Perro Callejero (WWE fanfic)

Capítulo 16: Confesiones, risas y mucha música

-¿Dean?

-Dime.

-¿Te puedo hacer una pregunta? - paré el coche delante de un sémaforo en rojo. Dean asintió con la cabeza y me miró - ¿qué hacías aquel día en mi edificio? ¿Fuiste a ver a alguien?

Empezó a pensar.

-Fui a ver a un antiguo amigo.

-¿De tu infancia?

-Más bien de mi adolescencia - suspiró - Eramos muy amigos, pero acabamos llendo por caminos muy  distintos.

Puse el coche en marcha otra vez. Estuvimos unos segundos en silencio.

-¿Sabes qué? Es muy raro encontrarse con alguien después de tantos años y que la otra persona piense que sigue habiendo la misma confianza que había antes.

-La verdad es que sí. Las personas cambiamos mucho a lo largo del tiempo - contesté.

-¿Qué relación tienes exáctamente con Pablo? - preguntó de sopetón.

Lo miré.

-¿Por qué lo preguntas?

-Porque me interesa.

Suspiré.

-Solo somos amigos.

-¿Amigos solo o con derecho? - lo fulminé con la mirada.

-Nos conocemos desde el colegio. Fuimos juntos a clase. No hay ninguna otra relación entre nosotros más que amistad.

-¿Amigos desde la infancia y vivís solos en Nueva York?

Volví a suspirar.

-Vine a estudiar aquí sola, estaba en la residencia de la universidad. Pablo se enteró que estaba en Nueva York y a los pocos meses ya estabamos viviendo juntos. Como amigos. Como estudiantes que comparten piso porque no tienen mucho dinero.

-¿Y siempre fue así vuestra relación?

-¿Qué quieres decir?

-¿Nunca ha habido ningún desliz entre vosotros?

Me reí.

-No soy el tipo de chica que le gusta a Pablo.

-¿Y por qué no?

-Porqué no.

-¿Y Pablo es tu tipo?

-¿Qué clase de preguntas son esas?

-Me estás contestando porque quieres.

Me quedé en silencio. Intenté encontrar las palabras exactas para poder expresarme.

-Pablo es... o sea, no es que no sea mi tipo de chico, pero, tampoco es que lo sea. No sé como explicarme.

-Intentalo. Aunque no lo parezca, soy muy inteligente y me pierdo con dificultad - me dijo con una sonrisa.

No dije nada. Normalmente no me costaba expresarme, pero estos temas me ponían muy nerviosa, lo que provocara que fuera incapaz de decir algo coherente.

-Verás, hace mucho tiempo que Pablo dejó de gustarme o atraerme de alguna forma.

-¿De verdad? ¿Y en qué época de tu vida te gustó?

-¿No habrás estudiado Psicología?- negó con la cabeza - pues pareces un maldito psicólogo.

-Estás insultando a la profesión para la que estás estudiando - gruñí.

Llegámos al edificio donde vivía Dean.

-Voy a coger algo de ropa, ¿quiéres subir?

-Eso ni lo dudes. No me lo pierdo ni loca - se rió.