CAPÍTULO 47

410 51 0
                                    

"Es ella"

–Dios, he perdido la práctica -me quejé minutos después de que llegamos al Skate park-
–Sí, yo también -dijo Aidan y ambos nos sentamos para observar a Mau sobre su patineta- ¿Cómo es posible que Mau sigue teniendo la misma habilidad?
–Oh, él tenía una patineta en Italia y a veces practicaba -expliqué-
–Oh -se limitó a decir Aidan-
–¿Está todo bien? -inquirí-
–Sí, es sólo que... Verás, yo conozco a Mau desde que éramos niños -explicaba su pesar- Y no sé como ni cuándo, pero pareciera que ya no sé nada de él y que dejó de ser mi mejor amigo -dijo con agobio- Podría jurar que él te ama más a ti que a mí 
Reí.
–¿Qué es gracioso? -preguntó con cierto enfado-
–Estás celoso -dije aún riendo-
–¿Qué? No, no, para nada -trató de fingir mientras negaba con la cabeza-
–Sientes celos de mí porque crees que te robé a tu mejor amigo
–Claro que no -de nuevo trató de fingir-
–¡Estás celoso! -dije otra vez y volví a reír-
–¡Que no! -dijo con enfado-
–¡Oigan! -gritó Mau quien seguí arriba de su patineta- ¿Están peleando por mí? No se preocupen, pueden compartirme -dijo y todos reímos-
–Oye, Mau siempre ha sido y será tu mejor amigo, y ahora también el mío -dije sonriendo y Aidan asintió con la cabeza-
Horas más tarde.
–¿Nos vamos? Estoy cansado, además, sigue nublado y probablemente vuelva a llover; no quiero mojarme -dijo Mau pidiendo que regresáramos a casa-
–Sí, vamos -dije y salimos del Skate park-
De regreso a casa Mau vio a una chica a lo lejos y empezó a gritar "es ella".
–¿Ella quién? -preguntó Aidan con confusión-
Mau empezó a correr hacia la chica.
–Usa tu patineta, idiota -grité a Mau-
–Cierto -dijo y se montó en su patineta para llegar hasta la chica-
Aidan y yo hicimos lo mismo que Mau.
–¡Hola! -dijo Mau fingiendo una sonrisa cuando llegó a donde la chica y la detuvo-
–¿Hola? -dijo con confusión aquella chica de ojos marrones, cabello castaño, piel morena y exuberantes curvas-
–¿Cómo estás? -preguntó Mau como si quisiera entablar una conversación-
–Bien. ¿Tú quién eres?
–Oh, ¿yo? Mucho gusto, me presento; soy Mau, la persona a la que le jodiste la vida
–¿Qué? -preguntó la chica aún más confundida-
–¿No me recuerdas? Te ayudaré a recordar: una noche de fiesta, alcohol y personas besándose con otras por todas partes; me encontraste, me besaste, compré condones, te llevé a mi casa y después: "no, no lo uses, quítatelo", y yo estúpidamente accedí y me quité el maldito condón. ¿Por qué carajos no me dijiste que tenías sida? ¿Por qué me pediste que me quitara el condón? ¿Por qué quisiste arruinar mi vida? ¿Por qué? -dijo Mau con frustración-
–Yo...
–Tú no sabes qué decir y tienes que irte, lo sé
–Lo siento -dijo la chica y empezó a caminar lo más rápido que podía-
–Gracias por joderme la vida, maldita perra -gritó Mau mientras la chica se marchaba- ¿Ustedes creen que debí preguntarle su nombre? -preguntó girando hacia Aidan y a mí-
Mau no perdía su sentido del humor ni en un sólo instante.
–¿Ella...? -pregunté consternada-
–Sí, jamás olvidaré su rostro -dijo Mau con pesar-
–Vámonos de aquí -dijo Aidan haciéndonos caminar hacia la casa de Mau-
–Era ella, maldita sea, era ella -dijo Mau con frustración cuando llegamos a su casa-
–Tranquilo, no te atormentes más -traté de tranquilizarlo-
–Es que, ¿saben? Yo no la culpo y tampoco la odio, pero quisiera entender porqué me hizo esto, quisiera saber si se lo ha hecho a alguien más, si destruyó la vida de otras personas igual destruyó la mía -dijo Mau denotando coraje-
–Tu vida no está destruida -dijo Aidan tratando de apaciguar la situación-
–Ya no piensas más en eso, no piense más en ella -pedí-
–No merece la pena -repuso Aidan-
–Exacto. Sabemos que ella es una persona perversa, sólo olvídala y deja que el karma se encargue -finalicé haciendo tranquilizar a Mau-
Mau decía la verdad, no la culpaba a ella, se culpaba a sí mismo, y cada vez que recordaba lo sucedido sentía un coraje inmenso que lo llevaba al llanto, pero no se dejó consumir por ese sentimiento, por eso es que su divertido sentido del humor nunca se acabó. A pesar de las adversidades, Mau conservó su esencia. 

Aidan Gallagher, ¿mi verdadero amor? (Aidan y tú) [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora