CAPÍTULO 3

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"La llamada"

Llegué a casa y subí a mi habitación. Dejé el anillo junto a Wall•E en mi escritorio y luego me tumbé en la cama para llamar a Daniela.
Hace tiempo no la veía. No me gusta admitirlo, pero nuestra amistad ya no es la misma. Dani ha cambiado mucho desde que está con Andrik. Ya casi no nos vemos, es más, ella me prohibió volver a hablarle hasta que olvidara a Aidan. Dijo que tenía que superarlo sólo así podría volver a ser feliz, ella no entiende que mi felicidad es Aidan. Pero Daniela tiene razón, debo olvidarlo, o al menos intentarlo. No quiero pero tampoco quiero seguir sufriendo.
–Hola -dije cuando Dani respondió mi llamada-
–¿T/N? ¿Cómo estás?
–Bien. ¿Estás con Andrik?
–No, estoy sola en casa
–Yo sé que la última vez que hablamos dijiste que no querías que te buscara hasta que olvidara a Aidan, pero nunca podré hacerlo. Ahora sólo me resigné y lo superé -confesé al teléfono-
–¿Dejaste de usar el anillo? -preguntó Daniela como si eso fuera todo lo que importaba-
–Justo hoy
–Me necesitas, ¿cierto?
–Siempre
–Voy para allá -dijo y colgó-
Necesitar a Dani, ni siquiera estaba segura de eso. No estaba segura de querer seguir teniendo a Daniela en mi vida. Digo, ella y yo habíamos sido mejores amigas desde pequeñas, pero eso cambió hace más dos años. Sólo necesitaba hablar con alguien sobre mi decisión, sólo quería desahogarme y Daniela era mi única opción. Suena cruel, pero ahora "desahgorme" era la única razón para querer ver a Daniela. Podría desahogarme con Mau, pero él siempre está bromeando. Sé que lo hace para hacerme reír y hacerme sentir bien, pero a veces sus bromas son demasiadas y no puedo tolerarlas.
*Narrador omnisciente*
  –¿Sabes? Es increíble que estemos juntos en el mismo internado y es más increíble aún que ya estemos por graduarnos y poder largarnos de aquí -dijo Aidan con tono de alivio-
–Sí, es grandioso que ya podremos salir de aquí -dijo Roberta con emoción- Lo único bueno de estar aquí era compartir habitación contigo y estar juntos
–Concuerdo -dijo Aidan y sonrió-
–Pero, ¿sabes qué es verdaderamente increíble? -preguntó Roberta-
–Que en todo este tiempo nunca hayas hablado con T/N. Por favor Aidan, ¿tan difícil era llamarla? ¿Enviarle un mensaje? Al menos le hubieses escrito una estúpida carta
–No, sí era y es difícil
–¿Por qué? Nunca he entendido porque decidiste alejarte de ella. O sea, yo sé que tus padres te obligaron a venir aquí, pero existe tu celular y existen las llamadas y mejor aún, existen las videollamadas. Era tan fácil como llamar a T/N, explicarle todo, pedirle disculpas y seguir juntos, a la distancia pero no distanciados
–No, no es fácil porque T/N seguro me odia y... -hizo una pausa y suspiró- Y seguro ya me olvidó
–No puedes estar seguro de eso si no hablas con ella
–No, sí estoy seguro. Estoy seguro de eso, porque de haber sido lo contrario, ella ya hubiese llamado
–¡No! Lo único seguro aquí es que ella debe seguir esperando tu llamada
–No insistas -dijo Aidan mientras se tumbaba en la cama-
–Sabes que digo la verdad por eso quieres que deje de insistir
–Roby, ¡ya! -advirtió Aidan-
–Vamos, llámala -insistió-
–Estás delirando si piensas que voy a llamarla después de dos años
–Por favor -suplicó Roberta-
–Apuesto a que ya cambió su número celular -se excusó Aidan-
–Ok, si no la llamas tú lo haré yo -dijo y tomó el  celular de Aidan que afortunadamente estaba cerca de ella y llamó a T/N-
–¿Qué? ¡Dame mi celular! -dijo gritando Aidan cuando se dio cuenta que Roberta estaba llamando a T/N-
–Lo siento, demoraste demasiado en reaccionar, ya estoy llamándola -dijo y esbozó una sonrisa de victoria-
–¡Roberta! -gritó Aidan-
–Shh, guarda silencio
Seguía en mi habitación con Daniela y de pronto mi celular empezó a sonar.
–¿Quién te llama? -preguntó Daniela-
–No sé. Déjame ver
Tomé mi celular dispuesta a responder pero me congelé cuando vi que quien estaba llamando era Aidan y lo mi primer reacción fue arrojar el teléfono a la cama.
–¿Qué te pasa? ¡Casi me golpeas! -exclamó Daniela-
–E-e-es Aidan -tartamudeé-
–¿Qué? -gritó Daniela y tomó el celular-
[...]
–Ya cuelga, no va a responder -objetó Aidan-
–Hay que esperar y si no responde esta vez, volveremos a llamar -dijo con decisión Roberta-
[...]
–¿Qué hago? -pregunté pidiendo el auxilio de Daniela-
–¿Cuelgas tú o cuelgo yo?
–¡Daniela!
–¿Qué? Tú acabas de decirme que ya lo superaste, o sea que ya no te importa, así que te da igual que esté llamando, ¿no?
Por supuesto que no me daba igual, yo quería responder y tenía que hacerlo antes de que Daniela colgara.
–Pues...
–Ok, cuelgo yo
–¡No! Espera, quiero contestar
–¿Segura?
–Sí -dije dudando-
–Ok -Daniela rodó los ojos- Ten -suspiró y me dio el celular-
Tomé mi celular y respondí la llamada.
–¿Hola? -dije con nerviosismo-
[...]
–Habla -le musitó Roberta a Aidan y este negó con la cabeza-
[...]
–¿Hola? -dije otra vez esperando obtener una respuesta pero Aidan no respondía- Escucha, no sé qué pretendes al llamarme, pero si no respondes ahora mismo, voy a colgar -advertí-
Y así lo hice. Aidan no respondió así que terminé colgando. Me arrepentí de haberlo hecho. Quería seguir esperando a que contestara y dijera algo, pero mi orgullo pudo más y colgué. Colgué la llamada que me traía esperanza y me arrepentí tanto de haber hecho eso.
[...]
–¡T/N! -gritó Aidan pero T/N ya había colgado-
–Ya colgó -dijo Roberta y esbozó una sonrisa atenuada-
[...]
–¿Qué estupidez acabo de presenciar? -dijo Daniela con tono de fastidio- Aidan es un idiota. ¿Cómo se atreve a llamarte después de tanto tiempo? Y encima no decir nada
–No sé -dije con decepción- Pero ya no importa
*Narrador omnisciente*
–Soy un idiota -se lamentó Aidan-
–De hecho. Al menos la hubieses saludado -dijo Roberta con tono de reclamo-
–¡Ya! No me molestes -dijo Aidan arrebatándole su celular a Roberta- ¡Felicidades! Acabas de hacer que T/N me odie más
–¿Ah, sí? Pues quién no te odiaría. Eres un cobarde
–Y tú una inoportuna. ¿Qué necesidad había de llamar a T/N hoy después de dos años?
–La necesidad que tienes tú de verla y hablar con ella -dijo Roberta con voz firme-
–No, eso se acabó gracias a ti. Si todo ya estaba mal, tú hiciste que empeorara -reclamó Aidan-
–A mí no me culpes de tu cobardía. Tú lo arruinaste una vez y lo volviste a hacer hoy cuando no respondiste

Aidan Gallagher, ¿mi verdadero amor? (Aidan y tú) [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora