Capítulo 12: ¿Regresar?

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-¿Podemos hablar?-preguntaron a nuestra espalda, justo cuando la mano de Vitoria tocó la mía.

-Buenas noches Hilaria.-dijo Victoria bastante seria.

-Buenas noches.-le contestó Hilaria sin mirarla.

La tensión se aumentó al instante, esas dos no sabían ni que decirse, lo que me llevó a pensar que algo muy grave debió de pasar entre ellas. ¿Qué diantres debió de pasar?

-Creo que mejor me voy.-musitó Victoria mientras se desprendía de mi mano y se levantaba.

-No tienes porque hacerlo.-susurre poniéndome de pie. De alguna manera me gustaba su compañía.

-Oh, créeme, tengo que hacerlo.-me contestó sin dejar de mirar a Hilaria.

-Buenas noches Victoria.-sentenció Hilaria con rabia, indicando que ya era hora de que Victoria desapareciera de su vista.

-Buenas noches.-susurró a mi lado. Su presencia no tardó en desaparecer a una velocidad increíble.

-¿Ahora te cae bien?-preguntó Hilaria levantando una ceja.

-No es de tu incumbencia.-me atreví a contestarle.

-Quería darte mis más sinceras disculpas.-comenzó a decir bastante nerviosa. ¿Desde cuando Hilaria Relish se ponía nerviosa?

-¿Te parece mejor si caminamos?-dije mientras pasaba por su lado, para adentrarme al bosque.

-Es demasiado tarde.-me contestó sin dejar de seguirme.

-¿Acaso pretendes que alguien se me acerque?-pregunté sin parar, levantando mis piernas para pasar por un gran tronco.-Aparte, tengo un cuchillo.

-Siento haberte mentido, haberte metido miedo.-obvió mi comentario.

-No estoy enfadada por eso.-evite que siguiera hablando de nuevo.-Yo misma me metí en esa ficción.

-De todas formas, yo podría haberte parado y haberte dicho la verdad.-dijo mientras llegaba a mi altura.

-¿Por qué me secuestraste, Hilaria?-le pregunté con rabia.

-No podía creerme tu existencia, necesitaba saber que no eras ninguna trampa.-empezó a explicarse.-Tenemos enemigos por todos lados, no ibas a venir de forma voluntaria y tampoco quería que murieras en el camino. Por eso hice la falsa recompensa.

-¿O sea que montaste todo eso porque podía morir?

-Si, claro.-me contestó mirándome por un segundo.-Si alguien se hubiese enterado de tu mera existencia, habrías muerto nada más pisar la calle.

-Oh.-dije confundida.

-Tu golpe en el pavimento del castillo confirmó mis sospechas.-la mire de reojo, no hizo más que sonreír.-No eras ninguna trampa.

-La sangre.-susurré pensativa.

-Veo que estás al tanto.

-Lucy me lo explico.-volví a susurrar.

-Siento todo.-se disculpó de nuevo.

-Yo siento lo del bisturí.-me atreví a disculparme.

-Estabas en todo tu derecho. No te preocupes, me curo rápido.-baje mi mirada a su pierna, la cual estaba cubierta por un precioso vestido negro, el cual le regalaba una hermosa figura.

-¿También puedes leer la mente?-pregunté asustada por lo que acababa de pensar.

-No, eso es cosa de Victoria.-la rabia volvió a su voz.-Yo solo puedo crear ilusiones.

HematófagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora