Perro Callejero (WWE fanfic)

Capítulo 27: My medicine

Estaba haciendo la cena. Habíamos invitado a varios amigos a cenar. Pablo había dicho que teníamos que socializar un poco más. Él había invitado a dos de sus amigos, uno era de la universidad y no lo conocía, el otro era Michael, el chico que nos había dado las entradas para la WWE.

Yo había invitado a Jennifer, mi mejor amiga, la cual estaba coladísima por Robbie. Me encantaba que se ilusionara con un chico, pues a pesar de que era muy abierta con todo el mundo, cuando los chicos intentaban ligar con ella, se cortaba mucho. Además con Robbie tenía mucha química, se notaba a leguas que ambos estaban muy agusto en presencia del otro. Me daba mucha envidia sana, la buena pareja que hacían. Eran adorables cuando estaban juntos. Jennifer no me lo había dicho directamente, pero yo sabía de sobra que me estaba lanzando indirectas para que le montara una especie de cita con Robbie. Había aceptado encantada. Aunque mi vida amorosa no era precisamente el mejor lugar para sacar conclusiones y ejemplos sobre parejas, me gustaba ayudar a la gente. Debía ser cosa de la carrera de Psicología.

También había invitado a otra amiga que tenía. Se llamaba Jessica. La había conocido en el gimnasio y ella había sido la que me había ayudado a perder peso. Después de todas las sesiones de entrenamiento nos habíamos hecho muy amigas, ella era mi entrenadora personal y yo su psicóloga en prácticas particular.

Estaba pensando en lo patética e irónica que era mi vida amorosa, cuando unos brazos me rodearon la cintura. Empezó a sonar una música lenta pero muy bonita. Pablo me giró hacia él. Cogió mis manos y me las puso en su cuello para después colocar las suyas en mi cintura. Empezamos a balancearnos al ritmo de la música. Yo lo estaba mirando directamente a los ojos con la cabeza inclinada ligeramente hacia atrás. Pablo me devolvió la mirada. Se fue acercando a mí muy despacio. Yo empecé a ponerme nerviosa. Pareció notarlo, pero lo único que hizo fue apoyar su frente en la mía. Seguimos bailando en esa extraña pero cómoda postura hasta que se acabó la canción.

Pablo se separó lentamente de mí con una preciosa sonrisa en la cara.

-Vete a prepararte, ya termino yo la cena.

Anonadada, asentí. Me dí la vuelta lentamente y fui a mi habitación con un extraño sentimiento en el pecho.

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Estaba terminando de prepararme, cuando alguien picó a mi puerta.

Era Jennifer.

-Hola, ¿puedo pasar?

Asentí.

-Toma, esto es para tí.

Me extendió una caja azul. Fruncí el ceño.

-Deja de poner esa cara y ábrela - me dijo.

Abrí la caja con precaución.

Había una tela negra. La cogí.

Se desdobló y me dí cuenta de que era un vestido de palabra de honor.

Dentro de la caja también había unos zapatos de tacón negros y un cinturón fino rojo.

La miré en busca de respuestas.

-¿Y esto a qué viene?

Me sonrió.

-Es mi forma de agradecerte mi cita con Robbie.

-No hacía falta, mujer. Yo lo hago encantada. Hablando de Robbie, ¿cuándo es la cita?

-Mañana - dijo emocionada - estoy muy nerviosa. Por un lado no quiero que llegue el día y por otro tengo ganas de pasarlo.

-Es normal - le contesté - pero seguro que todo va a salir muy bien.