Perro Callejero (WWE fanfic)

Capítulo 18: Netty y sus miradas

Aparqué el coche.

-¿Quieres venir conmigo? - me preguntó Dean mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.

-No, no hace falta. Voy a ver si compro un libro en una tienda que hay por aquí cerca.

-Vane, hoy no es día laborable.

-Mierda. Es verdad - levantó una ceja - pues voy contigo.

Me posé del coche y lo cerré.

-Si hoy no es día laborable, ¿por qué vosotros tenéis reuniones hoy? - dije mientras me ponía a andar al lado de Dean.

-Porque somos una empresa internacional. Y las empresas internacionales no cogen fiestas.

-Pues si yo tuviera una empresa internacional, cogería todas las fiestas... seguro que hay fiesta todos los días.

-Entonces no trabajarías ningún día - me dijo Dean mientras me abría la puerta para que pasara.

-Exacto.

Se empezó a reir.

-Que vaga eres.

Asentí.

Caminámos por un pasillo en silencio hasta que llegámos a una puerta.

-Esto, Vane, creo que no te van a dejar entrar - dijo Dean mientras que me miraba a los ojos.

-Lógico. No trabajo aquí. ¿Hay alguna cafetería?

-Sí. Al fondo a la derecha.

Levanté el pulgar.

-Te espero allí. ¿Dean?

Este se giró hacia mí.

-¿Sabes si tienen Wifi?

Empezó a reirse.

-Creo que sí, pregunta por la contraseña - abrió la puerta - pero creo que tienes que consumir algo.

-Vale. Hasta luego.

Se despidió de mí con la mano y cerró la puerta tras él.

Caminé por es pasillo siguiendo las intrucciones de Dean. Pasé al lado de una sala con un cartel que me llamó la atención.
'SALA DE ENTRENAMIENTO 5' 'TATAMI'

Retrocedí hasta ponerme delante de la puerta. Por suerte, tenía un cristal pero no se podía ver nada dentro de la sala.
'Clase del señor Sebastian. Artes marciales varias'

Levanté las cejas.

Miré el horario. Hoy tenían clase. Tenía curiosidad.

-El Wifi gratis puede esperar.

Abrí la puerta con cuidado.

Ví a un hombre en el centro de la sala. Era pequeña, por lo que el tatami ocupaba la mayor parte de la sala. Cerré la puerta tras de mí con cuidado y me apoyé en la pared.

El hombre iba vestido con un traje de judo y con un cinturón negro mal atado a su cintura.
"Puede que no se haya dado cuenta que lo ha atado mal"

Estaba hablando sobre el arte del judo a varias personas. La puerta volvió a abrirse y entró un chico joven, también vestido con el kimono, pero a diferencia del otro hombre, su cinturón iba bien atado.

-Hola, ¿vienes a las clases? - me preguntó en voz baja.

Negué con la cabeza.

-Solo vengo a mirar, ¿se puede, no?

El chico asintió.

-Pero yo que tu no me lo tomaba muy en serio.

-¿Y eso por qué? - pregunté interesada.