CAPÍTULO 34

473 59 1

por aklombia

por aklombia

"Desearía volver a besarte"

Después de seguir besando a Mau, él y yo seguimos hablando y estuvimos de acuerdo en intentarlo. Yo... Yo sabía que lo que hacía estaba mal, porque engañaba a Aidan, a Mau y también me engañaba a mí misma haciéndome creer que Mau me gustaba y que había dejado de amar a Aidan, pero lo realidad era que sólo estaba confundida y no lo quería ver.
–¿Tienen claro lo que tienen que hacer? -preguntó el profesor-
El profesor de literatura había asignado parejas para hacer un ensayo sobre un libro. Afortunada o desafortunadamente, nos había puesto a Aidan y a mí como pareja.
–Y entonces, ¿lo haces tú? -preguntó Aidan tratando de ser indiferente-
–No voy a hacer el trabajo yo sola -dije con voz firme-
–Pero si alguna vez ya hiciste el trabajo por mí, no entiendo porqué no quieres hacerlo ahora -dijo con ligero tono de burla-
Rodé los ojos.
–Está bien, que conste que yo te di la oportunidad -dijo y suspiré- ¿En tu departamento?
–Ajá -dije sin más-
–¿A qué hora?
–A las 6:00pm está bien
–Ok, ahí te veo -dijo y se levantó de la silla para luego salir del salón-
En un ambiente de tensión, Mau y yo cruzamos miradas, las sostuvimos durante algunos segundos y luego ambos apartamos la vista del otro.
–¿A dónde vas? -pregunté a Mau minutos antes de las 6:00pm-
–A casa de Nadia, o de Lara, a hacer la tarea -dijo y abrió la puerta-
–¡Espera! -lo detuve- ¿Sucede algo? -pregunté cuando me acerqué a él y le tomé la mano-
–No, nada -sonrió- Tengo que irme
–Cuídate -esbocé una sonrisa atenuada-
–No te preocupes, yo no pienso acostarme con ella -dijo bromeando-
–¡Mauro! -dije molesta-
–Es cierto, yo no puedo, no debo y tampoco quiere hacerlo
–¿Qué? -pregunté confundida-
–¡Me voy! -dijo y me dio un pequeño beso en los labios para luego marcharse-
Minutos después de que Mau se marchara, Aidan llegó al departamento.
–Pasa -dije después de abrir la puerta-
Nos dirigimos a la sala y nos sentamos uno frente a otro.
–Bien. ¿Cuál libro leeremos? -preguntó Aidan soltando un leve suspiro-
–Había pensado en hacer el ensayo sobre un libro que al menos uno de los dos haya leído para que así sea más fácil -expliqué-
–De acuerdo. Eleanor y Park -dijo sin dudar-
–¿Qué? -pregunté con sorpresa e incredulidad-
–Ese libro ya lo conocemos y es el único que ambos hemos leído, o algo así
–Pero... -quise objetar, pero Aidan no me lo permitió-
–Ok. Tú quieres que esto sea fácil, ¿cierto?
–Pues sí -dijo sonando obvia-
–Entonces hagamos ese ensayo sobre Eleanor y Park y listo -dijo esbozando una sonrisa victoriosa-
–Está bien -dije en un suspiro-
–¿Por qué siempre te sales con la tuya, Nadia? -dije en mi mente-
–Empezamos entonces -dije y tomé mi laptop para empezar a escribir el ensayo-
–¡Espera! -dijo y cerró mi laptop-
–¿Qué? -grité-
–¿Qué pasa si no recuerdo con exactitud lo que pasa en el libro? -fingió-
–Está bien si al menos recuerdas lo más importante de la historia
–¿Y si no recuerdo nada? -volvió a fingir-
–¿Me estás jodiendo?
–No, de verdad. Creo que sería más fácil si lo releemos -propuso tramando algo-
–Sí, tú me estás jodiendo
–¿Qué? No, no, no. Oye, tú quieres hacer el ensayo y obtener una buena calificación, ¿cierto?
–Obviamente
–Y quieres que yo te ayude a hacerlo, ¿no?
–Tú debes ayudarme a hacerlo
–Y para que yo pueda ayudarte debemos releer el libro -chantajeó y rodé los ojos- Si quieres te lo pido el por favor, es más, no me importa rogar -esbozó una ligera sonrisa-
–Ugh, está bien. Voy por el libro
–De verdad Gallagher, ¿cómo es que siempre te sales con la tuya? -volví a decir en mi mente-
–Aquí está, ten -dije cuando regresé con el libro-
Le entregué el libro a Aidan y él me miraba fijamente.
–¿Qué? No esperes a que te lea porque no lo voy a hacer -aclaré tajantemente-
–Oh no, no esperaba a que me leyeras, sé muy bien que ahora sólo le lees a Mau -dijo y yo lo ignoré rodando los ojos-
–Oh, ¿recuerdas esta escena? La primera vez que Eleanor leyó frente a su clase y su profesor dijo que su lectura había sido maravillosa -dijo Aidan sonriendo, unos minutos después de haber empezado a releer el libro-
–Claro que lo recuerdo -sonreí- Es decir, ¿cómo no voy a recordar cualquier escena de mi libro favorito? -deseé no haber dicho eso-
–Oh, ¿sigue siendo tu favorito? Es bueno saberlo -dijo volviendo a sonreír victorioso-
Yo sólo pude esbozar una sonrisa atenuada.
–¿Y recuerdas lo que te dije hace años cuando me leíste esta escena?
–Dijiste que no creías que Eleanor leyera mejor que yo -dije y no pude evitarlo, me sonrojé-
–Y sigue diciendo lo mismo
Sonreí ligeramente y luego dejé escapar una risita.
–¿En serio? Llevas casi una hora con ese libro en las manos y sólo has leído hasta el capítulo 3 -dije en tono de burla-
–Sólo han pasado cinco minutos desde que me diste el libro -dijo y sin más, siguió leyendo-
Era verdad, sólo habían pasado cinco minutos, pero la inevitable tensión que había entre Aidan y yo, hacía que se sintiera como si ya hubiesen pasado 268 horas.
–¿Qué esperabas? -volvió a mirarme- No soy un lector, mi lectura es lenta -se excusó-
–En realidad todo en ti es lento -dije sin pensarlo-
–¿Qué? -preguntó con confusión-
–No, nada -dije rápidamente y fijé mi mirada en el computador-
Ni siquiera yo sabía a que quería referirme con "en realidad todo en ti es lento", supongo que fue todo lo que se me ocurrió decir por la incomodidad, la tensión, el nerviosismo y las 268 cosas más que la presencia de Aidan me hacía sentir en aquél momento.
–Ay, no -dijo Aidan quejándose minutos después-
–¿Qué?
–Llegué al capítulo donde Eleanor dice que no le gusta Batman
–Ya supéralo -dije riendo-
Aidan hizo un gesto de decepción y yo volví a reír.
–Bueno, al menos ya leíste un poco más, aunque sigues siendo lento
–Todo sería mejor y más rápido si tú estuvieras leyéndome -dijo tratando de convencerme-
–No lo creo. Te recuerdo que cuando solía leerte, tú siempre me interrumpías y eso nos hacía demorar mucho
–Si me lees ahora, prometo no interrumpirte -pidió, pero yo me negué-
–Te conozco, sé que en la primera oportunidad que tengas vas a interrumpirme -dije y Aidan sólo negó con la cabeza-
Horas más tarde, estaba a punto de anochecer y Aidan seguía leyendo.
–¡Ya! -dijo Aidan sonriendo-
–¿Ya terminaste de leer? -pregunté emocionada, pero bostezando a la vez-
–Uh, algo así. En realidad, sólo quería leer hasta esta parte -confesó-
–Cool -dije sin interés- Entonces, ven, ayúdame con el ensayo -pedí-
–Claro -dijo sonriendo-
Aidan se sentó a mi lado y cuando lo hizo, no dejó ni un centímetro de distancia entre nosotros, nuestros cuerpos estaban rosándose, haciendo que la tensión creciera.
–Esta es probablemente mi escena favorita y mi frase favorita también -dijo y empezó a citar una parte del libro- "Me limitaré a decir: Eleanor, sígueme a la madriguera del conejo..." ¿Recuerdas?
–Sí, cómo olvidar el primer beso entre Eleanor y Park
–No, me refiero a si recuerdas nuestra madriguera del conejo
–La casa de mis abuelos, querrás decir
–¡Nuestra madriguera del conejo! ¿No la extrañas? Yo sí, quiero decir, ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que estuve en esa casa, quisiera volver ahí -confesó esbozando una sonrisa atenuada-
–Sí, yo también -dije y también esbocé una sonrisa atenuada-
–En realidad me gustaría volver a esos momentos, a esos increíbles momentos a tu lado. Desearía volver a estar contigo, desearía volver a abrazarte, a acariciarte, desearía volver a decir que te amo y que tú me lo dijeras lo mismo, desearía... -dijo y tomó mis mejillas entre sus manos, acariciándolas con sus pulgares, recargó su frente contra la mía y ambos cerramos los ojos. Aidan rozó sus labios con los míos durante algunos segundos y luego los separó levemente para decir algo- Desearía volver a besarte -dijo y por fin me besó-
La puerta se abrió en pleno beso, pero ni Aidan ni yo nos percatamos del ruido que hizo Mau al entrar hasta que habló.
–Uh, lo siento. Perdón, no quería interrumpir
Al escuchar la voz de Mau, Aidan y yo nos separamos inmediatamente de aquél profundo beso y vimos como Mau se dirigía a su habitación-
–Vete -le ordené a Aidan-
–Pero aún tenemos que hacer el ensayo
–No te preocupes, yo lo hago
Aidan no se movía, sólo me miraba fijamente.
–¡Aidan, vete!
–Ok, ok, ok -dijo molesto, saliendo del departamento y azotando la puerta