CAPÍTULO|39

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KIN

Nunca podré olvidar el horror que se dibujó en el rostro de Donovan. Una mezcla de sorpresa, desesperación y hasta culpabilidad.

Era como el día que Anthony me llamó a mí y me sentí envuelta de esa sensación como si ya hubiera vivido todo aquello, la diferencia es que a pesar de todo, él supo mantenerse firme y no se tardó ni un segundo en recuperar la voz para contestar con simples afirmaciones a quien sea que estuviera al otro lado de la línea.

La llamada no parecía traer buenas noticias. Cuando colgó al fin volteó a verme aunque no dijo nada, abrió su boca pero no salió sonido alguno de ella e intentó mover los labios pero era como si no recordara una sola palabra.

-Donovan...

Susurré su nombre intentando hacerlo reaccionar y con cuidado toque su brazo en busca de una respuesta.

-Di algo ¿Todo está bien? ¿Es tu padre? -pregunté-. ¿Es..., es Scarlett?

A pesar de la forma en la que se había aparecido frente a mi esa noche y lo que me había dicho por muy cierto que fuera aún eran un poco difícil darle el visto bueno y decir su nombre en voz alta y la ansiedad era tal que sentía que iba a vomitar mi estómago.

Donovan apretó lo ojos y luego miró al techo unos segundos antes de decir aquellas palabras.

-Está muerta -sus ojos se hicieron agua pero aguanto las lágrimas-. Al parecer esta vez sí lo logró.

-¿El qué...?

-Se suicidó.

La única forma de poder describir lo que sentí al escuchar la noticia fue como esas hondas que se hacen en el agua tranquila cuando alguien o algo la toca. Un montón de hondas dispersándose por todo mi cuerpo hasta hacerme temblar.

«Prometo que no volveré a...»

Recordé sus palabras. ¿A eso se había referido? Ella se iba a quitar la vida y fue a pedir perdón y yo no lo pude entender.

Estaba muy confundida ¿Qué debería de hacer o decir? ¿Lo pude haber evitado?

Donovan tan sólo agachó la mirada y me costaba mucho trabajo descifrarlo ¿Debería de abrazarlo? ¿Decirle que lo lamentaba? Porque a pesar de todo si lo lamentaba, me dolía verlo a él de esa forma, reprimiendo sus sentimientos, guardando sus lágrimas, intentando ser fuerte.

Era confuso porque no sabía si lo hacía porque estaba frente a mí y aquella situación, aunque horrible, se trataba de Scarlett, la persona por la que en primer lugar lo habíamos pasado tantas veces mal.

DONOVAN

¿Cómo se supone debería de sentirme?

Con Scarlett desde el primer día que la conocí todo fue una maldita turbulencia y ahora eso...

No podía parar de preguntarme que le habría dicho a Kiny y si lo que fuera que hubiera pasado entre ellas dos habría sido la decisión final par poder al fin poner fin a su vida.

Desde que había permanecido encerrada en el hospital mental, por palabras de papá y del doctor que la estaba tratando, ella podría mejorar aunque en el futuro eso significaba que se convertiría en alguien mentalmente capaz para tener un juicio y una sentencia como era debido.

Cuando se escapó por primera vez incluso pensé que lo había hecho al propósito para poder mantenerse en la institución mental por más tiempo pero la verdad es que Scarlett sí estaba un poco más cuerda, o al menos lo suficiente para ser consciente de todo lo que habían hecho mal y caer en tal depresión para intentar quitarse la vida, dos veces.

DETRÁS DE ESA SONRISA -Libro 2-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora