Esa misma noche llevaron mi comida hasta mi habitación, Jungkook dará una cena especial, fui invitada pero no quise ir.
Lo mejor es quedarme aquí, de ahora en adelante tendré muchos problemas ya que todos piensan que yo mande a matar a la concubina Lee y a su hijo, lo cual es cierto pero... Pero dijo Hoseok que no lo hizo, lo que me tiene en duda.
¿Quién mando a matar a Lee?
-¡Su majestad el Emperador! -anunciaron.
Me levanté de mi mesa, cuando estuvo frente a mi hice una pequeña reverencia.
-¿Qué lo trae por aquí? -pregunté evitando mirar sus ojos.
-No creas que olvide lo que paso esta tarde, tu falta de comportamiento me esta dando dolores de cabeza -topo su cabeza, sobandola como si le doliera- Como sea, vístete te espero...
-Lamento rechazar su oferta, pero cenare aquí -interrumpí.
-No te pregunte si querías ir o no -se acercó más a mi- Te dije que te espero afuera, hay muchas personas esperando.
-¿Quiere que salga con mi rostro morado? -miro mi rostro- ¿Quiere que diga que su Majestad el Emperador se atrevió a golpearme? O peor aún ¿Qué está mandando a matar gente inocente? Porque si yo salgo por esa puerta diré todo, no me importan las concecuencias. Además no tengo corona para poder salir después de lo que paso en la tarde.
-Te devolveré la corona esta misma noche si quieres, pero recuerda que te estas pasándo de la raya -dijo enfrentándome- Estas jugando con fuego.
Alce la mirada y vi sus profundos ojos verdosos, llenos de enojo y brillantes por algo más, él inspecciona cada gesto, buscando alguna pizca de miedo en mis ojos, pero yo ya no tenía porque temerle.
-Estoy lista para quemarme entonces.
(...)
Después de todo, Jungkook se salió con la suya. No porque quise más bien porque severamente me obligó, con la condición claro de que dejara a Jung Hoseok en paz. Así que acepte.
Llame a varias empleadas para cubrir mi rostro con maquillaje que no cubrió casi nada, me mantuve callada todo el tiempo.
"Si hablas de algo prometo que no volverás a ver a tus hermanos"
Y es por eso que no diré nada... Maldito, no puede amenazarme sin las personas que amo, qué falta de autoridad.
-¿Qué dijiste acerca de quemarte? -dijo burlón a mi lado, sonrió cuando lo miré a los ojos- Estas muy altanera, ¿a que se debe?
-No sé debe a ti, te lo puedo asegurar -puse atención en la presentación.
Las concubinas empezaron a salir al patio a dar un baile al Emperador. ¿Por qué un baile? ¿No se supone que es para conmemorar la muerte del padre del Emperador?
-Mi padre le gustaba mucho esa danza -dijo Jungkook- Es por eso que están bailando las concubinas... Es un baile en honor a él.
-Jamas pregunte nada, es tu palacio, tus leyes, tu fiesta, puedes hacer lo que quieras -iba hablar de nuevo pero logré hacer que se caye- Todo es tuyo, tienes poder sobre todo y sobre cualquiera -lo regrese a mirar y tenía una leve sonrisa- Todo menos yo.
Su sonrisa desapareció y tomó mi mano fuertemente, haciendo que me incline hacia él, acercó sus labios a mi oído y con voz suave dijo;
-Eres mi esposa, eres mía y así como todo el territorio es mío, tu también lo eres, no olvides eso, cariño.
Me alejé bruscamente de él, quite su mano de la mía y mi semblante cambio. Estaba molesta, no, estaba enojada.
No me enojaba el hecho de que diga que todo es suyo, me enojaba que diga que yo era de él, porque en el fondo se que tiene razón, soy de su propiedad.
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Emperador Jeon
FantasyFui entrenada para ser su esposa desde el día en que nací, estaba lista para todo, hasta para la traición de mi esposo, pero nunca estuve lista para perder. Mientras él creció en una mentira. Yo vivía en una. Haciéndonos daño el uno al otro.