Jealous Much?
Derek y yo estábamos pasando por una pequeña mala racha. Últimamente me había ignorado, al parecer estaba demasiado ocupado con los hombres lobo adolescentes como para reconocer mi existencia. Me enfrenté a él por eso, y él comenzó a gritar lo que llevó a una discusión. Por lo que en ese momento estaba sentada en el bar, sola, tomando un vodka.
— Guau, debes estar teniendo una muy mala noche para estar bebiendo tanto. Déjame invitarte a otra.— Me giré a mi derecha y me encontré con un tipo, borracho a más no poder.
— No me interesa.— Me volvi hacia la barra y tomé otro sorbo.
Sentí que una mano se deslizaba por mi muslo y me puse inmediatamente en tensión. — Vamos, nena. ¿Sólo uno? — Me dedicó una sonrisa espeluznante y deslizó su otra mano por mi brazo. — Realmente puedo hacerte pasar un buen rato, cariño.
— ¡Aléjate de ella, ha dicho que no! — Un hombre grande estaba de pie en la puerta del bar y le gruñía al hombre que me estaba acosando.
— ¿Y qué harás si no lo hago, eh? ¿Chico bonito? — El borracho empezó a besar mi cuello, pero me quedé helado, demasiado asustada para moverme.
Oí unos fuertes pasos que se acercaban al hombre. Sentí que la presión se alejaba de mi y escuché un golpe desde el otro lado de la habitación. Derek se interponía entre el borracho y yo, con la respiración agitada. Me tomó de la mano y me alejó de ahí.
— ¿Muy celoso? — Pregunté, luego de unos minutos de silencio en los que me relaje.
Derek se giró para dirigirse a mi. — ¿Qué?
— Parecías un poco celoso entonces, Derek, cuando sus manos estaban sobre mí. Has estado ignorándome toda la semana y luego vienes aquí a la defensiva. Me parece que alguien tiene algo que demostrar. — Le dije a Derek y le dediqué una pequeña sonrisa, sabiendo que lo que estaba diciendo le ponía de los nervios.
— ¿Qué tal si te muestro lo celoso que estoy? — Sin soltarme la mano, tiró de mi hacia el callejón que había al lado del bar.
Empujándome contra la pared, Derek atacó mi cuello con besos calientes y descuidados. Tiré de su cabello, lo que le hizo gruñir, enviando vibraciones por todo mi cuerpo. Gemí y senti que Derek sonreía contra mi cuello.
— Nadie más podrá hacerte sentir así, ¿verdad, amor?— Volví a gemir ante el apelativo cariñoso que utilizó.
— No, cariño.
— Ahora vamos a terminar esto en casa, no quiero que nadie aquí afuera te mire. — Derek me apartó de la pared y se dirigió al coche, dándome una palmada en el trasero al pasar.