peliblanco se sonrojó por alguna extraña razón y se dejó llevar por su pareja, que lo arrastraba de la mano por las no tan desoladas calles de Tokio. Corriendo, el más pequeño guió a su prometido hasta un restaurante con karaoke, muy popular en la sociedad, pidieron curry para cenar y al terminar el guiso la batalla de canto comenzó.

Desde clásicos hasta un montón de músicas aleatorias, la pareja de enamorados cantaron a todo pulmón bajo los aplausos de personas que, o bien estaban asombradas o bien estaban ebrias. Unas horas después decidieron salir del lugar, aunque sin un ganador, fue un empate.

A las tres de la mañana entraron en silencio a su departamento, como si fueran fugitivos entre risas llenas de complicidad. El pelinegro bostezaba como si no hubiera dormido en días, siendo notado por el peliblanco, que sonreía enternecido contemplando la belleza de su novio aún cuando se encontraba exhausto. Lentamente se cepillaron los dientes y se pusieron sus ropas de dormir, para echarse bajo las sábanas de su acogedora cama.

Sin embargo, como por arte de magia, el moreno ya no tenía nada de sueño, mientras que el albino poco a poco caía en brazos de morfeo.

—Neh, neh, Killua —llamó el menor sacudiendo a su prometido.

—¿Mmm? —murmuró el mayor, aparentemente cansado.

—Si los humanos perrean... ¿Los perros humanean? —preguntó con intriga.

—Gon Freecss... duerme por favor, que son las tres de la mañana —susurró, ya sin buscar una respuesta a la pregunta de su amado.

—Está bien —respondió el azabache, abrazó a su novio y cerró sus ojos, quedando dormido a los pocos minutos.

Continuará...

Continuará

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Hola 

Aquí traigo el nuevo capítulo, ojalá y les haya gustado ^_^

Gracias por los votos y lindos comentarios <3

¡Nos vemos pronto!

Por una mujer┃KillugonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora