Terrified.
Parte I.— Estás cubierto de sangre otra vez.— Dije cuando Stiles entró en la habitación.
De acuerdo, tal vez cubierto de sangre era una exageración, pero tenía dos o tres pequeños cortes en la cara y sangre en la camisa que parecía no ser la suya.
— Estoy bien, todo está bien. — Dijo con calma, retirándose a su habitación para cambiarse la camisa. Al parecer, todo estaba "bien" recientemente según Stiles, cuando obviamente no lo estaba. Cuando se escapó a México dejándome aquí, fue hasta altas horas de la noche cuando Stiles llegó a casa estresado y cansado, mientras yo también iba a su casa. No había terminado con la conversación, así que seguí a Stiles a su habitación. Al entrar, acababa de ponerse una camisa limpia y se estaba quitando los zapatos.
— ¿Mi papá te dejó entrar? — Preguntó mientras rodaba los ojos.
— ¿No es obvio? Él también está preocupado por ti.– Declaré, apoyándome contra el marco de la puerta. Él asintió con la cabeza, recostándose en su cama, el cansancio claramente se veía por toda su rostro.
— ¿Por qué no me dices nada más?— Pregunté, queriendo llegar a lo que me ha estado molestando toda la noche mientras esperaba. Esperando. Eso es todo lo que he estado haciendo. Cualquier cosa que mi mente pudiera pensar era diez veces peor de lo que realmente podría estar sucediendo, y la incertidumbre me estaba destrozando. Me preocupo por Stiles, más de lo que alguna vez admitía, y recientemente me he encontrado preocupada por él todo el tiempo, ya sea por mis sentimientos nuevos o simplemente porque no me había estado diciendo nada.
— ¿Qué quieres decir Harper?— Preguntó Stiles, cada vez más alerta al darse cuenta de que estaba molesta.
— ¿Que quiero decir? Stiles, te estás escapando con criaturas místicas, metiéndote en dios sabe cuántos problemas. Demonios, hace unas semanas huiste a México sin siquiera enviarme un mensaje de texto. Todo el tiempo estoy atrapada aquí, ahogandome en mis pensamientos de qué demonios podría estar pasando contigo. — Logré decir, sintiendo las lágrimas comenzar a pinchar mis ojos, pero sin atreverme a dejarlas caer.
— Harper...— Suspiró Stiles, poniéndose de pie y abrazándome. Mis manos se quedaron a mis costados cuando finalmente me soltó, sus ojos mirando los mios.
— Sabes que no quiero que te involucres con estas cosas, es demasiado peligroso.— Dijo, lo único que había estado diciendo en las últimas semanas.
— ¿Simplemente decirme si estás bien es peligroso? ¿Una llamada? ¿Un mensaje de texto? — Dije honestamente, su cara parecía haber sido abofeteada.
— Harper ¿de dónde viene esto?— Preguntó, haciéndome querer gritar.
— Dios Stiles, ¿no ves que estoy preocupada por ti? Estoy constantemente preocupada, y ni siquiera lo ves. ¿Y sabes qué más? Creo que estoy enamorada de ti y estoy aterrorizada.— Escupí dejándolo como un pez fuera del agua. Agarré mi bolso, lo colgué sobre mi hombro y salí rápidamente de la casa, finalmente permitiendo que las lágrimas escaparan.