CAPÍTULO 4

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"Dos años, seis meses y ocho días"

Después de que colgué a Aidan, Daniela y yo seguíamos en mi habitación, el silencio reinaba y ella observaba como yo no dejaba de de ver mi celular.
–¿Qué? -dijo Daniela por fin rompiendo el silencio- ¿Estás esperando que vuelva a llamar? O peor aún, ¿piensas llamarlo tú? Creí que habías dicho que ya no te importaba
Ok, cuando Daniela habló, yo me alegré de que lo hiciera porque así se había roto el silencio, pero odié todo lo que dijo.
–No, no me importa. No estoy esperando a que él llame y tampoco pienso llamarlo yo -dije con voz firme- A quien sí voy a llamar es a Mau
Llamé a Mau y le pedí que fuera a mi casa, él se negó al principio pero después cedió.
–Mau viene para acá -dije cuando colgué el teléfono-
–Ay no, ¿por qué? -Daniela se quejó- Sabes que lo odio
–Si no quieres verlo, puedes irte -dije rodando los ojos-
–¿Me estás corriendo? -preguntó con indignación-
–No, pero ambas sabemos que te urge irte porque verás a Andrik y además ya viene Mau. Si prefieres vete ya -dije en tono de desinterés-
–¿Qué estás tratando de decirme?
Daniela se mostraba confundida e indignada. Preferí hablar de una vez por todas y desahogarme, haciendo notorio que me dolía que desde que Aidan se fue, también ella lo hizo. De cierta manera, Dani también se había ido y me dejó sola cuando más la necesitaba.
–¿Qué estoy tratando de decirte? Sencillo, estoy diciendo que desde que Andrik y tú son novios a mí me has hecho a un lado. Me alejaste de ti. Y cuando trataba de contarte algo me decías "me cuentas después, tengo que ver a Andrik". Me ignoraste. Yo entiendo que Andrik es tu novio, que lo amas y que quieres pasar todo el tiempo con él. Pero dos años de relación no se comparan con estar juntas desde la infancia, aunque parece que para ti sí. Es mejor que te vayas -concluí antes de mostrarme frágil y romper en llanto-
–¿Sabes qué? Sí, tal vez la culpa fue mía, pero te recuerdo que he sido yo quien ha estado contigo desde siempre, no Mau -objetó denotando coraje-
–¿Ah sí? Pues eso cambió cuando Aidan se fue y tú también me dejaste sola
–Y ahí estuvo el idiota de Mau, ¿no?
"El idiota de Mau" era quien había estado conmigo siempre. Mau era la mejor persona que conocía. Es tan noble, amable, sencillo y divertido. "Mau es 268 veces mejor amigo que tú", eso es lo que le quise decir a Dani, pero no lo hice porque aunque fuera verdad, no quería sonar cruel y no quería dañar a la persona que solía ser mi mejor amiga. Por eso sólo permanecí en silencio.
–Ok -dijo Dani y una vez más rompió el silencio generado anteriormente- Ya entendí. Nuestra amistad se jodió. Yo me largo -dijo y salió de mi habitación-
¿Detenerla? Lo habría hecho si ella nunca me hubiese prohibido volver a hablarle hasta que olvidara a Aidan. Ella sabe perfectamente que nunca lo voy a olvidar y que probablemente nunca le habría vuelto a hablar, ella sabía todo esto y aún así puso esa jodida condición. Es obvio que ya no le importo a Daniela.
*Narrador omnisciente*
–Perdón por haberte gritado -se disculpó Aidan ante Roberta-
–Perdón por haber llamado a T/N -se disculpó ella de igual forma-
–Está bien. Al menos algo bueno me dejó todo esto -dijo Aidan mientras sonreía-
–¿Qué? -preguntó Roberta con confusión-
–Pude escuchar la voz de T/N gracias a ti -volvió a sonreír-
–Bueno, si la llamaras siempre, podrías escuchar su voz todos los días -Roberta persistía-
–¿Qué tratas de decir?
–Nada, sólo que vuelvas a llamarla y ya
–No puedo y ahora sí en serio, no puedo. Estoy muy apenado y T/N ya no respondería. Yo no quiero hacerla sufrir y tampoco quiero sufrir yo. Es mejor que ya no piense en ella -dijo Aidan y en un suspiro quitó de su muñeca la pulsera que le había regalado T/N-
–¿Qué harás con esa pulsera?
–Cuando T/N me  la dio yo prometí regresarla y ese día también prometí estar siempre con ella. Creo que no podré cumplir con ninguna de esas promesas. Sólo dejaré de usarla, la guardaré y ya -volvió a suspirar-
–¿Y de qué sirve eso? Igual nunca podrás olvidarla -refutó Roberta-
–Tal vez no, pero al menos trataré de hacerlo -vaciló Aidan-
Mau llegó a mi casa refutando y exclamando que tenía que estar trabajando. Cualquiera que no lo conociera diría que estaba molesto de verdad, pero yo lo conocía perfectamente, sabía que de las 268 cosas que Mau decía o hacía al día, al menos 268 eran broma, sí, Mau nunca se toma nada en serio.
–¿Qué pasó? ¿Para qué me hiciste venir? -preguntó sentándose en la cama-
–Aidan -fue lo único que pude articular-
–Uh, creí que ya no querías hablar de el -dijo Mau con confusión-
–Él acaba de llamarme
–¿En serio? -pregunto atónito-
–Sí -y otra vez fue todo lo que pude decir-
–¡Ingrato! -exclamó- ¿Cómo se atreve a llamarte a ti antes que a mi?
Mau parecía indignado.
–Digo, ¿Cómo que te llamo? ¿Y qué dijo? -corrigió sus preguntas-
–Nada, no dijo nada
–No entiendo
–Yo tampoco -era verdad, yo no entendía nada- Yo sólo respondí la llamada y él no dijo nada
–¿Y tú que le dijiste?
–Tampoco dije nada, sólo espere a que el hablara, pero como no respondía le advertí que colgaría -explique-
–¿Y colgaste?
–Sí
–¡Bien hecho! Eso creo
Cuando Mau dijo eso yo volteé a verlo con coraje.
–Ya en serio, no puedo creer como Aidan hace esto después de dos años
–Dos años, seis meses y ocho días -dije y Mau me miró con confusión en su rostro-
–He llevado la cuenta -confesé-
–Lo bueno es que quieres olvidarlo -dijo el idiota de Mau con un ligero tono de burla-
–¡Ahh! -grite frustrada-
Me tumbé en la cama y Mau hizo lo mismo.
–Tranquila -dijo Mau y sonrió atenuadamente-
–¿Por qué llama justo cuando decidí olvidarlo? -pregunté todavía frustrada-
–Uh, no sé qué decirte. Supongo que estamos de acuerdo que las hormonas del cerebro de Aidan están dañadas
"Hormonas del cerebro" Cuando Mau dijo esto yo no pude evitar soltar una risa.
–¿Las qué? -pregunté riendo ligeramente-
–Hormonas del cerebro -Mau repitió con seguridad-
–No son hormonas, son neuronas -aclaré-
–Oh. El punto es que Aidan es un idiota
–No sé, de pronto el no quería llamar, sólo se equivocó
–Sí, esta bien, piensa en 268 cosas por las que Aidan supuestamente llamo y olvídate de la verdadera razón; lo hizo porque quería
–Lo que quiere es joderme la vida
–Y tu se la vas a joder a él
–¿Qué? -pregunté confundida y con una expresión de molestia en mi rostro-
–Vamos a vengarnos haciendo exactamente lo que el hizo; lo llamaras y no responderás, y al final solo dirás: "número equivocado, que tenga buen día"
–¡Dios! No se si reir o llorar -dije riendo ligeramente-
–Puedes hacer ambos -dijo Mau riendo y encogiendo los hombros- Oye, yo no quiero que esto te afecte, pero no sé que puedo hacer para evitarlo -dijo en un gesto lindo y me dio una sonrisa atenuada- No sé qué quieres hacer, tal vez quieras contarme cómo te sientes, o llamarlo y burlarnos, o tal vez sólo quieres olvidarlo
–Sí, sólo quiero olvidarlo -dije en un suspiro- No es justo que la vida me haga esto, no es justo que Aidan llame justo cuando decidí olvidarlo, o al menos tratar de hacerlo -me quejé-
–Bueno, sabemos que en la vida nada es justo. Entonces, ¿quieres hablar a profundidad de lo que pasó o quieres hacer otra cosa?
–Sólo quiero leer -dije y tomé un libro- ¡No! ¡Este no! -el libro era Eleanor y Park y lo arrojé al piso- ¡Ahh! No encuentro ningún libro que no me recuerde a Aidan -me quejé gritando-
–¿Qué es esto? -preguntó Mau mostrándome algo que Daniela había olvidado en mi habitación-
–Oh, es algo que se usa para cosas de maquillaje, creo
La verdad no estaba segura de que era, pero sí estaba segura de que Daniela había olvidado ese objeto en mi habitación.
–Es un labial -dijo Mau con seguridad. Supongo que él sí sabía de lo que se trataba aquello que Daniela había olvidado-
–¿Y si lo sabes para qué preguntas?
–Quise decir, ¿qué hace un labial en tu habitación? Tú nunca te maquillas, es más, ni siquiera sabías que esto es un labial
–No es mío, Daniela debió olvidarlo
–¡Que asco! -dijo en broma Mau aunque demostrando que detesta a Daniela, por eso también arrojó el labial al piso-
–¿Por qué? -pregunté riendo-
–Es de Daniela
–¿Y? -volví a reír-
–Daniela y yo nos detestamos
–¿Y por eso arrojaste su labial al piso?
–Sí, yo no quiero tener nada que ver con Daniela, y tocar su labial implica de alguna manera relacionarme con ella y no quiero eso
–Ridículo. Nunca he entendido cómo Daniela y tú dejaron de llevarse bien, al principio lo hacían
–No sé. Yo sólo sé que ella empezó a odiarme y luego empecé a odiarla también. Mi teoría es que ella cree que la reemplazaste, o algo así, por mí, por eso me odia
–Yo no la reemplacé. Pero ella sí a mí, por Andrik
–¿Y te diste cuenta, cuándo? -preguntó como si para él fuera bastante obvio lo que Daniela hizo-
–Siempre lo supe. Se supone que es, o era, mi mejor amiga. Ella siempre me apoyaba y estaba conmigo, pero desde que está con Andrik todo cambió -dije con decepción-
–Bueno, eso siempre pasa; todas las niñas cambian a sus amigas por su novio -dijo con tranquilidad-
–Yo nunca la cambié por Aidan cuando estuve con él
–Eso es lo que crees tú, pero claro que lo hiciste
–¿Ah?
–Preferías estar con Aidan. A Daniela ya ni le hablabas, digo, a ella no le importaba mucho porque al mismo tiempo ella te cambiaba por Andrik
–Uh...
–Ambas lo hicieron
–Ok, acepto que también fue mi culpa y asumo mi responsabilidad. Pero, cuando Aidan se fue, ella no estuvo conmigo y se supone que siempre lo haría -dije con consternación-
–¿Vamos y le reclamamos a Andrik?
–¿Qué? -dije confundida-

Aidan Gallagher, ¿mi verdadero amor? (Aidan y tú) [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora