Perro Callejero (WWE fanfic)

Capítulo 41: Patinaje fatal

-Esto no era precisamente en lo que estaba pensado - le dije a Jo mientras miraba a la pista de hielo a la que me había arrastrado.

-Patinar es muy divertido - me contestó ajustandose el gorrito de lana que llevaba en la cabeza puesto.

-Sí, para el que sepa patinar - murmuré.

Jo me miró sorprendida.

-¿No sabes patinar? - negué con la cabeza - ¿y no eres un poco mayor para no saber hacerlo?

Miré a la niña.

-¿Y tú no eres un poco pequeña para decir lo que hay que saber hacer a mi edad?

Jo se rió, lo que hizo que me relajara un poco.

-¿Vas a coger los patines? - me preguntó.

Suspiré.

-Vigílame el bolso - le dije posandolo en el banco donde estaba sentada - y no te muevas de aquí.

Jo asintió y yo cogí la cartera. Fui al mostrador y miré a Jo. Estaba a menos de cinco metros de mí. Jo estaba abrazada a mi bolso como si le fuera la vida en ello.

Pedí los patines para las dos, pagué y la fui a buscar.

No estaba sentada en el banco donde la había dejado.

Me empecé a poner muy nerviosa. La busqué por todos lados.

-¡Jo! ¿¡Jo, dónde estás!?

No la veía por ningún lado.

Algo cogió mi mano. Bajé la vista y era ella.

El nudo que tenía en mi estómago se relajó.

-Jo, eres tú - me arrodillé a su lado tirando los patines - que susto me has dado - la abracé - no vuelvas a hacerme esto, por favor.

-Lo siento, Vane - me sonrió - ¿vamos a patinar?

La llevé a un banco que estaba muy cerca de la entrada a la pista y donde estaban nuestras taquillas.

-Ten mucho cuidado, no te caigas ¿vale? - le dije mientras le apretaba los patines para que no se le salieran - ve con cuidado.

-Que sí. Pero yo creo que deberías aplicartelo tú.

La miré.

-Joelle Anoa'i eres un demonio en un cuerpo pequeño de niña.

Jo se rió.

-Soy buena niña, pero yo se patinar y tú no.

Ahí tenía razón. Me calcé con cuidado los patines.

Con una mano iba agarrada a la barandilla y con la otra estaba cogida a Jo.

Sí, era yo la que iba cogida a la niña. Yo, que la triplicaba en peso y la doblaba en altura. Una niña de ocho años sujetaba a una mujer de 20 años.

-¿Vas bien? - me preguntó.

-Sí, ¿y tú?

Asintió sonriendo.

Entramos a la pista.

-Allá vamos -dije.

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Volví a caer de culo. Debía ser la octava vez que me caía en menos de media hora.

-Vane, has estado más tiempo en el suelo que patinando.

Miré a Jo desde el suelo. No se había caído ni una sola vez.

-Estas cosas en España no las tenemos.