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— ¿Y ahora qué? — Pregunté mientras miraba a Isaac que estaba mirando al tipo, o más bien, estaba imaginando como asesinar al tipo que estaba hablando conmigo.
— Nada.— Finalmente respondió en un tono áspero antes de alejarse.
Vi como su figura desaparecía lentamente en el pasillo lleno de gente. ¿Qué pasa con él? Me encogí de hombros y decidí ignorarlo. Saqué mis libros del casillero y fui a la biblioteca y para mí sorpresa Isaac también estaba allí. Estaba de pie entre dos estanterías, con la espalda apoyada en una de estas y sus ojos estaban concentrados en el libro que estaba leyendo.
— Hey.— Caminé hacia él mientras mis ojos inspeccionaban los libros.
— ¿Me estás siguiendo? — Preguntó con un tono áspero sin quitar la vista de su libro.
— ¿Qué? No. Estoy aquí para hacer el proyecto de química. Simplemente también estabas aquí.— Dije mientras tomaba un libro del estante, lo miré y luego lo volví a poner.
—Bien, si estás buscando a él tipo de hace un rato, está al otro lado.— Respondió y señaló al otro pasillo.
— ¿Por qué lo buscaría? Espera. ¿Estás celoso o algo así? — Me acerque unos pasos a Isaac con una sonrisa divertida en mi rostro.
— ¿Q-qué? No. ¿Por qué iba a estarlo? ¿Debería estarlo? — Cierra el libro y me miro. Sus perfectos ojos azules finalmente se encuentran con los míos, haciendo que mi corazón lata más rápido.
— Uhm, no lo sé Isaac, ¿por qué no me lo dices tú? — Respondí hábilmente.
— Yo...uh, bueno...— Lo interrumpi posando mis manos en sus mejillas.
Me mira confundido mientras acaricio su mejilla con mi pulgar. Lentamente me acerqué a él, mi rostro estaba a solo unos centímetros de él. Presioné mis labios contra los suyos. El toque de nuestros labios lo hizo cerrar los ojos en un instante mientras responde al beso con pasión y deseo.
— Se mía, por favor.— Isaac susurra contra mis labios.
