Capítulo 31: Salem y Aslan

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No sabía que hacer. Me había quedado paralizada.

Seguía cogiendome la cara con ambas manos. Tenía los ojos cerrados.

Besaba muy bien y con suavidad. No me quería resistir y cerré los ojos también y le seguí el beso.

Sonrió contra mi boca.

Separó sus labios de los mios y fue dandome besos por la mejilla hasta bajar al cuello. Me dió pequeños besos por todo el cuello.

Yo tenía mis manos en su pelo. Era muy suave.

Dean volvió a mi boca con un poco más de agresividad. Me daba pequeños mordiscos en el labio inferior.

Se separó de nuevo de mí. Me miraba con una sonrisa enorme. Mis manos estaban en su cuello.

Volvió a agacharse para besarme en el pecho y sentí una presión enorme encima de mí.

Me dí cuenta de que Dean se había dormido literalmente encima de mí.

-Vaya, esto si que no me lo esperaba - susurré.

Intenté quitarmelo de encima, pero pesaba mucho más que yo. Lo intenté de todas formas.

Ya llevaba mucho rato intentando quitarmelo de encima, cuando me dió un ataque de risa. Me hacía cosquillas con su pelo en el cuello.

Mi risa contenida debió despertar a Dean.

-¿Qué pasa? - preguntó mientras giraba su cara y se apoyaba en la otra mejilla.

-Estás encima de mí.

Se rió.

-A mí no me hace gracia - repliqué -¿te puedes quitar de encima, por favor?

-Estoy muy cómodo - me respondió.

Me revolví.

-No es por nada, pero tu cabeza me va a meter las tetas para dentro. Y no me apetece ser convexa.

Levantó la cabeza y me miró las tetas descaradamente.

-Son pequeñas y cómodas.

-¿Me lo tengo que tomar como un cumplido?

Se rió a la vez que se quitaba de encima de mí.

Me sentí liberada. Dean se tumbó en mi cama. Me iba a levantar, cuando me cogió de la muñeca.

-No te vayas, por favor. Quedate conmigo.

-Vuelvo ahora, te lo prometo - le contesté.

-No, vete si quieres cuando me duerma, pero ahora espera.

Me tumbé a su lado y no me soltó la muñeca.

-Vane - me dijo arrastrando mi nombre - ¿me puedes cantar una canción?

-Dean, no sé cantar. Parezco un gato atropellado.

-Una en español - siguió diciendo sin escucharme.

Suspirando, me acurruqué a su lado. Apoyé mi cabeza al lado de la suya.

No sabía que canción cantar. Tenía que ser una lenta.

-En la oscuridad y en la soledad, de esta fría habitación. Puedo respirar, ver la realidad, encontrarme con mi voz.

Lo estaba cantando muy bajo. Dean se acercó más a mí, y pasó su brazo por encima de mi cadera.

-Sin el antifaz, vuelvo a ser mortal, tan sencillo como tu.

-Me encanta vuestro acento.

No paré de cantar.

Perro Callejero (WWE fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora