Capítulo 38

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Conviviendo con la familia Zoldyck

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Conviviendo con la familia Zoldyck

—Gon... mi vida... Despierta, bonito durmiente —murmuró, dejando un beso en la mejilla del joven,que ni se inmutó —. Se supone que mi bello durmiente debió despertarse con ese beso, ya es tarde, mi chico precioso... —El mayor sacudía a su cónyuge buscando despertarlo, pero el menor seguía soltando ronquidos —. ¡Gonzalo de las casas! ¡despierta de una vez! —gritó mientras destapaba al moreno dormilón, que abrió sus ojos sobresaltado.

—Killua, mi esposo hermoso... ¿No puedes despertarme más bonito? ¡Me asustaste! ¿Y cómo que Gonzalo de las casas? No me digas así, soy tu amor, tu tesoro, tu vida... ¡Ay!, ¡me duele la cabeza! —Se quejaba el pelinegro ahora despierto —. ¿Será porque ayer tomaste hasta perder la memoria? Estaba tratando de despertarte desde hace cinco minutos ¡y no te diré cómo, tonto! —respondió el sonrojado peliblanco, bajo la confundida mirada del menor.

Después de calmarse, Killua se sentó al lado del azabache y tomó sus manos, besándolas y colocando en estas pastillas para la resaca —. Mejor comencemos la mañana otra vez, buenos días, lindo —saludó sonriente ante Gon, que ahora era el ruborizado. ¿Cómo no estarlo con aquel hombre tan guapo, amable y encantador que es su esposo? No todos tienen la gran suerte de tener un Killua en sus vidas.

El de cabello antigravedad sonrió y besó suavemente a su consorte, como todos las mañanas anteriores y también como en las tardes, noches y cada momento que podía, sabiendo que siempre será así —. Buenos días, mi apuesto esposo, empezamos con mucha azúcar hoy... me gusta —dijo alegre y se levantó a comenzar el día, tomando primero las pastillas —. ¿Qué vamos a desayunar? —preguntó al sentir hambre.

—Querrás decir almorzar, ya es medio día —informó el albino, viendo la expresión sorprendida del más bajo al escucharlo —. ¿¡Qué!? ¡Pero yo quiero desayunar! —exclamó el ojimiel, sintiendo su estómago vacío —. Es tarde para desayunar, Gon, comamos algo ligero y esperemos la hora del almuerzo, tenemos que salir también, ¿recuerdas? —Al escucharlo, el menor se emocionó y se alistó lo más rápido que pudo —. ¡Vamos a la gran inauguración de la veterinaria!

Porque sí, Ikalgo y Zushi inaugurarán su local, una clínica que lograron construir con sus ahorros y préstamos de sus amigos. Los recién casados estaban invitados y Gon era el que más desesperado estaba por ir, así que después de almorzar, subieron al auto y fueron hacia el lugar.

—Y la clínica veterinaria "Michis y Firulais", ¡está abierta! —Al decir esto, los jóvenes veterinarios cortaron la cinta roja que bloqueaba la puerta de su negocio, escuchando los aplausos de colegas y familiares que habían asistido.

Era un lugar moderno, con todos los productos necesarios para atender a los clientes, no había competencia alrededor, lo que era conveniente, además también pondrían en adopción a los animales callejeros después de una revisión y un buen baño. Sabían que la veterinaria debía tener un nombre, pero no tenían ni la menor idea de cómo ponerle, así que se decidieron por "Michis y Firulais", muy original, ¿cierto?

Por una mujer┃KillugonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora