Ana.
- ¿Realmente vas a comer eso? - Me pregunto mi tío, por tercera vez.
Deborando con gusto el postre que había pedido, asentí con mi cabeza.
- ¿Qué tiene de raro el postre Lamington?- Levantando una ceja, esperé su respuesta.
Nick: Nada... Sólo que te has comido dos pasteles de carne, con puré de patatas y salsa de tomate y... - Tomando una sorbo de su vino blanco- ¿No te parece demasiado?
Limpiándome mi labio inferior con mi servilleta, tomé mi copa con vino y antes de siquiera probar un poco, recordé que "algo con forma de bebé" podía estar formándose en mi interior. Dejando de lado la copa, llamé al mesero para pedirle jugo de naranja.
Harry: ¿ Y eso?- Preguntó, probando con cierta lentitud su pastel de carne. Si no terminaba de comérsela antes, la comería yo, pensé.
- No es bueno tomar alcohol... - Contesté, con cierto nerviosismo. Era la excusa más estúpida que podía haber pensado. - Y tú tampoco deberías tomar, faltan menos de dos horas para el partido y el alcohol hará que te vuelvas un poco tonto, si hablamos de los reflejos y de tus movimientos.
Mesero: Aquí tiene su jugo de naranja, señorita Lancaster... - Sonriéndome, me lo entregó.
- Muchas gracias- Agradecí, tomando un poco- Estás muy rico... ¿Podrías traer otro vaso de jugo, por favor?
Mesero: Es recién exprimido, claro, no hay problemas. - Apretando con nerviosismo su bandeja, se alejó.
Harry: Parece que tienes un nuevo admirador... - Murmuró, sonriendo falsamente.
Frunciendo el ceño, pensé en qué debía decirle. Pocos más tarde, llegó nuevamente el mesero, ganándose mi atención.
Mesero: Aquí tienes, disfrútelo- Dándole a Harry su vaso de jugo de naranja, él lo aceptó de mala manera. Creo que se ha pasado de límite.
Levantándome de mi asiento, intenté decirle unas cuantas palabras, además de que se disculpara con el pobre hombre que sólo hacía su trabajo, pero una fuerte oleada de náuseas me hizo desistir de la idea, al sentir el olor a mariscos. Caminando rápidamente hacia el baño, busqué un cubículo vació y encerrándome en el, comencé a devolver todo. ¡Malditos mariscos! ¡Los odio! Levantándome, corrí el pestillo de la puerta y me acerqué hacia los lavados, dónde terminé por lavarme mi rostro con agua fría. Secándome con una toalla, vi mi mirada apagada.
- No te preocupes, dentro de dos meses, se irán las náuseas... - Girando mi rostro, me encontré con una chica rubia de aspecto modesto y tranquilo- Es común que cualquier comida te haga sentir asco pero así es el embarazo...
- ¿Qué? Yo no... - Intenté decir.
- Tranquila, no se lo diré a nadie- Sonriéndome, caminó hacia la puerta- Aunque deberías hablar de ello, poco a poco se te notará más tu situación y más en tu abdomen. Cuídate. - Abriendo la puerta, salió al exterior. En suma calma, observé mi reflejo en el espejo.
- ¿Será?- Levantándome la remera, toqué con miedo mi abdomen plano.- No, no creo que esté embarazada...- Tapando con brusquedad nuevamente mi piel, lavé mis manos con jabón y tomando de mi bolso, el enjuague bucal, me limpié mi boca. No sólo no me gustaba el sabor amargo que ahora sentía en mi boca, si no que además no me gustaba tener mal aliento.
- Bien... - Acomodándome mi cabello, salí del baño. Camiando hacia mi mesa, observé que sólo quedaba Niall. - ¿Y los demás?- Frunciendo el ceño, tomé asiento.
Niall: Tuvieron que salir rumbo a la cancha- Haciendo una mueca- Parece que el partido anterior al suyo, se suspendió.
- ¿Y por eso no me esperaron?- Pregunté, un poco enojada.
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Breakpoint. (Harry Styles)
Teen Fiction"El amor no significa nada en el tenis. Te hace perder..." (Wimbledon)