Capítulo 39

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Hoy presentamos...

Un mes y una semana

La cena familiar de anoche terminó y la cálida mañana comenzaba después de toda una apasionada muestra de amor para la pareja protagonista

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La cena familiar de anoche terminó y la cálida mañana comenzaba después de toda una apasionada muestra de amor para la pareja protagonista.

El pelinegro fue el primero en abrir sus ojos, luego de mirar a su amado esposo dormido decidió levantarse para comenzar el día, sin embargo un dolor lo atacó apenas puso los pies en el suelo —. Creo que tres rondas fue demasiada recompensa para mi héroe salvaje... —susurró sonrojado.

«Pero bien le pedías que te llenara, goloso».

Se abofeteó a sí mismo por la voz de su conciencia, que era la encargada de recordarle siempre su atrevido y perverso comportamiento, que demostraba en esos momentos de delirio. «¡Silencio conciencia! ¡El único que puede molestarme con eso es Killua!»

Mientras Gon se tapaba su ruborizado rostro, el peliblanco despertaba y veía el gracioso actuar de su consorte, que seguía parado golpeando su cabeza repetidas veces. Una sonrisa pícara se formó en la cara del albino, que se levantó sigiloso y rápidamente alzó a su moreno como si de una princesa se tratara —. ¡Whoa! ¡Ki-killua! —gritó el menor sorprendido, aferrándose al cuello blanco de su esposo,aunque se sentía avergonzado al no llevar nada puesto.

En cambio, Killua reía igual de sonrojado por el agudo grito que lanzó el azabache —. Creo que me volveré todo un cazador de recompensas, tengo mucha energía ahora, ¡vamos a bañarnos! —Y en un segundo se dirigió hacia la ducha con Gon cargado como un costal.

Luego de sólo bañarse, fueron a desayunar y esperar pacientemente la carta que debía llegar el día de hoy, no tuvieron que esperar mucho, pues el timbre sonó y el pelinegro corrió lo más rápido que pudo hacia la puerta, recibiendo el sobre que estaba a su nombre.

—Killua, no quiero abrirlo, tengo miedo... —susurró con el papel en sus manos y el albino lo abrazó —. Sé que lo lograste, no debes temer... Hay que abrirlo juntos, ¿está bien?

—¡Hm! —asintió más relajado y tomó las manos de su cónyuge, para abrir aquel sobre y leerlo atentamente.

"Solicitud de trabajo aceptada, sea usted bienvenido, señor Gon Freecss de Zoldyck, a la gran organización de abogados en Tokio".

—Lo logré... ¡Lo logré Killua! ¡Ya tengo trabajo! —gritó emocionado mientras lo abrazaba dando pequeños saltitos, el peliblanco sonrió de forma ladina y orgullosa —. ¿Ves? Te dije que lo lograrías, ya eres todo un abogado... y no sabes cómo me fascina este lindo abogado.

Un estremecimiento recorrió toda la columna vertebral del pelinegro, que abochornado, se quedó abrazado a su esposo mientras escuchaba las risas escandalosas de este, después un silencio cómodo se presentó en la casa; los jóvenes sonrientes abrazados cerca de la puerta sintiendo sus latidos tan sincronizados, el menor fue el que rompió ese silencio —. Yo quiero... agradecerte, Killua

Por una mujer┃KillugonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora