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— ¡Vamos! — Liam me agarra de la mano y tira de mi hacia la puerta con una señal de salida de color rojo brillante.
— ¡Tengo pre-cálculo! No puedo irme sin más.— Me alejé con una carcajada. — ¡Y tú tienes Historia!
— ¿Y?— Liam me dedicó una sonrisa diabólica. — Odias esa clase y la historia es aburrida.— Liam intenta persuadirme.
— ¡Nunca he faltado antes! — Quería ir con él pero sabía que mis padres me matarán si faltaba a clase. Era una buena estudiante y si me descubrian me castigarian una semana.
— Hay una primera vez para todo. — Liam se ríe y vuelve a tirar de mi hacia la puerta, esta vez con mucha más fuerza y rapidez.
Mis piernas se mueven para seguirle el ritmo a pesar de que mi cerebro me dice que me aparte. Podría escapar de su agarre. En realidad no me obligaría a hacer nada, pero estar con Liam en lugar de una aburrida clase de matemáticas suena mucho más divertido. Sólo se es joven una vez, ¿verdad? Liam, al ser un hombre lobo y mucho más atlético que yo, puede correr mucho más rápido, así que me veo absolutamente ridícula arrastrándome detrás de él con las manos entrelazadas, pero ni una sola parte de mi se preocupa. La escuela se pierde de vista y mi adrenalina empieza a subir. Seguramente ya ha sonado el timbre, así que ya es demasiado tarde. Si volviera, sólo conseguiría un castigo por llegar tarde.
— ¿A dónde vamos? — Los dos comenzamos a reducir la velocidad al doblar una esquina, la escuela ahora completamente fuera de la vista.
— Eh...— Liam me mira con los ojos muy abiertos. Está claro que no ha pensado bien la idea.
— ¿Me has hecho faltar a clase sin saber por qué?— Lo empujé con una risita.
— ¡Película! —Grita. — Hay una nueva película de terror en cartelera. Vamos. El cine estará vacío.
— Bien. — Puse los ojos en blanco, pero en realidad estaba muy emocionada. Llevaba unas semanas queriendo ver la película pero no había tenido tiempo y Liam era la única persona con la que realmente quería verla.
— ¡Vamos entonces! Caminemos a nuestra cita. — Se adelanta a mi pero no me muevo.
— O podríamos ir a mi casa y coger mi coche, ya que está justo en la calle. — Mis palabras son completamente sarcásticas.
— ..Oh. — Liam se gira, con las mejillas de un ligero tono rojo, olvidando que tenía un coche. Sólo iba en coche a la escuela cuando hacía mal tiempo. Prefería no gastar la gasolina. Mis padres no llegan a casa del trabajo hasta después de las clases, así que sabía que ni siquiera sabrán que he usado el coche en pleno día.
— ¡Bueno, vamos! — Corrí delante de él y nos dirigí a mí casa. Una vez allí, tomé las llaves del auto y nos dirigimos cine.
