D O S

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-Cuando seas Emperatriz serás dueña de todo -dijo mi padre- Serás la mujer más envidiada del mundo, sobre todo serás una diosa de carne y hueso, no dejes que nadie te quite ese lugar, cásate y asegura el trono con un heredero, sabes muy bien que debes tener un hijo hombre, no quiero una mujer que te quede claro -saco un pequeño anillo que lo guardo en una caja junto con las demás joyas- Ahora entra y sigue estudiando, debes ser una buena Emperatriz.

Asentí y me levanté para ir a estudiar, no entendía nada de lo que me decía mi padre, apenas ayer cumplí seis años y empezó hablarme sobre cosas de Emperadores y Emperatrices.

El hijo del Emperador llamado Jungkook era mencionado todo el día en mi casa, y yo no sabia quien era, si no hasta después de dos meses que me vi obligada a verlo y aceptar la propuesta de matrimonio qué hizo su padre hacia mi padre.

(...)

No podía dejar de llorar.

Suena ridículo y estupido pero sinceramente me sentía muy mal, mis lágrimas salían solas y no podía detenerme, jugaba con el anillo qué una vez mi padre me lo dio como simbolo de jerarquía en nuestra familia de mi, finalmente se cumplió lo que más temía, el Emperador conseguirá más mujeres y me dejara en el olvido por siempre.

Me levanté y me acerqué al pequeño balde de agua y lave mi rostro, para luego pasar solo un poco de maquillaje en mi rostro, si no fuera por mi nariz roja ni se notaba lo que estuve llorando.

-La Emperatriz Viuda solicita verla Majestad -dijo la dama Oh entrando a mi habitación- Ella se encuentra en sus aposentos.

Asentí con una pequeña sonrisa y ella se retiró lentamente.

Me di la vuelta y coloqué mis zapatos en mis pies mientras mis tres damas esperaban por mi.

Mis tres damas de la corte... Solicite que solo ellas estén en mi servicio durante las 24 horas del día.

La que iba siempre atrás mío, era la Dama principal de mi corte, siempre debía llevar un vestido morado fosforescente y un peinado con un sujetador de color  naranja para que todos sepan su posición, era la mejor mujer que puede estar en mi servicio, de buen corazón y muy inteligente, su nombre es Oh Sunam.

Las otras dos Damas que van a la izquierda y derecha detrás de la Dama Oh siempre llevan su vestuario morado solo que más oscuro que la dama principal y tenían su cabello sujetado con el color azul para saber que su posición de segunda no pase desapercido, la de izquierda la señorita Sung que tenía una mente sabia y buena en la cocina y la de derecha la señorita So buena para casi todo. Eran las tres mujeres más importantes ya que sabían todo sobre mí.

Camine hasta llegar a los aposentos de la ex Emperatriz y su Eunuco me anunció para luego poder entrar, ella estaba bebiendo el té muy elegantemente, hice una leve reverencia y sonrío cuando me vio así que bebió un poco.

-Supongo que ya te enteraste lo que mi hijo hará el día de mañana.

"Así que fue usted"

-Así es alteza, su Majestad el Emperador ya me lo comunicó.

-Como Emperatriz, debes mantener una imagen completamente al margen -sonrió dejando la tasa en la pequeña mesa- Espero que usted como Emperatriz principal no actúe por sus impulsos y no se deje llevar por los celos para que pueda actuar como la hermana mayor que esas concubinas merecen.

Emperador Jeon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora