Aidan Gallagher, ¿mi verdadero amor? (Aidan y tú) [2]

CAPÍTULO 33

"Al carajo Aidan"

–Pues ya -dijo Mau soltando una risita- Ya lo leíste, no hay mucho que decir. Me... -hizo una pausa y tragó grueso- Me gustas -confesó esbozando una ligera sonrisa-
–¿Desde cuándo? -fue todo lo que se me ocurrió decir-
–No sé -dijo y volvió a reír- Convivir todos los días contigo después de que Aidan se marchara, hizo que empezaras a gustarme
–¿Y por qué no lo dijiste antes?
–Porque creí estaba confundido. Porque mi amor por ti empezó cuando te vi tan frágil después de que Aidan se marchó. Era una situación delicada, tú estabas vulnerable y necesitabas a Aidan; yo no quería aprovecharme de eso. También sabía que si yo en ese entonces intentaba tener algo contigo, tú accederías sólo para olvidar a Aidan y yo no quería ser utilizado. Además, me negaba a sentir algo por ti; no sabes todas las noches que pedí dejar de sentir esto que siento por ti, porque sabía que jamás iba a ser correspondido y quería evitarme ese dolor, lo cual es estúpido porque el dolor es inevitable y cada día que pasaba ibas gustándome más y más, y así me enamoré de ti. ¿Sufriría? Por supuesto que lo haría, pero mi dolor sanaría al verte sonreír y al verte ser feliz. Sé que tu felicidad, aunque digas lo contrario, es Aidan, tuve y tengo que aceptarlo
Estaba atónita. Jamás había escuchado a Mau hablar con esa madurez y tampoco nunca lo había visto confesando sus sentimientos. Así que sí, una vez más, yo no sabía qué decir o qué hacer.
–Yo... Yo no sé qué decir -dije aún atónita ante su confesión-
–No tienes que decir nada si no quieres -dijo sonriendo ligeramente-
–Es que... -intenté decir algo, pero no pude-
Estaba tan anonadada que no podía formular frases.
–Está bien -sonrió compasivamente- Ahora que lo confesé, entiendo si resulta incómodo o raro que sigamos siendo amigos; si quieres que me aleje de ti, lo comprenderé -dijo y esbozó una sonrisa atenuada-
–¡No! -grité para hacerle saber que obviamente no querría que se fuera de mi lado- Jamás querría eso. No quiero que te alejes de mí. No quiero que me dejes nunca -dije y sin pensarlo, me apresuré a tomar sus mejillas entre mis manos, rozando mis labios con los suyos, empecé a besarlo con delicadeza-
Los besos de Aidan y los de Mau, eran totalmente diferentes. Los de Aidan eran suaves y cálidos, pero apasionados, y los de Mau eran tiernos y delicados.
–¿Qué fue eso? -preguntó Mau cuando dejé de besarlo-
–También me gustas -dije sonriendo ligeramente-
–¿Y Aidan?
–Al carajo Aidan -dije y volví a besarlo-
"Al carajo Aidan", debí decir eso mucho antes de permitir que entrara de nuevo en mi vida.
–¿"Al carajo Aidan"? ¿Estás segura de eso? -preguntó Mau separándose rápidamente del beso después de escucharme decir eso- Ok, me gustas, ¿si? ¿Pero estás de acuerdo que esto es un amor imposible?
–¿Qué? -pregunté con incredulidad-
–No podemos traicionar a Aidan -dijo tajante-
–Pero no lo estamos traicionando -dije tratando de convencerlo- Él y yo no somos nada. Entiendo que él y tú son amigos, pero...
–Yo no quiero traicionarlo -dijo Mau interrumpiéndome y mostrándose sincero-
–Ok. ¿No traicionar a Aidan, pero sí traicionarnos a nosotros mismos?
–No entiendo -dijo con confusión-
–Si tú y yo no estamos juntos por no querer traicionar a Aidan, estaríamos traicionando nuestros sentimientos y traicionarse a sí mismo es 268 veces peor que traicionar a un ajeno -expliqué con desesperación-
–Traicionaríamos nuestra amistad -dijo con pesar-
–No porque la amistad puede convertirse en amor -sonreí ligeramente para tratar de convencerlo-
–Pero el amor en amistad no, o eso creo. ¿O tú por qué crees que Aidan no acepto ser tu amigo?
–¿Qué? Ese es otro tema -dije con el ceño fruncido-
–Ok -dijo pasando sus manos por su cabello- Semas realistas, si tú yo intentamos tener algo más que sólo amistad, sabemos que en algún momento terminaría, como todo en esta jodida vida. El amor de pareja, si no lo sabes mantener, algún día terminará. Justo como terminó tu amor por Aidan, o al menos eso es lo que dices. Yo no quiero perderte, no quiero perder tu amistad
–Mau -sonreí- Tú y yo siempre seremos amigos, es decir, no importa qué pase entre nosotros, tú siempre me tendrás a mí y a mi amistad
–¿Lo prometes?
–Sí -dije sonriendo-
Mau esbozó una sonrisa atenuada.
–Yo... Yo no creo que tú y yo podamos tener algo más que una amistad -dijo Mau y luego hizo un gesto como si se arrepintiera de lo que acababa de decir-
–¿Por qué no? -pregunté confundida-
–¿De verdad te gusto? -preguntó con incredulidad-
–Sí -dije al mismo tiempo que asentía con la cabeza-
–¿Cómo? ¿Desde cuándo?
Encogí los hombros.
–Desde la primera vez que te besé -confesé finalmente-
–¿La noche de graduación en tu habitación? -dijo y yo lo observé con un ligero gesto de sorpresa-
–Dijiste que no recordabas nada de lo que pasó esa noche
–Mentí. Mentí porque yo sé que ese primer beso lo diste para tratar de olvidar a Aidan, igual que el segundo cuando lo hiciste para evitar hablar con él, y quizá también los dos últimos hayan sido por él -dijo abrumado- ¿Por qué, T/N? ¿Por qué me utilizas? -reclamó casi gritando-
–¿Qué? No, no, no. Yo estoy diciendo la verdad; me gustas. Sí, la primera vez te besé tratar de olvidar a Aidan, pero desde ese día no puedo dejar pensar en ti.
O quizá sólo estaba confundida. Juro que en ese momento me sentía la peor persona del jodido mundo.
–¿Sabes? Aunque sé cuál fue la intención de ese beso, es el beso que más he amado
–Yo también... -sonreí ligeramente- Yo también amo ese beso, porque ese beso me hizo darme cuenta de muchas cosas
–Y si te hizo darte cuenta de "muchas cosas", ¿por qué seguiste con Aidan?
–Tal vez por costumbre. Por tener al fin algo que había deseado y esperado durante años. Porque me sentí presionada a hacerlo -confesé-
–¿Presionada?
–Sí, Roby y tú alguna vez insistieron en que hablara con Aidan y de cierta manera me presionaron a estar con él
–Yo quise que siguieras con Aidan, o que al menos lo intentaras, porque creí que así podría olvidarte -admitió-
–Y yo intenté seguir con él porque no quería dejar de amarlo y al mismo tiempo quería evitarme amarte a ti
O más bien, quería evitar confundirme.
Mau suspiró.
–No sé qué hacer, ¿tú? -preguntó esperando que yo tuviera una respuesta-
–Uh... -fue todo lo que dije-
–¡Listo! Ya no hablemos más de esto. Sólo olvidémoslo
–¿Es broma?
–No. De verdad, sólo olvidémoslo
–¡Oye! -reñí- Eso no es maduro
–¿Qué?
–Una persona madura no evade sus sentimientos diciendo "sólo olvidémoslo", una persona dice: "¿Sabes qué, wey? Me gustas, te amo, seamos pareja" -cité lo que él me dijo alguna vez- ¿Recuerdas? -sonreí-
–Eso es todavía más maduro si le quitas el "wey" -dijo riendo y yo también reí-
–Entonces... -sonreí y volví a besarlo-
Me sentía fatal por haber citado a Mau cuando él intentaba que Aidan y yo volviéramos hace algunos años. No debía usar la misma frase que se usó para otra relación. Además, puedo asegurar que definitivamente yo no estaba siendo madura. Perdón, Mau. Perdón, Aidan.