Cada noche, Marinette se encierra en su departamento y ve las transmisiones en vivo presentado por Chat Noir (Un modelo), la tímida Marinette no solo admira el cuerpo de Chat Noir, también le gusta su franqueza al compartir sus experiencias con los...
El tiempo había pasado demasiado rápido y casi en un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba en el cuarto mes de embarazo, estaba nerviosa, tanto como la primera consulta que tuve con la ginecóloga.
Hoy por fin sabría el sexo de mis bebés, aunque bueno, eso era lo último que me importaba a mi, lo esencial en este momento es que tanto ellos como yo y todo el proceso de embarazo, estuviéramos bien aún así la idea no dejaba de emocionarme demasiado.
-¿Preciosa, ya estás lista?.- Me preguntó Adrien desde las afueras de la habitación, mientras yo terminaba de colocarme el vestido floreado que me llegaba un poco arriba de las rodillas.
-Voy, dame un segundo más.- Exclamé, colocándome los zapatos de piso.
Salí de la habitación con mi bolso en mano, mientras Adrien bebía un vaso con agua recargado en la isleta de la cocina y con la vista perdida en el panorama de la ventana que tenía frente a él.
-¡Ya estoy lista!.- Dije animadamente mientras me acercaba a él para rodear su cintura con mis brazos y colocar mi cabeza en su pecho, el sonido de sus latidos que hacía su corazón llegaba claro y preciso a mis oídos.
-Marinette, mi amor...- Se quedó sin palabras.-Te ves maravillosamente preciosa con ese vestido... ¡Joder, mis hijos y tú son hermosos!
Se arrodilló frente a mí y con sus manos empezó a tallar y dar toques en mi vientre de manera suave.
-Los amo mis bebés.- Le susurró muy cerca Adrien a mi vientre.-Igual que amo a su madre.
Y casi como si los bebés lo hubieran entendido, se empezaron a mover dentro de mí, los movimientos se notaban desde afuera.
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-¿Viste eso Adrien?... ¡Dime qué lo viste, que lo sentiste con tus manos!.- Dije eufórica, era la primera vez que ellos se empezaban a mover.
-¡Sí!.- Me respondió de la misma manera que yo de emocionado.
-Se movieron cuando les hablaste.- Le dije.-Vuelve hacerlo, diles algo para que se muevan.
-Su madre y yo los esperamos con ansias.- Volvió hablar Adrien en la misma posición, y ellos volvieron a responder con movimientos.
-Yo también los amo mis bebés.- Dí unas palmaditas suaves en la zona donde se notaban los movimientos.
El sonido del celular de Adrien nos saco de nuestro momento, tal indicaba que una llamada estaba entrando al aparato.
