CAPÍTULO|35

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KIN

El día había sido ajetreado y lo único que en serio quería hacer era colgar esa horrible llamada.

Había estado más de dos horas intentando convencer a una de nuestras escritoras para que accediera a hacer una pequeña conferencia hablando de su nuevo libro, algo que debería de estar haciendo Margot pero, como estaba con Donovan en su fantástica gira haciendo quien sabe que cosas, el trabajo difícil me estaba tocando a mí.

Uno de los compañeros se despidió a lo lejos cuando levanté mi vista cansada y estresada, me limité a sonreírle y alzar la mano mientras terminaba por darle las gracias a la autora por acceder.

Recargue mi cabeza sobre el escritorio para descansar; después de aquella llamada de Margot todo mi sueño había vuelto a desaparecer, con sólo cerrar los ojos un momento, podía imaginarme a esos dos... ¡Por los dioses de las pesadillas! Sí que estaba cansada.

Sin poder evitarlo me quede profundamente dormida y comenzaba a preguntarme si las vitaminas que Morfeo me había dado en verdad funcionaban porque la única vitalidad que me brindaban era para comer.

Todo estaba en completa oscuridad cuando escuché toquidos en la puerta de vidrio y me levanté un poco alerta.

Era una de las chicas del equipo de diseño, últimamente estaban saliendo bastante tarde también; corrí para abrirle a prisa.

-¿Todo está bien? -pregunté a la vez que limpiaba un rastro de saliva sobre mi mentón.

-Perdón por haberte despertado, pero es que te vimos y bueno, ya es pasada la medianoche.

Abrí mis ojos de par en par y fui al escritorio a buscar mi teléfono.

¡Dioses! Me había quedado dormida al menos un par de horas.

Mi rostro que de por sí ya tenía tono por la siesta, se tornó todavía más rojo fresa y me limité a darle las gracias a mi compañera.

Ella preguntó si deseaba que me esperara, pero le advertí que no era muy buena idea pues todavía tenía que arreglar un par de cosas antes de poder irme.

Volví a mirar mi teléfono y tenía muchas notificaciones: un mensaje de Noah diciéndome que esa noche no iba a llegar a casa a lo que yo respondí que estaba muy bien y que no se preocupara por mí.

Morfeo había llamado un par de veces y luego por mensaje me había preguntado si ya había cenado, esos días le había tocado el turno de noche y nos habíamos podido ver con demasiada frecuencia y el par de veces que lo habíamos hecho cuando nos lo pasamos mirando películas y quedándonos dormidos de inmediato.

Le respondí que sí a su mensaje, aunque no era verdad, pero seguramente cuando llegara a casa me iba a preparar un sándwich enorme antes de irme a la cama. Sabía que no estaba muy bien cenar pesado antes de dormir pero es que tenía ese antojo terrible y no me lo podía quitar.

También había noticias y publicaciones nuevas; cuando vi que había algunas nuevas de Margot me apresuré a entrar y verlas.

Había estado llenando sus historias de ella y Donovan en su travesía por esa gira de firma de libros y aunque sabía que no estaba bien, no podía evitar torturarme y espiarlos.

Él parecía tan suelto y natural haciendo su trabajo, siendo demasiado lindo con sus lectores, me gustaba como fijaba sus ojos en ellos, como se notaba que todo lo hacía de corazón y la conexión que tenía con las personas.

Él se veía feliz.

Abrí las historias de Margot como siempre; hasta ese momento la verdad es que todo había sido muy profesional y no parecía que ellos hubieran..., o estuvieran..., ¡Vaya! Ni si quiera podía decirlo.

DETRÁS DE ESA SONRISA -Libro 2-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora