CAPÍTULO 41

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"¿Eres feliz?"

Después de obligar a Mau a que tomara sus antirretrovirales, Aidan y yo salimos de la habitación de Mau.
–¿Y? ¿Eres feliz? -preguntó Aidan cuando salimos de la habitación de Mau-
–Sí, estoy feliz porque Mau aceptó seguir su tratamiento -dije y esbocé una ligera sonrisa-
–Esa no fue mi pregunta, no cambies el verbo
–¿Cómo se puede ser feliz si la persona que más amas en el mundo morirá proto? -dije alterada-
–Oh -musitó Aidan-
–Lo siento, yo no...
–No, está bien -se apresuró a decir- Siempre... Siempre se puede ser feliz, sólo debemos buscar la forma para serlo -dijo y ambos sonreímos atenuadamente- ¿Qué planes tienes para esta noche? -preguntó cambiando el tema de conversación-
–No muchos, sólo, hacer mi tarea y supervisar que Mau tome su otra dosis
–¿Sobre qué es tu tarea?
–Matemáticas
–Lo siento
–Sí, gracias -dije riendo ligeramente-
–Te invito a cenar, en mi casa -propuso esbozando una ligera sonrisa-
–Mau... -traté de decir que no podía dejar solo a Mau-
–Él estará bien. Ya lo dijo y lo hará, seguirá su tratamiento
–No sé -traté de negarme-
–Vamos, necesitas distraerte -sonrió-
–¿No tienes que ir al bar? -inquirí-
–No esta noche
–Acepto con una condición -dije y sonreí-
–¿Cuál? -preguntó con una sonrisa expectante-
–Que hagas mi tarea -dije esbozando una sonrisa lobuna-
–Eso no estaba en mis planes, pero está bien -aceptó y sonreí- Te veo en la noche -dijo y se despidió de mí con un beso en la mejilla-
–¿Necesitas algo más antes de que me vaya? -pregunté a Mau minutos antes de dirigirme a casa de Aidan-
–Necesito que vayas, disfrutes y seas feliz -respondió Mau sonriendo-
–¿Tú eres feliz?
–Si tú lo eres, por supuesto -dijo aún sonriendo y yo también esbocé una sonrisa-
–Vuelvo en un rato -comencé a despedirme-
–Está bien si no lo haces
–Mau, sólo es una cena de amigos -traté de aclarar-
–Es una cita, una cita amorosa -corrigió-
–No
–Sabemos que sí. Así que, adelante; ve y se feliz -sonrió-
–Hola -saludé a Aidan cuando llegué a su casa-
–¡Hola! -dijo Aidan sonriendo y me saludó con un beso en la mejilla- Pasa -dijo después de saludarme-
–¿Tus padres? -quise saber si sus padres estaba en casa-
–Oh, ellos están en el trabajo, o eso creo, quiero decir, no están en casa -explicó con una risa que denotaba nerviosismo-
–Oh, Ok -dije riendo ligeramente-
–Ven -dijo y me tomó de la mano para llevarme a la cocina, mis nervios también se hicieron presentes-
–Siéntate -dijo y me ayudó a sentarme en la silla- Cenaremos pasta, ¿está bien? -se dispuso a servir la comida-
–Sí, me gusta la pasta -sonreí-
–Cool, espero que también te guste esta, yo la preparé -dijo y sonrió-
–Oh, ¿en serio? -volví a sonreír-
Minutos después, Aidan y yo terminamos de cenar.
–Wow, señor Gallagher, usted de verdad prepara una pasta deliciosa -lo halagué sonriendo-
–Gracias. Que bueno que te gustó -sonrió ante mi elogio-
–En realidad, debo admitir que me gustó y me gusta todo esto -sonreí ligeramente- Me gusta que tú hayas preparado la cena, me gusta que ya que tú bebes vino, compraras jugo de uva para mí,  me gusta que pusieras música romántica de fondo, me gusta que hayas encendido velas, me gusta esto, me gustas tú -me sonrojé y Aidan sonrió- ¡Rayos! ¿Lo dije o lo pensé?
–Oh no, tranquila. Lo pensaste, sólo que yo pude escucharlo, tú sabes; telepatía 
–Claro -dije aún sonrojada-
–¿Así que te gusta la música de fondo?
–Sí, es linda -dije sonriendo ligeramente-
–Es perfecta -sonrió-
–¿Perfecta?
–Sí, perfecta para ser bailada por nosotros -dijo sonriendo-
–Oh no, yo...
–Está bien, yo tampoco sé bailar, ¿lo recuerdas?
–Yo bailo con confianza, no con habilidad -dijimos al unísono y reímos ligeramente.
–Lo sé, pero yo...
Aidan me interrumpió.
–Oh, déjame decirlo por ti: yo simplemente no bailo -dijo y volvimos a reír- Bailemos
–Oh, no, no, no -dije al mismo tiempo que negaba con la cabeza-
–Vamos, no puedes negarte. La vida es 268 veces mejor bailando
Reí ligeramente.
–La vida es una pista de baile, ¿me concedes esta pieza? -preguntó Aidan extendiéndome su mano y no pude evitar negarme-
Asentí con la cabeza al mismo tiempo que sonreía, tomé su mano y me levanté de la silla para poder bailar. Aidan tomó mi cintura y yo rodeé su cuello con mis brazos. Durante toda la canción nuestras miradas estuvieron fijas en la del otro, excepto en algunos momentos cuando Aidan bajaba su ojos a mis labios y yo hacía lo mismo, segundos después ambos volvíamos nuestras miradas a los ojos del otro. Al término de la canción nuestros cuerpos quedaron inmóviles, ahora todo lo que se movía eran nuestros labios pegados a los del otro siguiendo el ritmo de nuestros corazones.
–También me gustas -dijo Aidan cuando por fin dejamos de besarnos-
–El "la vida es una pista de baile, ¿me concedes esta pieza?"... -comencé a preguntar-
–Ajá
–No estoy segura, ¿esa fue una manera sutil de pedirme que estemos juntos de nuevo? ¿O qué fue? -inquirí-
Aidan rio ligeramente.
–Uh, sí. En realidad fue una propuesta, te propuse que me ames tanto como yo a ti y tú aceptaste -sonrió- T/N, quiero que estemos juntos y esta vez para siempre, de verdad. Quiero que empecemos de nuevo, quiero que volvamos a conocernos por primera vez, otra vez
–Yo sólo quiero decir algo
–Dilo
–Diliget te (te amo) -sonreí y volvimos a besarnos-
Después de pasar unas horas más en casa de Aidan, dije que tenía que regresar y él se ofreció a acompañarme.
–Gracias por acompañarme -dije cuando llegamos a mi departamento y entramos-
–Gracias por darme una nueva oportunidad, la definitiva -dijo y me besó en los labios-
–Nos vemos mañana -sonrió-
–Sí -confirmé sonriendo-
–Bonum vesperam (buenas noches) -se despidió-
–Bonum vesperam, diliget te (buenas noches, te amo) -lo abracé para despedirme-
–¿Qué es "bonum vesperam"? -preguntó Mau acercándose a nosotros-
–Oh, buenas noches -expliqué-
–Buenas. Entonces, ¿qué significa bonum vesperam?
–Buenas noches, eso significa -volví a explicar-
–Oh, entiendo. Y por lo que vi, también entiendo que ustedes dos regresaron
–Sí -dijimos Aidan y yo al unísono mientras sonreíamos-
–¡Gracias! -dijo sonriendo y luego nos dio un beso en la mejilla a cada uno- Bonum vesperam -dijo y regresó a su cuarto-
–¿Gracias? ¿No debería decir "felicidades", o algo así? -cuestionó Aidan cuando Mau regresó a su habitación-
–Uh, creo que es disléxico -dije encogiendo los hombros-
Después de eso, Aidan volvió a despedirse y regresó a casa.
–¿Cómo estás? -pregunté entrando a la habitación de Mau después de que Aidan se marchara-
–A punto de dormir. Oye, de verdad me alegra que Aidan y tú hayan regresado -dijo Mau y sonreí- ¿Eres feliz? -preguntó seriamente-
–Sí, ¿tú? -respondí sonriendo-
–¡Por supuesto! Hoy aprendí una nueva frase en latín, eso es felicidad -bromeó-
Negué con la cabeza mientras sonreía y lo abrazaba.
–Si me disculpas, tengo una cita con Morfeo -dijo cuando dejé de abrazarlo-
–Ok -dije y me dirigí hacia la puerta-
–Oye -se apresuró a decir antes de que yo saliera de su habitaión-
–¿Si? -dije girando a verlo-
–Lo soy, soy feliz -dijo Mau sonriendo-
Sonreí.
–Prepárate porque mañana acampamos en el bosque y mañana también llega Daniela -informé y salí de su habitación mientras Mau hacía un gesto de molestia por la llegada de Dani-
–Eres un idiota, Mauro. Pero también eres un gran amigo. Aunque más imbécil por hablar solo -se dijo así mismo- Y mañana llega Daniela, que horror -se quejó-

Aidan Gallagher, ¿mi verdadero amor? (Aidan y tú) [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora