diez.

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Este capítulo contiente spoilers del manga, si no quieres arruinarte la historia te recomiendo mucho leerlo (está buenísimo) o simplemente dejar de leer!!! <3


— ¿No sería lo más seguro llevarla de inmediato a la escuela? — dije por el teléfono, dando vueltas junto a la piscina de la escuela media para chicas a la que asiste Riko.

— Estoy de acuerdo, pero son órdenes del maestro Tengen, quiere que atiendan todas las peticiones de Amanai Riko antes de...ya saben — Yaga suspiró, bajé la mirada y asentí un par de veces, intentando calmarme.

— Entendido. — Colgué y le conté a los chicos el mensaje de Yaga, Gojo automáticamente rodó los ojos, Geto lo miró fastidiado.

— ¡Ahora tendremos que cumplirle todos los caprichos! — se quejó el albino, gritando al aire.

— No te pongas así, Satoru — dijo Geto firmemente — Después de la asimilación...Ella no podrá ver a su familia, ni amigos. Dejémosla ser libre, esa es nuestra misión. 

La cuidadora de Riko se acercó a nosotros, escuchando descaradamente la conversación, sin embargo, no nos importaba mucho. Era una señorita sumamente amable, quien simplemente hacía su trabajo al cuidar de ella. Era la única familia que Riko tenía. Era temprano, el ambiente se sentía ligero, no había residuos de energía maldita, todo estaba demasiado tranquilo para ser real.

— Geto, ¿qué hay de las maldiciones que enviaste para vigilarla? — pregunté, sintiendo algo raro entre tanta paz. 

— Tranquila, si algo extraño sucede ellas me avisarán ensegui-...— Geto pausó abruptamente, echándose a correr. — ¡Vamos rápido con Riko! ¡Exorcizaron a tres de mis maldiciones! 

Gojo, Geto y yo nos separamos por caminos que eventualmente nos juntaron de nuevo. Seguimos corriendo después de no poder localizar ningún hechicero, o maldición.

— ¡Kurou, dónde está Amanai?! — preguntó Gojo sin dejar de correr.

— A-ahora tiene clase de música, estará en el aula o en la capilla — dijo Kurou, agitada de tanto movimiento. 

— ¿Capilla? — cuestioné, mirándola.

— ¡S-si! ¡Cambia de sitio dependiendo del profesor! 

— Kurou, tú ve al aula, Gojo y ________, vayan a la capilla — ordenó Geto.

Maldije múltiples veces en mi cabeza, sabía que era mala idea alejarnos tanto de ella, debimos vigilarla de cerca. A pesar de que le habíamos pedido a Riko que nos mande mensaje cada vez que cambiáse de sitio, era obvio que se le iba a olvidar, es una niña. Seguimos corriendo, cada quien por la ruta que le correspondía. Gojo y yo íbamos cabeza a cabeza, corriendo a la misma velocidad. Yaga me había contado lo de la recompensa, por lo que estaba aún más nerviosa. Si los hechiceros eran conocidos por algo era por su avaricia, no dudarían ni un segundo en deshacerse de ella por un par de millones. 

Finalmente llegamos a la capilla, Gojo pateó las puertas, haciendo una dramática entrada, llamando la atención de todas las niñas ahí presentes. 

— ¡Rikoooo, ¿es tu novio?! — escuché los gritos de las adolescentes, sonreía levemente viendo sus reacciones. — ¡Es muy alto! ¡Muéstranos tu cara! 

Gojo se quitó los lentes, dedicándole una atractiva mirada a todas las mujeres ahí. Sentí mi expresión cambiar, y mis cejas hundirse. Seguí caminando, intentando ignorar aquella sensación, revisé cada esquina de la capilla con la mirada, pero todo parecía estar bajo control, no había rastros de energía maldita por ningún lado, más que la de Gojo,

déjame ir (gojo satoru x lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora