058. Scott McCall.

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Young love.

— ¡Ugh! ¿Pueden no hacerlo, por favor? Es demasiado pronto para ver algo así

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— ¡Ugh! ¿Pueden no hacerlo, por favor? Es demasiado pronto para ver algo así.— Stiles gimió y se tapó los ojos, un poco asqueado por el espectáculo que tenía delante.

Scott y yo nos separamos, riendo. Llevábamos un par de meses juntos y estábamos totalmente enamorados. Cada momento libre que teníamos y que no pasábamos en la escuela o luchando contra lo sobrenatural, lo pasábamos juntos.

— Lo siento, Stiles. Pensábamos que estábamos solos, ya sabes, teniendo en cuenta que es mi casa.—  Scott miró por encima de su hombro a Stiles, que claramente había irrumpido de nuevo en la casa de Scott.  

— Sólo pensé en venir a buscarte temprano para ir a la escuela. Realmente no sabía que ibas a desayunar Mónica. Hombre, ni siquiera son las 9 en punto y ya están el uno encima del otro. ¿Alguna vez paran?

Me di la vuelta y golpeé a Stiles en la cabeza. — Cállate Stiles y muévete, vamos a llegar tarde.

— ¡Auch! — Stiles se dio la vuelta, se frotó la cabeza y empezó a refunfuñar algo sobre las mujeres por las mañanas.

— Parece que últimamente no hemos podido tener tiempo a solas, con todo lo que está pasando.

Me di la vuelta y abracé a Scott, hundiendo mi nariz en su pecho. 

— No te preocupes, nena, lo tendremos.—  Scott tomó mi mano y me guió fuera de la casa hacia el jeep de Stiles.

Al terminar las clases, toda la manada se junto en casa de Scott para tener una noche de cine. Actualmente estábamos viendo una película de terror, para disgusto de Lydia.  

— Odio las películas de terror, ¿no podemos ver otra cosa?

Lydia estaba enfurruñada en el borde del sofá, abrazando un cojín. Stiles se acercó y dijo algo sobre estar ahí para protegerla. Lydia le dio una palmada en el pecho. — En tus sueños, Stiles.

Toda la manada se echó a reír mientras los créditos iniciales aparecían en la pantalla del televisor.

A mitad de la película, Scott y yo nos distrajimos un poco y dirigimos nuestra atención hacia el otro. Los dos estábamos acurrucados el uno contra el otro en el pequeño sofá, con los dedos entrelazados y robándonos pequeños besos. Sin embargo, uno de estos pequeños besos se convirtió en un poco más e Isaac se dio la vuelta y vio lo que se estaba desarrollando en el otro lado de la habitación.

— Scott, será mejor que te vayas a una habitación antes de que Mónica decida arrancarte toda la ropa aquí mismo, delante de todos nosotros. — Isaac pensó que lo había susurrado, pero al decirlo, la película se quedó en silencio. Lydia y Stiles estallaron en carcajadas mientras Scott y yo nos quedamos con las mejillas rojas.

— Supongo que será mejor que nos vayamos a una habitación, no quiero que vean lo que Mónica esconde bajo su ropa. — Lo que se ganó una colección de quejas de la manada y un cojín lanzado a la cabeza de Scott.

Scott me cargo en su hombro y me subió por las escaleras, dando lugar a una de las mejores noches de mi vida.

— Te juro que si escucho esa cama meciéndose, voy a vomitar. No necesito esa imagen grabada permanentemente en mi cerebro. — Stiles gimió, ganándose una palmada en la cabeza de Lydia.  — Bien, ¿qué es eso de que todo el mundo me pegue en la cabeza?

— Eres un idiota, eso no necesita explicación.— Lydia se rió y se dio la vuelta para ver el resto de la película, que desafortunadamente fue interrumpida por el ruido de una cama mecedora en el piso de arriba. La manada se volvió a quejar y mejor salieron de la casa de Scott, dejándolos hacer todo el ruido que quisieran.

Teen Wolf. │One Shots. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora