I dont want.
Isaac revolvía las cosas de la habitación de manera desesperada mientras yo solo lo miraba con una sonrisa en el rostro. Mis piernas estaban estiradas sobre la cama y encima de estas yacía un libro.
— Mierda, mierda.— Isaac repetía mientras dejaba la habitación hecha un desastre.
— Tú vas a limpiar eso.— Dije regresando la vista a mi libro.
Isaac tenía un juego en una hora más o menos y no encontraba su jersey. Le estaría ayudando en este momento, pero en realidad, no iba a hacerlo. Isaac se había comportado como un hijo de puta hace unos días conmigo frente a la manada simplemente por haber tratado mal a Alisson. El imbécil era mi novio y a ella no parecía importarle. Isaac la rechazaba pero aún así, ella insistía y no pude evitar gritarle un poco.
Flashback.
— Bien, dejemos que la gran Allison Argent siga coqueteando con MI novio, al parecer es más importante que detener a los alfas.— Sonreí falsamente y Isaac rodó lo ojos.
— Basta, Diana.— Susurro Isaac y yo abrí la boca indignada.
— Si, sigue aullando, lobita, estas haciendo un drama por nada. Isaac es mi amigo.— Dijo Alisson mientras acariciaba el brazo de mi novio. Bien, eso había sido todo.
Antes de que pudiera si quiera tocarla, las manos de Isaac me sujetaron por la cintura y me alejaron de el perfecto rostro de Allison, la cual solo me miraba asustada y se ponía atrás de Scott.— Voy a desfigurarle su perfecto rostro, ¡suéltame hijo de perra! — Gritaba mientras los chicos veían la escena asombrados y otros riendo.
Isaac me saco de la habitación en donde estábamos y cerró la puerta.— Vete a casa y relájate, no puedes ponerte así por todo.— Dijo y se metió a la habitación de vuelta, dejándome a fuera sola.
Fin del flashback.
— Amor, deberías ayudarme. — Me dijo Isaac volteando a mirarme.
— Allison debería ayudarte.— Sonreí falsamente y seguí leyendo.
— Vamos, supera eso, te amo a ti.— Dijo intentando acercase a mi. Lo miré mal y él hizo una mueca, regresando a buscar su jersey.
Pasados los minutos, Isaac regreso a la habitación bastante molesto y me miró. — ¡Ayúdame a encontrar mi jersey!
— Me gustaría tanto poder ayudarte pero...no quiero.— Sonreí y cerré mi libro, salí de la habitación y baje las escaleras hasta sentarme en el sofá y encender la tele. Mi novio gritó molesto y yo solo sonreí.
— ¡Tú la tienes!— Bajo corriendo Isaac y me señaló.— Quítate el suéter.
Chillé fingiendo emoción y lo miré.— ¡Alguien está muy salvaje hoy!— Sonreí y me quite el suéter lanzandolo a su cara. Isaac lo quito de su rostro y frunció el ceño al ver que tenía puesto su jersey.
— Tienes que quitarmelo si lo quieres.— Le guiñe un ojo y Isaac sonrió satisfecho.
— No tienes que pedirlo.— Se acercó a mí y me cargó con él hasta la habitación.
Adiós por hoy, juego de Lacrosse.