CAPÍTULO|1

7.1K 677 147
                                    

KIN

Trabajar para una editorial había sido el sueño de toda mi vida aunque ahora no estaba saliendo tal como me lo imaginé.

Todavía no estaba en el puesto que quería pero seguramente si me esforzaba en unos años lo conseguiría sin problema alguno y por ahora era la asistente de una de las editoras mas importantes.

Mi primer tarea oficial fue leer el libro de un nuevo escritor llamado D.C. Pearlman al que por cierto le harían una fiesta en la oficina por su debut.

Yo dije: va a ser fácil, leer es mi pasión. Pero cuando terminé el libro, todo cambió.

Eso de estar descubriendo que tu ex novio al que amaste con todas tus fuerzas hasta el punto de creer que estarían juntos por siempre y del que escapaste hace más de un año era el escritor, casi me vuelve loca, sobre todo cuando supe que lo volvería a ver.

Cuando el momento llegó, Margot, mi jefa, no pudo tomarme más desprevenida de lo que estaba: perdida en mis pensamientos y atragantándome de chocolates y champagne.

-Te presento al señor Pearlman -expresó con una sonrisa de oreja a oreja sin saber que él y yo teníamos una historia.

Nos miramos fijamente a los ojos y no, él no era el escritor D.C Pearlman. Era mi ex novio Donovan maldito Chalamet que me sonrió y extendió su mano para saludarme como si nunca nos hubiéramos visto antes.

Aunque ya presentía que se trataba de él tengo que admitir que me quedé como una piedra sin saber que hacer cuando lo tuve de frente pues, de todas las personas que estaban presentes yo era la única que sabía que su historia era real, pues lo que había escrito era una parte de nuestra historia de amor.

Hablaba de él, de su vida desde su niñez hasta el horrible último día que nos vimos a los ojos. ¿Sería verdad todo lo que escribió o solo eran patrañas inspiradoras por haberme roto el corazón?

Mi jefa carraspeó al ver que yo no hacía ningún movimiento y apresuradamente me obligue a sonreír y a responder el saludo.

-Mucho gusto..., creo.

No estaba preparada para sentir lo que sentí, su mano tibia estrechando la mía con un ligero apretón fue como tocar el rayo de Zeus que se extendió por todo mi cuerpo de forma involuntaria.

No podía dejar de mirarlo a los ojos.

Había tantas cosas que le quería preguntar respecto a lo que leí, quería saber la verdad y hacerlo de frente pero no sabía cómo actuar ni que decir.

-Entonces... -la voz de mi jefa nos obligó a soltarnos las manos y ambos volteamos a verla-. Ella es Kin Novelli y es mi asistente fantástica, fue una bendición que la mandaran como becaria aquí. Lastima que entró mucho después de la edición de tu libro. Te habría encantado trabajar con ella en las correcciones, es maravillosa.

-Ya lo creó -contestó Donovan sin pensarlo.

Ambos me miraron a la par y mis mejillas estaban hechas una cereza.

-Exageras -no lo pude resistir y agache la mirada.

No podía aguantar esos ojos intensos mirándome, estudiándome.

-Claro que no -insistió Margot-. Kin leyó tú libro en un solo día, ha mi me tomó al menos un poco más.

-Oh ¿De verdad?

Mierda, mierda, mierda. Miré a mi jefa con ojos asesinos pero ella ni si quiera pareció notarlo, no dejaba de ver a Donovan como si fuera la octava maravilla del mundo.

-Si, por supuesto que sí, es por eso que mañana va a estar todo el día acompañandote en la presentación y la firma de libros.

¡A la mierda todo!

«A tu salud jodido cupido» me tomé mi cuarta copa de un solo trago.

-Pero no hablemos ahora de trabajo. Vamos a relajarnos, a festejar por este enorme éxito y todos los que vienen.

-Seguro que sí -pronunció Donovan con una linda sonrisa..., que diga, una sonrisa normal.

-Ahora si nos permites Kin, tengo que presentarle algunas personas más al querido señor Pearlman.

-Fantástico -respondí efusivamente pero Donovan no se movió de su lugar.

-Quisiera quedarme a platicar un rato más con la señorita Novelli. Si no es mucho problema me encantaría saber su opinión del libro.

Mis ojos se abrieron de par en par mirando de Donovan a mi jefa esperando su respuesta pero ella tan impetuosa como solía ser se colgó del brazo del escritor y no se lo permitió.

-Ya habrá tiempo para eso al rato. Todos iremos al bar al otro lado de la calle saliendo de aquí y Kin no se lo querrá perder. ¿Cierto querida?

-Yo, no lo sé, mañana va a ser un día largo y creo que me iré temprano a casa...

-Vamos novata. Nada va a salirse de control, solo un par de bebidas y todos iremos a casa.

Ambos se quedaron esperando mi respuesta y sus miradas me ponían tan nerviosa.

-Si ¿Por qué no? -me encogí de hombros y eso fue suficiente para verlos partir.

Como hubiera deseado tomar al menos un par de copas más pero quería seguir siendo profesional. Sin importar las circunstancias estaba en mi trabajo.

Cuando fue la hora del discurso Donovan parecía tan agradable y perfecto que no me podía creer que en verdad fuera él. Podía reconocer esos ojos donde fuera pero su mirada había cambiado por completo y tenía esa esencia que simplemente no me permitía quitarle la mirada de encima mientras hablaba. Hasta las compañeras alrededor no paraban sus cuchicheos y risitas tontas mientras lo contemplaban.

Le agradeció a Margot que complacida recibió un aplauso por convencerlo a unirse a la editorial y mencionó estar muy satisfecho con su trabajo.

-...sobre todo si este libro llegó a la persona correcta -automáticamente sus ojos se posaron sobre mi por unos pocos segundos y siguió hablando después como si nada.

Fue como un golpe de realidad. Donovan de verdad estaba ahí frente a mi; sentí que mi corazón se detuvo en ese instante y sin poder evitarlo un par de lágrimas escaparon de mis ojos.

Corrí hasta mi lugar en las oficina y escondida detrás del monitor me puse a llorar. No sabía si podría controlar como me sentía pero tampoco me iba a adelantar a los hechos, por lo mientras limpie mi rostro y tomé mi bolso para irme, ya le daría a Margot una buena excusa al día siguiente.

Llegaría a casa, tomaría un baño y me iría a la cama, tal vez después de eso tendría mucho más valor para afrontar a Donovan después.

Decidí bajar las escaleras para intentar tranquilizarme, me sentía tan patética por estar así pero era obvio que no había desechado del todo mi pasado.

Ya estaba empujando la puerta para salir cuando alguien me tomó del brazo.

-Kin... -era su voz-, hablemos por favor.

🤍Pobre Kin, esta ahora en una situación amor-odio que todo el mundo tuvo aquí.

Creer o no creer esa es su cuestión y ella tendrá que tomar esa decisión. Después de todo no es nada fácil darle la espalda a tu primer o verdadero amor.

DETRÁS DE ESA SONRISA -Libro 2-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora