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— Va a sanar, Clarise .— Isaac se rió mientras corría con un trapo mojado y un vendaje.
Ignore su afirmación cuando traje la tela a su espalda. Isaac había tenido otra pelea con los gemelos, lo que le valió cinco profundas marcas de garras incrustadas en su piel.
— Shh.— Dije, queriendo ayudarlo. Mientras le limpiaba la sangre, pasando la tela por la herida ligeramente, se inclinaba hacia atrás para obtener el vendaje. Cuando lo traje para envolverla a su alrededor, silenciosamente maldeci. La piel de su espalda se estaba curando, cerrando las heridas con fuerza, sin dejar nada para sanar.
— ¿En serio?— pregunté molesta, ya que solo se rió de nuevo.
— Te dije que sanaría.— Dijo mientras lo miraba.
— Pero ayudé ¿no?.— Pregunté desesperadamente, ya que solo asintió.
— Claro, cariño.— Dijo, atrayéndome y besando mi sien.
