El copero real. 22/45

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Pág. #22

Tiempo al tiempo.

¡Es tuyo!.. No debes dudarlo. Pronunciado su nombre, y asustado a sus reacciones, sus ojos empezaron a ceñirse de lágrimas, mientras posaba una de las manos de su esposo, sobre su vientre. Al decirle: ¿Lo sientes?, tu hijo acaba de reconocerte.

    Sin emitir reacción alguna, sus expresión no se inmuta ante lo que no puede aún comprender.,. ¡Mi hijo! — Se dijo a sí mismo, al sentir remecer su cuerpo, dónde aquel sentimiento está luchando en su interior; Desea salir, e impregnar su alma, cuerpo y mente, para ceder ante lo que es el regalo de la unión a su amor, y dado con la bendición celestial.

Ha notado su semblante, y Wei Ying sonríe.


 — Lan Zhan, debes sonreír; Ahora ya seremos tres, tendrás alguien más a quien regañar, y .. se sintió el silencio al poner sus dedos sobre sus labios para comentar.

¿Cómo sería posible que pueda regañarlo!


 — Uhm, emite un murmullo Wei Ying.- ¿Oh, entonces seré el único a quien siempre regañes?

Uhm — Esta vez, fue el murmullo de Lan Zhan. Y una vez más el niño se vuelve a mover, haciendo que Wei Ying sonría.


¡Oh, bribón acabas de caerle bien a tu padre, tanto así que no escucharas sus regaños!

Lan Zhan, es tu hijo; Digno descendiente de la luz, será un ser iluminado, de principios, un hombre de justicia como lo es su padre.. ¡El Wangji! entre susurros lo ha pronunciado, al ver el hermoso rostro, quieto y confortable de su amado "Caballero de noble armadura"..

   ¡Mío.. nuestro! - exclamó Lan Zhan.


  Al sentirse a salvo entre sus brazos, necesito hablar para sacar el dolor que agobiaba su corazón; Pensé que no volvería a saber de ti, sentí quebrarme al verte partir aquella vez, ¡perdóname! Yo no quise hacerlo con él, ¡perdóname, por favor no me odies!.

Capturando sus labios, y hablándole de manera cándida dijo: Tú, no tienes que pedirme perdón, soy yo quien obró mal, no debí tener esa reacción, Pero ahora vine a reclamar lo que es mío.. ¡Tú eres mío! — No existe fuerza alguna que pueda arrancarte de mis brazos.


  ¡Lan Zhan! — ¡Oh mí querido Lan Zhan, te amo tanto, demasiado! el cielo, estrellas y el mismo universo son testigos, del amor que te he profesado toda mi vida.

¡Entregarte a otro.. !¡Antes muerto!. Concluyó para dar rienda suelta a sus instintos, y capturarlo a su deseo inconmensurable por él.


  - ¡Lan Zhan! .. ¡Lan Zhan! ¡Te necesito, quédate hoy!.

¡Uhmm! No tienes que pedirlo, esta noche, yo seré el único que ocupe tu lecho.


     La sensación de vacío se ha amenorado al estar juntos, y el desdén que les separó ha quedado en el olvido; tan solo son ellos dos amándose está noche; cual perturbador fue su separación, y cuan elocuente su reconciliación al sellar su retorno al lecho amado, con un inolvidable momento.

Impregnación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora