Me giré hacia Gojo, quedando de frente a él. Su mirada estaba pegada en el piso, su cabello tapando casi por completo su rostro, sin embargo, pude notar a la perfección pequeñas gotas caer al suelo, así como su respiración agitada. Dí un paso al frente, con ayuda de mi mano moví su cabello blanco de su rostro, revelando una mirada rendida, una nariz y mejilla enrojecidas. Estaba llorando. Sentí mi corazón estrujarse ante aquella imagen.
Gojo rió falsamente y pasó sus manos sobre su rostro.
— Lo siento, dormir tan poco me ha vuelto muy sensible — mintió entre risas llenas de dolor.
— G-gojo...— dije con una voz suave, estirando mi mano hacia él, Gojo se echó para atrás antes de que pudiese siquiera tocarlo.
— Perdón, te dejaré dormir — dijo él sonriendo de la forma más falsa posible. — Buenas noches, ________. — dijo antes de desaparecer.
Me congelé, no sabía qué hacer, ni qué decir. Rendida, decidí no perturbarlo más. Cerré la puerta de mi habitación y me eché para atrás, aún mirando la puerta. Incrédula, confundida. Suspiré pesadamente, poniéndome la pijama, finalmente deshaciéndome de aquel incómodo vestido. Me senté en la cama, observando una vez más la habitación que una vez fue mi zona segura. Observé mi tocador, una flor azul llamó mi atención, estaba fresca, y parecía haber sido puesta ahí recientemente. Sonreí, admirándola por un par de segundos. Guardé el vestido en mi maleta. Mi celular se alumbró revelando un mensaje de Ieiri.
"Odio a Yaga-sensei, pero finalmente terminé :)))"
Leí ante el mensaje, sintiendo un poco de pena por ella. Era tarde y la pobre apenas había terminado. Me metí a la cama, acurrucándome entre las cobijas, escuchando música con la esperanza de poder dormir en paz, pero se veía muy imposible.
Un par de minutos después, escuché alguien llamar a la puerta.
— ¿Shoko? — dije frunciendo el ceño, sabía que ya había terminado pero definitivamente no esperaba que viniera, mucho menos tomando en cuenta la hora. Sonreí y caminé hacia la puerta.
Abrí la puerta, ni siquiera tuve tiempo de reaccionar cuando sentí los labios de Gojo impactar contra los míos. Sus manos rápidamente se posaron sobre mi mejilla y mi nuca, demostrando la desesperación que había en ese beso. Después de un par de segundos, yo aún completamente congelada, Satpru se separó para tomar aire, un delgado hilo de saliva uniéndonos. Su pecho subía y bajaba rápidamente.
— __________- — dijo él, agitado.
Pero ya no quería escuchar nada más hoy. Rápidamente cerré la puerta de mi habitación, jalándolo hacia dentro. Rodeé su cuello con mis brazos, Gojo me tomó de la cintura, levantándome del suelo, enredé mis piernas en su cadera mientras él sostenía mi trasero. Nuestras lenguas se acariciaban mutuamente, sentí la sal de las lágrimas de Gojo invadir nuestro beso, pero no nos importó mucho. Conmigo encima, Gojo caminó hacia la cama, recostándome con cuidado, sin romper el beso se posó encima de mí, besando mi cuello probablemente dejando pequeñas marcas.
Se alejó de mí, lo miré fijamente.
— ¿Qué pasa? — dije mirándolo, con cierta confusión.
— Sólo quiero admirarte un segundo...— dijo él con una voz suave.
Sonreí, dí un par de palmaditas a la cama, Gojo se acostó, me recosté sobre mi costado, ambos quedando de frente. Mirándonos intensamente, en silencio. Con leves sonrisas en nuestros rostros. Posó sus enormes manos en mi cintura, acariciando mi espalda baja sin dejar de mirarme a los ojos. Aún insegura sobre lo que sucedía, subí mi mano a su rostro, acariciando con suavidad su mejilla. Gojo cerró los ojos ante el contacto, dejando salir un suspiro que gritaba alivio.
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déjame ir (gojo satoru x lectora)
FanfictionGojo Satoru y ______ Osaki, ambos estudiantes del Colegio Metropolitano de Magia de Tokio. Sus habilidades eran superiores a las de sus compañeros, pero, a pesar de sus similitudes, no se atrevían ni a compararse con el otro. Una historia donde el...