CAPÍTULO 44

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"Eso es victorioso"

–¡Traje el encendedor! -dijo Mau cuando regresamos con los demás-
–Gran esfuerzo, gracias -dijo Franco con sarcasmo- Uh, ya no es necesario, hice fuego frotando palos de madera
–¿Hice? -inquirió Roby-
–Bueno, fue Roby -corrigió Franco- Dani y yo sólo la ayudamos
Antes de que anocheciera por completo, todos decidimos apartarnos un poco del resto. Aidan recargó su cuerpo contra un árbol y yo estaba frente a él, hablábamos sobre nosotros y no dejábamos de sonreír. Al igual que Dani y Franco quienes estaban sentados frente a frente en el suelo del bosque. Roby se alejó un poco más y se sentó en un tronco que estaba tirado en medio del bosque, pero aún desde ahí, podía observar a Daniela y Franco sonriéndose.
[...]
–Nadie me dijo que era relationship time, si no, hubiese conseguido a alguien para este momento -dijo Roberta a Mau cuando este se acercó a ella y se sentó a su lado-
–Sí, yo también -respondió Mau- En realidad no, es mejor estar soltero, créeme
Mau pasó un rato hablando solo, ya que Roberta se dedicó a ignorarlo por observar a Daniela y a Franco.
–Roby... ¿Roby? ¡Roby! -gritó Mau captando por fin la atención de la rubia-
–Oh, lo siento. ¿Qué decías? -dijo Roberta aún observando a Franco y a Daniela-
–¿Estás bien? -preguntó Mau y Roberta por fin giró para mirarlo-
–Sí -respondió y volvió a clavar su mirada en la pareja-
–Oh, ya entiendo -dijo Mau cuando se percató de lo que hacía Roberta- ¿Desde cuándo te gusta?
–¿Quién?
–Franco, ¿o te gusta Daniela?
–¿Qué? No, no me gusta ninguno de ellos -trató de fingir-
–¿Entonces por qué estás muriendo de celos?
–¿Se nota mucho? 
–Sí. Si quieres evitarlo, deja de verlos. O está bien, continúa observándolos, pero cambia esa mirada de "voy a matar a Daniela", aunque si quieres, puedo ayudarte a hacerlo
–No quiero matar a Daniela
–¿Entonces quieres matar a Franco?
–Quiero matar lo que siento por él -confesó-
–¿Estás enamorada?
–No, o eso espero. Sólo me gusta desde que lo conocí, y me gusta mucho -confesó Roberta con agobio-
–¿Y has tratado de decírselo?
–Alguna vez le coqueteé, pero no funcionó. Supongo que no le intereso en lo absoluto, y tengo que superarlo. Míralos, ¿por qué no dejan de sonreír? -preguntó con enfado-
–Uh, eso pasa cuando te gusta alguien, y creo que ambos se gustan, por eso sonríen cada vez que dicen algo. Ve, Franco le pregunta a Daniela "¿cómo estás?", y sonríe. Daniela le dice "mal", y sonríe. Franco le pregunta "¿por qué?", y sonríe. Daniela le responde "oh, es que tengo diarrea explosiva", y sonríe. Eso es asqueroso, pero ambos se gustan y cuando están juntos todo es mágico, incluso la diarrea explosiva, por eso no dejan de sonreír -Mau trató de animar a Roberta-
–Diarrea explosiva -dijo Roberta en un ataque de risa- ¿No se supone que Dani tiene novio? -preguntó cuando por fin cesó su risa-
–Tenía, terminaron cuando Daniela inició la universidad, eso dijo T/N -explicó Mau-
–Desearía que aún tuviera novio
–Y desearías que Franco fuera el tuyo, sí. Yo desearía comer algodón de azúcar mientras paseo en unicornio, pero no se puede tener todo en la vida. Por cierto, ¿sabías que Franco es bisexual?
Mau dudó al preguntar eso y deseó que no se les escapara decirle a Roberta que Franco y él se besaron.
–¡¿Franco es bisexual?! -preguntó emocionada-
–Sí, él me bes... Me lo dijo anoche -corrigió al instante- ¿Por qué te emociona?
–¿Emocionarme? No -fingió- Es sólo que yo lo suponía y tú me lo acabas de confirmar, es eso
–¿Ajá? -dijo Mau dudando-
–Ok, verás; yo creía que Franco era gay y se lo conté a Aidan, pero él no me creyó y dijo que estaba loca. Después en el hospital, cuando Franco entró diciendo que acababa de conocer a una "Diosa", Aidan se burló de mí, pero quedaba la esperanza de que Franco fuera bisexual, y ahora yo me puedo burlar de Aidan. ¡Yo tenía razón! ¡Franco es bi! -dijo con emoción una vez más-
–¿Y eso es victorioso? -preguntó Mau con el ceño fruncido-
–¡Sí! -sonrió- En realidad no, sólo trato de distraerme y de evitar mis celos
Minutos después todos se sentaron frente a la fogata y empezaron a asar bombones. Roberta se levantó y buscó la guitarra de Aidan.
–Ten, cántanos algo -dijo y se inclinó al lado de Aidan entregándole la guitarra-
–Sí, cántanos algo -dijeron el resto al unísono-
–Franco es bisexual -susurró Roberta al oído de Aidan-
–¿Cómo lo sabes? -musitó Aidan-
–Franco se lo dijo a Mau, Mau me lo dijo a mí, y yo te digo a ti que me debes unas baquetas -sonrió-
Aidan había apostado con Roberta un púa para su guitarra si él tenía razón, o unas baquetas para la batería de Roberta si ella no se equivocaba.
–Ok, te las compro cuando regresemos a casa
–¡Gracias!
–Sí, eso es victorioso -dijo Roberta en su mente y esbozó una gran sonrisa-
[...]
Esa noche todos disfrutamos de la acampada. Aidan tocó su guitarra y todos juntos cantamos algunas canciones, asamos bombones, contamos historias de terror, luego todos bailamos al rededor de la fogata y así hasta que fuimos a dormir. Aidan y yo dormimos juntos en una tienda, Daniela y Franco en otra, y como sólo había tres tiendas de campaña, Roberta y Mau tuvieron que compartir la que quedaba. Al amanecer salí de la tienda de campaña sin despertar a Aidan y vi como Mau estaba sentado en el suelo del bosque admirando el amanecer, entonces me dirigí hasta él y me senté a su lado.
–¿Dormiste aquí afuera, o despertaste muy temprano? -pregunté contemplando el amanecer junto a él-
–No sé, creo que soy sonámbulo, no tuve noción y acabo de despertar sentado en este lugar -mintió-
–No dormiste, ¿verdad?
–Lo intenté, pero a mitad de la noche me despertaron los ronquidos de Roby...
–Espera, ¿qué? -dije riendo-¿Roby ronca?
–Algún defecto debía tener -dijo y reí-
–Ok. ¿Qué más? -pedí que me siguiera explicando-
–Cuando los ronquidos de Roby me despertaron volví a tratar de dormir, pero era imposible con ese ruido, así que sólo salí de la tienda de campaña, me senté aquí, mi mente divagó y no pude dormir, ahora sólo admiro el amanecer -explicó- Es un lindo un amanecer, ¿no crees?
–Lo es. ¿Tu mente divagó? -interrogué-
–Sí, pensaba en si podría hacer todo lo que escribí en mi lista, en si debería agregar más cosas, o quizá restarle algunas, pensaba en si debí seguir el orden o si está bien que haga cualquiera en cualquier tiempo, pensaba en si debo hacer las cosas más rápido, no perder tiempo y hacer una cosa tras otra para poder terminarla
–Tú harás todas las cosas de esa lista, no importa en qué orden y no importa cuándo, pero las harás -afirmé sonriendo-
–¿Y si eso no pasa? ¿Y si muero antes de terminar la lista?
–Eso no va a pasar -dije negando con la cabeza y sonriendo ligeramente a la vez-
–Y si pasa T/N y yo terminaremos la lista por ti -dijo Aidan quien estaba a nuestras espaldas escuchando la conversación y luego de decir eso, se sentó con nosotros, al otro lado de Mau, quedando este al centro y Aidan y yo a las orillas-
–Les agradecería eso -dijo Mau esbozando una sonrisa atenuada-
Los tres admiramos juntos el amanecer, sonreímos y nos dimos un abrazo grupal que duró como 268 horas.

Aidan Gallagher, ¿mi verdadero amor? (Aidan y tú) [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora