Capítulo 43: Prenochevieja

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No tuve más pesadillas en toda la noche, pero tampoco soñé nada.

Me despertaron temprano las caricias de Dean en mi hombro.

Refunfuñé. Quería seguir durmiendo. Dean siguió acariciandome todo el brazo hasta que llegó a mi mano. Entrelazamos nuestros dedos y comenzó a besarme el hombro y fue subiendo por el cuello. Cuando llegó a mi oreja, mordió con suavidad el lóbulo. Me quejé y me revolví.

Escuché la risa de Dean detrás de mí y siguió provocandome hasta que me dí la vuelta, quedandome de cara a él.

-¿Puedes dejar de molestarme, por favor?

No me contestó. Me miró intensamente sin apartar sus ojos de los míos. Acarició mi mejilla con su pulgar.

-Estás increíblemente preciosa. Más de lo que me hubiera imaginado nunca.

-¿Incluso con los pelos de loca debo de tener?

Una ronca risa salió del fondo de su garganta.

-Incluso.

-Pues entonces mucho me debes de querer - sonrió - ¿qué hora es?

-La maravillosa hora de las 9 de la mañana.

Me quejé.

-¿Por qué me obligas a madrugar? - Dean se encogió de hombros mientras sonreía - ¿quieres desayunar?

-Sí, por Dios. Estoy muerto de hambre.

Nos levantamos los dos de la cama. Dean se vistió con rapidez.

-Voy a bajar a mi coche a por una maleta que tengo para cambiarme de ropa.

Asentí.

Le pregunté que era lo que quería desayunar y le calenté un café junto con mi leche para el chocolate.

-¡Buenos días! - saludó Pablo cuando salió de su habitación. Me dió un beso en la mejilla - ¿estás mejor? - asentí lanzándole una pequeña sonrisa - ¿dónde está Dean? ¿Se ha ido?

-No, ha bajado a por ropa. Va a subir ahora.

Pablo asintió y se preparó su desayuno.

-¿Sabe lo del sueño?

-Aún no - dije sacando las tazas del microondas - y dudo mucho que se lo diga. No lo quiero asustar ni espantar - Pablo frunció el ceño - no creo que le haga mucha gracia tener una novia psicótica.

Pablo se rió y con su taza en la mano, se sentó enfrente de mí.

-En Nochevieja...

-Pablo - lo corté - déjame tomar el chocolate con leche primero, que yo sin él no soy persona.

Dean entró en el momento que dije esto último.

-Tampoco será para tanto - me dijo él - puedes vivir sin mí perfectamente.

Lo fulminé con la mirada.

-Estaba hablando del chocolate.

-¿Ya me engañas? - preguntó dramátizando - yo pensaba que te lo daba todo.

Me reí.

-El chocolate una fuerza que os supera a todos los hombres buenorros del mundo.

-Lo dudo...

Me reí de nuevo. Se estaba poniendo "celoso" del chocolate.

Dean se sentó a mi lado y cogió el bote donde estaba guardado el chocolate.

Perro Callejero (WWE fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora