CAPÍTULO|30

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KIN

Con tantos sentimientos reprimidos dentro de mí y un poco de esperanza tal vez, tuve que morder mis mejillas para no soltarme a llorar. Caminé lentamente hasta llegar con Morfeo y ambos nos quedamos mirando.

-Hola... -pronunció con timidez.

-Hola.

-Recordé que hoy es la audiencia...

Miré unos segundos al cielo para sostener un poco más el llanto y simplemente afirmé con la cabeza, automáticamente comencé a temblar y él lo notó con facilidad.

-Ven aquí Kin-kin -me tomó de los hombros y me empujó hacia su cuerpo para abrazarme con fuerza, yo le correspondí de la misma forma y escondí mi rostro en su cuello, extrañaba su olor, su calor en esa mañana un poco más fría de lo normal. No dijimos nada y nos quedamos así por un largo rato hasta que besó mi cabeza y volteó a mirarme.

-Te extrañé.

-Y yo a ti -le sonreí mientras limpiaba una pequeña lágrima que había alcanzado a escapar.

-No luces muy bien -se sinceró.

-Lo sé.

-Y ese peinado no te queda tan lindo.

Me hizo sonreír y ruborizarme.

-Lo sé, hoy no amanecí muy creativa con mi imagen -quité la goma que sostenía mi cabello e intenté acomodarlo, pero él me ganó y lo puso tras mis hombros con delicadeza.

-Sera mejor que entremos -mencionó.

Yo miré hacia delante para ver la entrada y respiré profundamente para tomar valor, no estaba muy decidida de dar un paso más hasta que él me tomó la mano y entrelazo nuestros dedos para ayudarme.

Noah nos vio llegar de inmediato, hablaba con un grupo de hombres pero no me dio tiempo de ver quiénes eran. Se acercó a nosotros y me abrazó.

-Todo va a salir bien -intentó sonreír pero incluso él lucía nervioso-. Y gracias por estar apoyándola, Morfeo.

Mi amigo le dio la mano y le pidió que contara con él para lo que fuera pero a mí me pareció un poco singular que Noah no lo llamara hermano como solía hacerlo usualmente, aunque claro solamente lo había escuchado llamar así a...

Algo en mi estaba a punto de hacer clic cuando Noah me alejo un poco más para hablarme en privado.

-Hay algo importante que no mencionamos pero, cuando testifiques por favor no menciones que tuviste una relación con Donovan.

Eso me dejó un poco desconcertada.

-¿Pero por qué...?

-Limítate a hacer lo que te pido Kin. Es por el bien del juicio y...

Los abogados llegaron a interrumpirnos para poder hablar seriamente sobre lo que iba a pasar y entonces todo se volvió serio y real y no hubo cabeza para algo más.

La audiencia comenzó a la hora en punto. Morfeo se mantuvo lo más cerca posible y se lo agradecí de todo corazón pues con un sólo estirón podía sujetar mi hombro para sentir todo su apoyo.

Los abogados de Anthony entraron detrás de nosotros y con un feo traje de prisionero y el más horrible y temible semblante de odio hacia mi persona vi a mi atacante entrar custodiado por un policía.

La última vez que testifique en su contra, él ni si quiera estaba en la sala pero ahora todo era diferente, mis piernas temblaron, los recuerdos regresaron y las ganas de volver el estómago también.

DETRÁS DE ESA SONRISA -Libro 2-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora