CAPÍTULO|17

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KIN

-Amo ser tu esclavo Kiny -podía oír la sensual voz de Donovan debajo de mi-, pero creo que no merezco el trato que me estás dando nena.

¡Por el rayo de Zeus! Esa situación de estar casi sentada sobre su rostro con las manos atadas a mi espalda y sentir el soplido de su risa en mi entrepierna me dejó palpitando de deseó.

-Y aunque ahora me tienes literalmente a tus pies o mejor dicho..., entre tus piernas, eres tú quien va a ser castigada.

Súbitamente sus manos se posaron sobre mis cadera y me empujaron a su boca.

-¿Sientes esto? -Un roce lento de su lengua desde mi centro hasta el final de mis labios fue glorioso y no pude evitar arquear un poco mi cuerpo al tiempo que me dejaba sin habla-. Si Kiny. Claro que lo sientes.

Y continuó, su lengua se movía gloriosamente de arriba a abajo desde mi clítoris hasta la horquilla de mi vulva, metiendo su lengua de vez en cuando y acariciando entre movimientos rápidos que acumulaban una deliciosa tención que me torturaba cuándo decidía ir lento y explorador.

El calor de su boca me hizo jadear enseguida y mi cuerpo se sintió como el cuerpo de una botella a punto de sacar disparado el corcho y chorrear el vino espumoso como el que había tomado apenas hace un rato con Morfeo, con quien por supuesto si había tenido la cita.

Pero para llegar a todo eso, hay que volver unas cuantas horas atrás.

Margot con su encanto de editora fabulosa persuadió a Donovan de llevarla a ella por el café para así de paso hablar sobre el nuevo manuscrito que por los dioses esperaba, Donovan si hubiera terminado antes o de lo contrario se metería un serio problema.

-Así no le estorbaremos a los tortolitos -insistió mi jefa.

-No somos tortolitos.

-Gracias.

Morfeo y yo hablamos al mismo tiempo, ambos avergonzados y uno más feliz que el otro.

Al otro lado con una muy bien fingida cara de que no estaba furioso, Donovan me miraba con una chispa de infelicidad y estoy segura de que iba a decir algo astuto con tal de no permitir esa cita pero Margot lo tomó del brazo y se lo llevo.

Morfeo y yo nos quedamos mirándolos por unos segundos antes de dar la media vuelta e ir en sentido contrario hasta su... ¡Extraordinario! Una motocicleta y estaba preciosa.

Me ayudó a peinar mi caballo hacia atrás y con mucho cuidado me puso un casco y lo ajustó, luego acomodó mis flores en una especie de parrilla donde las sujetó cuidadosamente para que no se maltrataran.

-¿Haz viajado en motocicleta? -me preguntó mientras se ponía las protecciones.

-Jamás -respondí un tanto emocionada.

-Te va a gustar, ya lo veras. Es la mejor experiencia del mundo.

Me ayudó a subirme y luego lo hizo él.

-Abrazame fuerte si tienes un poco de miedo -me sujetó ambas manos y las acomodo alrededor de su cintura-. ¿Ves? Así.

A pesar de que estaba todavía un poco alterada por la inesperada sorpresa de Donovan la verdad es que se me pasó rápido en cuanto Morfeo arrancó, la experiencia daba un poco de miedo y sin poder evitarlo apreté mis manos sobre su ropa y..., oye ¿Qué teníamos ahí?

DETRÁS DE ESA SONRISA -Libro 2-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora