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Jung Dong-yul y Kang Halbrook eran amigos de toda la vida. Como cada mes, desde que Paulina tenía uso de razón, ambas familias se reunieron para comer juntas en el Club. Para ella era la segunda comida que tenía lugar tras su ruptura con Hoseok, y la situación no podía ser más embarazosa.

Agitó con la pajita el hielo de su vaso, centrando su atención en cómo daba vueltas y se iba derritiendo dentro de su refresco. Era consciente de la mirada de Hoseok sobre ella, también de que no tardaría en aprovecharse de la situación para acercarse y hablar. Algo que Paulina trataba de evitar a toda costa.

Hoseok siempre había sido una constante en su vida. Alguien a quien conocía, que siempre había estado ahí: en los cumpleaños, durante las vacaciones, en Navidades..., pero con quien apenas había tenido relación. Para ella siempre había sido el hermano mayor de Jiwoo. Era atento y educado, incluso en alguna ocasión le había atizado a algún chico por molestarla. Pero su interés en ella siempre había sido inexistente. Hasta que cumplió los dieciséis años. Jiwoo, Kina y Pau pasaron ese verano en un campamento en Florida. A su regreso, casi tres meses después, todo cambió. De repente, Hoseok solo tenía ojos para ella; y durante meses trató de conquistarla como si de un príncipe azul se tratara. Y lo consiguió; logró enamorarla y se convirtieron en la pareja perfecta. Hasta que todo el castillo se desmoronó bajo ellos, por culpa de la bruja y su manzana envenenada.

—Discúlpenme. La mesa ya está preparada —informó una camarera.

Paulina dejó su vaso sobre la barra y se dirigió al comedor. Una mano la retuvo.

—¿Te importa si hablamos un momento?

Paulina se giró y se encontró con la tierna mirada de Sophie, la madre de Hoseok. Asintió sin estar muy convencida. La mujer enlazó su brazo con el de ella y siguieron a los demás.

—¿Qué tal va todo? Hace mucho que no hablamos —dijo la mujer.

—Bien. Todo va bien.

Sophie suspiró de forma exagerada. Ese era el prólogo que anunciaba la incómoda conversación.

—Estos días he hablado mucho con Hoseok. Está muy arrepentido, lo sabes, ¿verdad? —empezó a decir. Paulina puso los ojos en blanco, pero ella no pudo verlo—. Cariño, te aseguro que mi intención no es disculparlo, ni convencerte de nada...

—Entonces, ¿por qué estamos hablando de esto? —preguntó Paulina, consciente de que estaba siendo grosera.

Sophie volvió a suspirar, afectada.

—¡Porque qué sería de nosotros si no aprendiéramos a perdonar! Todos cometemos errores –si bien es cierto que unos más que otros–, pero... Hoseok te quiere mucho, Pau. Él tiene planes, planes importantes de los que tú formas parte. Él no concibe un futuro en el que no estés tú.

Paulina sacudió la cabeza. Vio cómo su madre les lanzaba una mirada fugaz por encima del hombro y después continuaba conversando con el infiel. Aquello olía a complot.

—Pues no ha sabido demostrarlo —masculló con los labios apretados.

—Bueno, ya sabes cómo son los hombres...

Paulina la miró de reojo, sin dar crédito a lo que acababa de oír. ¡Bienvenidos al siglo de la igualdad! Por mujeres como Sophie, Bora e incluso Marcia, los hombres se comportaban como niños caprichosos para los que nunca había consecuencias por sus actos. ¡Pobrecitos, nunca saben lo que hacen! ¡Y un cuerno!

—¿Y cómo son, si se puede saber? —preguntó Paulina. Sonrió para disimular el tono acerado que no podía reprimir.

—Cariño, los hombres a veces creen que desean aquello que no tienen para sentirse bien. Después se dan cuenta de que lo que de verdad necesitan es lo que siempre han tenido a su lado. Lo que ocurre es que, para llegar a esa conclusión, antes experimentan y no siempre de la forma más adecuada. No sé si me sigues —explicó con una risita tonta—.Y si a todo eso sumamos que el miedo al compromiso los vuelve locos al principio... —Acarició el brazo de Pau con ternura y le dio un ligero apretón—. Hoseok ya ha superado ambas etapas. Se ha dado cuenta de que ha estado a punto de perderte por una insignificancia. Esa chica... ¡ya sabes cómo son las de su clase!

Limits- KNJDonde viven las historias. Descúbrelo ahora