Aidan Gallagher, ¿mi verdadero amor? (Aidan y tú) [2]

CAPÍTULO 24

"Roomies"

–Entonces, ¿cuál va a ser mi cuarto? -preguntó después de haberme agradecido como 268 veces que lo dejara ser mi roomie-
–El que quieras -dije dándole completa libertad de elegir su cuarto-
–¿Cuál es el tuyo?
–El de allá -dije señalando un cuarto hacia el fondo-
–Quiero ese -dijo esbozando una sonrisa lobuna-
–¿Qué? -pregunté con incredulidad-
–Tú dijiste, "el que quieras" y yo quiero ese
–Ok. El que quieras, excepto ese -corregí- ¡Ese es mi cuarto!
–Sí, eso debiste decir desde el inicio, pero la primera vez no exceptuaste nada. Así que, ese era tu cuarto, ahora es mío -dijo Mau y volvió a esbozar una sonrisa lobuna dirigiéndose a aquella habitación-
–¡Pero Mauro! -me quejé gritando y siguiéndolo a la habitación-
–No me llames así. El cuarto es mío. 
–Pero yo ya dormí aquí -dije tratando de poner condiciones-
–No importa
–Pero, las sábanas huelen a mi perfume
–Me gusta el aroma de la vainilla -dijo encogiendo los hombros-
–Pero... -quería seguir poniendo condiciones, pero no se me ocurrió más nada que decir-
–Pero nada. Vamos, te ayudaré a desempacar y a llevar tus cosas a otra habitación -dijo empujándome hacia la salida del que ahora era su cuarto, sólo para joderme-
–Es injusto -volví a quejarme cuando Mau me ayudaba a desempacar y yo a él-
–Parece, pero no lo es. Qué más da, es sólo un cuarto
–Era mi cuarto
–Exacto, era -dijo sonriendo victorioso-
Mau llevó sus cosas al que era mi cuarto y luego volvió para terminar de ayudarme con mis cosas.
–Entonces, ¿Aidan y tú estudiarán en la misma universidad? -preguntó Mau después de que le conté sobre mi universidad-
–Sí -confirmé- Y ahora tú también, ¿no?
–Eso creo -dijo Mau dudando-
–¿Cómo que crees? Acabas de decirme que viniste para estudiar en donde yo -reclamé con confusión-
–Ya no estoy tan seguro de eso
–¿Por?
–Es que, ¿podrías repetir el nombre de la universidad?
–Tor Vergata 
Mau rio.
–Morboso -dije riendo ligeramente-
–Es que suena como a... -trató de decir aún riendo-
–Lo sé, lo sé -lo interrumpí antes que terminara su frase- No hace falta que lo digas
Mau y yo terminamos de desempacar, cenamos y luego él fue a dormir, mientras que yo seguía ordenando mis cosas. Cuando busqué a Wall•E entre las cajas y las maletas para llevarlo a mi nuevo cuarto, no lo encontré, me alteré y preocupada fue con Mau, entré a su cuarto y encendí las luces.
–¡No lo encuentro! -grité después de encender las luces-
Mau despertó y se frotó los ojos.
–¿Qué pasa? -preguntó Mau adormilado-
–Ya revisé todas las maletas, busqué en todas las cajas y no está -dije alterada-
–¿Qué no encuentras?
–A Wall•E 
–Debe estar por ahí dormido -dijo Mau apuntando con su mano hacia la salida-
–¿Qué? Dije Wall•E, no Alvin -aclaré-
–Oh, lo siento. Yo soy el dormido -dijo levantándose de la cama-
–Ayúdame a buscarlo -pedí en tono de queja-
–Claro, ¿te parece si lo hacemos después? Ahora tengo una cita con Morfeo -dijo empujándome hacia la salida de su cuarto-
–¡No! -volví a alterarme- Mau, por favor ayúdame a buscarlo ahora -supliqué-
–Ugh, está bien -dijo rodando los ojos-
–Ve, ya busqué en todas las cajas y no está, revisé todas las maletas y tampoco está, busqué en mi cuarto y no hay nada -expliqué en desesperación a Mau cuando salimos de su cuarto y llegamos a la sala-
–T/N -dijo Mau señalando a Alvin quien estaba jugando con Wall•E en su cama para gatos-
–¡Alvin! -grité molesta a mi gato y le arrebaté a Wall•E- ¡Lo encontré! -dije sonriendo a Mau-
–Sí, tú lo hiciste -dijo Mau con tono irónico- ¿Y tu anillo?
–¿El que me regaló Aidan?
–¿Cuál otro? -dijo Mau con obviedad y rodé los ojos- Sí, el que te regaló Aidan
–Oh, lo puse aquí -dije buscando encima de un mueble- ¡Aquí estaba! -volví a alterarme-
–¿Lo perdiste?
–¡No! Yo lo dejé encima de este mueble, estaba aquí, yo lo puse ahí -expliqué alterada-
–Lo perdiste -afirmó Mau-
–¡Oh, espera! -dije con emoción recordando donde había puesto el anillo realmente- ¡Aquí está! -saqué el anillo del bolsillo de mi buzo- ¡Listo! Así ya no lo perderé -dije después de colocar el anillo en mi dedo-
–Eso espero -dijo Mau y regresó a su habitación-